No te metas con el alfa | Larry Stylinson.

13

Louis:

Desperté temprano y aprovechando que hoy era sábado fui a preparar el desayuno que consistía en tostadas con nutella y crema chantillí (no sé como le digan en otros sitios ah) para mí y para Harry un simple café pues a él no le gustaba desayunar mucho.

- Buenos días Lou-. Escuché los pasos de Harry detrás.

- Buenos días Harry-. Saludé contento pues al parecer por fin las nauseas habían decido parar.

- ¿Hoy no despertaste con vomito o sí?-. Harry me agarró de la cintura y me plantó un beso en la mejilla por detrás.

- No, por fin este pequeño decidió dejarme tranquilo-. Sonreí y sentí su risa en mu cuello haciéndome gemir bajo.

- Eso es bueno pero recuerda que hoy le iremos a ver-. Mierda, había olvidado eso.

- Y... ¿Es necesario ir a la fuerza?-. Intenté hacerlo cambiar de idea mientras le daba su café.

- Tendremos que ir Lou, es bueno que te revises para ver como se encuentran los dos-. Rodó sus ojos.

- Es que... tengo miedo a los doctores-. Confesé.

- Pero no te harán nada, solo van a revisar a ese pequeño-. Puso su mano en mi vientre.

- Bueno, sólo por él-. Y me besó.

Dos horas más tarde estabamos rumbo al médico que al parecer era amigo de la mamá de Harry pero yo permanecía nervioso pues al parecer Harry lo sentía.

- No te preocupes que todo saldrá bien pequeño-. Sonrió pero yo seguía con mis nervios.

Llegamos al médico e intenté salir rápido pero me maree y Harry tuvo que sostenerme.

- Te lo dije-. Sonrió y yo negué.

Al entrar pude detectar que era un hospital privado pues había pocas personas esperando y yo.
Seguía teniendo ese maldito miedo a los doctores.

- ¿Louis Tomlinson?-. Miré a Harry y él simplemente asintió.

Pasamos y al parecer la doctora seria agradable pues no parecía más grande que yo.

- ¿Quién de ustedes dos es Louis?-. Harry me señaló y yo asentí-. Un lindo omega ¿eh?-. Me sonroje.

- Veníamos a ver si podía revisar a Louis, esta en estado desde hace un tiempo pero no se había revisado-. Sentí la mano de Harry en mi hombro y ese simple gesto me tranquilizó.

- No te preocupes, en este tiempo es común que te vuelvas más sobre protector con él-. Ella empezó a preguntarme de cómo me encontraba y cosas varias hasta llevarme a la ecografía.

- Bien, recuestate y sube tu camisa más arriba de tu estómago por favor-. Hice lo que me pidió con ayuda de Harry. Ya recostado pude notar mejor esa pequeña curva que se hacia en mi vientre.

No pasaron más de cinco minutos cuando la doctora nos había dicho que lo había encontrado. Harry tenia los ojos llorosos y ahí fue donde caí en cuenta que me volvería una mamá para aquel pequeño o pequeña que se encontraba dentro.

- Louis, tienes dos meses y dos semanas y te aseguro que ese niño se encuentra en perfectas condiciones y creo que-. No sé qué cosas empezó a mover hasta escucharse un pequeño tambor-. Ese es su corazón.

No sé lo que sentí en aquel momento pero puedo asegurar que al escucharlo mi omega empezó a chillar.

Está aquí, ese es el pequeño que tanto esperabas.

Me sentía demasiado emocionado y al voltear mi cara pude ver como su emoción empezaba a plasmarse en su rostro y yo sentía un calor reconfortante en el pecho, el calor que desprendía Harry a través de la conexión.

- Bien, puedes levantarte Louis, te veré en la próxima cita.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
El mes para ambos chicos parecía querer pasar demasiado rápido pero la preocupación del rizado crecía cada día ya que a veces podía ver el carro negro de aquel día y le avisaba a sus amigos que revisaran a Louis cada vez que alguno podía o por lo menos intentarlo pues Louis con sus cambios tan extraños de conducta provocaban querer irse de ahí de inmediato.

Por lado de la mamá del castaño intentaban ambos padres en llegar a conseguir todo el dinero del mundo para pagar la deuda, los hombres no les volvieron a ver pero sabían que ellos vigilaban a su hijo por la mercancía que se mantenía en el horno.

La mujer empezó a contar todo el dinero durante la noche junto a su esposo pues no les gustaba que sus hijas descubrieran todo aquel problema.

- Sólo nos falta mil dolares más Jay, es todo lo que nos falta-. El hombre tomó la mano de su mujer por encima de la mesa y ella simplemente suspiró.

- Quiero ir a ver a Louis algún día de estos, ya no ha venido y me preocupa su saludo-. La mujer veía todo el dinero en la mesa, sólo mil más y podrían pagar todo sin necesidad de entregar a su nieto.

- Llama a Harry, tengo entendido que él llega tarde por su trabajo-. Asintió y tomó el teléfono mientras su marido volvía a guardar todo el dinero en su lugar.

- ¿Jay?-. La voz del rizado se escuchó a través de la línea.

- Harry, sólo quería saber si mañana podría ir a visitarles a ti y a Louis, hace rato no pasa por aquí-. Se mantenía nerviosa. No quería que Harry pensara mal de ella.

- Oh, claro que puedes venir Jay y si deseas podrías traer a mi madre, ella siempre me pregunta por Louis-. Del lado de Harry un Louis sobre su regazo se mantenía medio dormido.

- Claro, entonces mañana iré a visitarles.

- Aquí te esperamos Jay, adiós-. La mujer se despidió y suspiró. Por fin podría volver a ver a su hijo y a ese pequeño que se mantenía en su vientre. Lo que ella no sabia era que sus donadores de dinero seguían escuchando cada palabra que ella decía a través de la línea, por fin podrían ver a ese chico que les mantenía a su nuevo heredo.

***
Harry sobaba con cuidado el vientre de Louis, el chico se sentía mal porque a pesar de ya haber cumplido sus tres meses seguía teniendo esas constantes nauseas sin llegar a vomitar haciéndole sentir mal.

- ¿Mejor?-. Preguntó el rizado y el chico asintió medio dormido.

- Espero que deje de ser un mal niño y se comporte bien de aquí en adelante-. Suspiró y acomodándose sobre el pecho del chico. Mañana seria un día movido.