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Bueno, ¿Cómo se podría empezar un buen día? Claro, no tener a como diez alfas detrás de ti por el simple hecho de tu olor y eso ya me estaba desesperando.

Hoy era un simple día como cualquier otro a excepción a que hoy por fin se empezaban las clases de mi último año de universidad y con ello me llevaba a mi muy amado fin de esto llamado estudios pero como siempre existían esos malditos chicos alfas que buscaban el poder marcar a pobre omega como yo y joderles las vidas para siempre, aunque por suerte yo mantengo a mi omega controlado porque odio cuando se sale de control por las simples hormonas, eso y el que nos puedan controlar simplemente usando su voz de alfa dominante, es por eso que yo prefiero mantenerme alejados de ellos.

- Buenos días Louis-. Mi madre me saludaba muy alegre para mi gusto, éste no debería ser un día feliz.

- Buenos días madre-. Tomé asiento rápidamente en frente de la barra de la cocina y me puse a tomar mis muy amadas pastillas.

 - Veo que alguien está emocionado por volver a la escuela ¿cierto?{Madre deja tu sarcasmo para la otra que en estos momentos no tengo ganas de ver a ningún alfa-. Ella solo sonreía.

- Deberías ir a visitar al nuevo vecino, es un chico encantador-. La vi con una ceja levantada, algo ocultaba-. Está bien, es un alfa.

- Mamá, ya hemos hablado de esto, no por nada te pido que me compres estas pastillas-. Sonreí y salí de casa para ir caminando hacia la escuela.

Debo decir que para ser el primer día todo el vecindario se llenó de jóvenes rumbo a sus respectivas clases y como no, todos teníamos cara de zombis caminando hacia un lugar en específico.

- ¡Buenos días Louis!-. Escuché una gruesa voz muy animada detrás de mí y al verlo me paralice, era un chico, un chico muy lindo de rizos.

- ¿Buenos días? Debo decir que como para que digas mi nombre significa que me conoces pero yo a ti no-. Le dije mientras caminaba hacia mí y fue ahí donde me di cuenta de lo que era, alfa.

- Lo siento, yo soy Harry y soy tu nuevo vecino-. Me saludó con un fuerte abrazo.

- Bueno, ya sabes quién soy así que no tengo necesidad de presentarme, y si me permites iré a mis clases-. Volví a caminar hacia mi destino pero ahora con él detrás de mí-. ¿Por qué me sigues?

- Bueno, es porque voy a las mismas clases que tú y por eso quería ir contigo-. Se encogió de hombros y siguió caminando.

- Mierda.

Al llegar a la universidad Harry tomó su camino con sus amigos y yo me fui a los casilleros en donde me esperaba mi mejor amigo Niall. 

- Buenos días enano-. Me saludó y yo simplemente rodé los ojos.

- ¿Qué tiene de bueno el tener que volver a este sitio rubia?-. Cerré el casillero con fuerza y Niall rio.

- Pues que este año entró un chico alfa que dicen que es muy apegado a aquella persona que llame su atención-. Sonreía como idiota enamorado.

- Oh vamos Niall, ya empezaste a apestar el lugar con tus hormonas-. Arrugue mi nariz ante su aroma.

- Lo siento, pero dicen que es muy lindo-. Hizo una seña con la mano quitándole importancia-. Pero a ti no te importa, ni siquiera te interesa saber que su nombre es Harry y tiene unos rizos muy lindos-. Abrí los ojos como platos al escucharlo.

- ¿El chico de rizos con el que venía?-. Niall me miró mal al decir aquello.

- ¿Venias con el tan esperado alfa que todos los omegas piden y no me avisas? Mal amigo.

- Perdón pero a mí esos temas ni me interesan, rubia-. Me sacó la lengua y fuimos directo a nuestras clases.

A la hora del descanso Niall fue directo a por Liam el tipo tenía una fuerte adicción por Niall pero era un beta, suertudo. 

- ¡Louiiiiiiiiiiiiiiiiis!-. Me gritó Niall.

- ¿Qué quieres ahora?-. Respondí de mala gana, este chico me sacaba de mis casillas.

- Liam dice que Harry pregunta por ti-. Niall estaba con su carita de perrito.

- He dicho que no me interesa nada que venga de él, gracias-. Sonreí sarcástico y volví a mis clases.

Durante lo que restaba de las clases yo me mantenía con una cara enorme de sueño, el quedar despierto cuidando a mis hermanos pequeños no sirve mucho para mí.
Unas dos horas después por fin podía salir de aquel sitio aunque para ser el primer día no hicimos nada interesante y como era de esperar afuera ya se encontraban las típicas omegas en busca de un alfa dominante, a veces parecemos putos pero sólo son las hormonas.

- ¡Louis!-. Detrás de mí escuché la voz gruesa de aquel alfa que según Niall, él me quería-. Louis, yo quería saber si puedo ir contigo-. ¿Un alfa nervioso? ¿De qué me perdí?

- Claro-. Sonreí y al caminar pude ver como Harry intentaba obtener un poco de mi aroma-. Este... Harry-. Maldito nerviosismo.

- ¿Sí?

- Yo tomo supresores y por favor no intentes olfatearme que para mí es incómodo-. Él solo rió y seguimos caminando hasta mi casa-. Supongo que hasta aquí nos veremos Harry, adiós-. Asintió y se fue. Gracias.

- ¿Chico alfa en la puerta, eh?-. Mi madre me veía curiosa desde el sofá donde jugaba con mis hermanos.

- Es sólo el vecino, el chico es lindo-. Me encogí de hombros y fui directo a mi habitación para revisar unas cosas.

- ¡Louis!-. Gritaron desde afuera de mi casa.

- ¿Qué?-. Susurré y pude ver en la puerta a Niall y a Liam-. Voy.

- ¿Qué sucede?-. Veía como ambos sonreían cómplices.

- Vamos a los helados por favor-. Los veía confundido.

- ¿A qué?

- Sólo ven-. Y así es como me sacaron de mi casa casi arrastrando solo por un maldito antojo del Rubio.

- ¿Pueden ya decirme qué hago yo aquí?-. Me mantenían aprisionado con un litro de helado, desgraciados.

- ¿No podemos salir un día juntos?-. Liam sonreía pícaro.

- Hablen ahora-. Exigí. 

- No-. Contestó el rubio.

- Idiotas-. Hice una sonrisa fingida y me retire de ahí.

No te metas con el alfa | Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora