Capitulo 8

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Tortura de H&L (Día I)

El hombre que ingreso tenía la apariencia de un rockero retirado de los años ochenta era delgado, alto y su cabello estaba pintado de infinidad de colores traía el rostro lleno de pircings y una mirada para nada agradable. Se acercó al umbral sin quitarle al menor los ojos de encima, tras él una mujer ingreso  empujando una mesa portátil llena de extrañas herramientas lentamente al interior. Harry observaba a la mujer ansioso esperando que esta lo ayudara o que diera signos que querer sacarlo de ahí, pero solo consiguió ser ignorado. Miro al hombre y lo tenía frente a él, el crujido de la puerta lo asusto trato de girarse a la esquina izquierda pero descubrió que su tobillo estaba encadenado a la pared.

–Voy a divertirme mucho contigo perra.

Retrocedió y fue apresado de las muñecas contra la pared. Podía haber pasado días sin asearse pero en realidad él no se veía muy diferente, es decir su cabello aún estaba liso y desprendida ese agradable aroma a naranjo, su rostro estaba limpio y todo en él parecía recién salido de la ducha. El usuario acaricio el largo de sus cabellos enterrando su rostro en este, Harry empezó a asustarse el hombre aspiraba como un demente y sus brazos forcejeaban por mantenerlo quieto, entre la agobiante confrontación de pesos libero un brazo ayudándose de este para luego levantar su muslo izquierdo a la altura de su propia cintura y así hasta dejarlo enganchado a él y tener libre acceso a su clavícula comenzando a mordisquear su cuello.

– ¡Déjame! ¡Déjame!

La voz se distorsiono hasta volverse la de un niño pequeño. Kun el usuario veía a su hijo pequeño ahora, de quien abuso hace ya diez años y por el cual recibió una orden de encarcelamiento. Condenado a residir entre delincuentes y asesinos y consumido en su reciente obsesión denegada comenzó a perder la razón hasta el límite de la locura. Jamás volvió a ver a su familia y dudaba que ellos se consideraran aún eso de él. Sin embargo este desquiciado usuario dedico cada minuto de su libertad a encontrarlos, necesitaba verlos había estado diez años sin tocar un cuerpo delicado, frágil y limpio, su locura lo estaba arrojando a la demencia. En la prisión había tenido varios encuentros pero ninguno similar al que él deseaba al que él necesitaba, al de un niño un rostro cercano a la adolescencia, a chupar y morder un rostro pálido lleno de rubor, un temeroso y pasivo cuerpo débil y listo a su placer.

-No me toques por favor –Rogó

Claro que lo haría, disfrutaría cada pequeño gemido que reprimiera el menor, cada pequeña lágrima que cayera por sus mejillas las succionaría todas y se sumergiría en un agobiante éxtasis de placer y euforia. Encontró a Harry en la FSD Web, la red de torturas que tan popular se estaba volviendo. Otras webs profundas en la red solo le ofrecieron entretenimiento pornográfico infantil durante los primeros meses fuera de prisión pero no lo tranquilizaban, siempre que terminaba de ver algún video de esos se encontraba insatisfecho, no eran su pequeño no lo hacían llegar. Hasta que encontró esta web, se masturbo solo con el intro de Harry que bajaron hace dos días y ya ansiaba tenerlo bajo su cuerpo. Los costos no eran en dinero a diferencia de las otras páginas, aquí pagabas con personas y pago con su madre, no le causo remordiendo alguno unos hombres vinieron por ella al asilo era una vieja de mierda que jamás le llevo un niño para que tocara, podía pudrirse en el infierno, no importaba. Lo considero una de las mejores compras que había hecho en su vida, el chico era idéntico a su hijo un poco más alto y algo mayor que como recordaba a su pequeño pero con el mismo rostro la misma esencia de miedo y lo que lo hacía muchísimo mejor, el mismo nombre.

– ¿Asustado Harry? –lo sujeto del mentón sin dejar de lamer sus mejillas –Porque yo estoy muy feliz de verte– sus piernas serpenteaban por alejarlo, lo que poco o nada conseguía con un tobillo sujeto a la pared.

E_scape // Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora