8 años antes...
Cansancio.
Eso es lo que sentía ahora mismo.
Me subí al coche, metí las llaves en el contacto y la giré haciendo que el motor se encendiera y rugiera. Era lo bueno de tener un Ferrari. Salí del aparcamiento y conduje por la ciudad de Madrid. Las farolas ya estaban encendidas y en el cielo se podía ver alguna estrella.
Llevaba demasiadas horas fuera de casa y lo único que quería era dormir durante mil años. Sí, eso quería, dormir hasta que estuviera cansado de dormir.
Veinte minutos después estaba entrando en la urbanización y apretando el botón del garaje. Una casa inmensa apareció ante mis ojos y no pude evitar sonreír. Ella se había empeñado en que tenía que haber un gran jardín y, seamos sinceros, no le podría negar nada a esa mujer. Aparqué el coche en la plaza y salí de él.
Vi la luz de la cocina encendida y caminé directo hacia ella. Abrí la puerta y la vi con un delantal azul rodeando su cintura cocinando. Su pelo estaba recogido en una coleta mal hecha y eso me gustaba aún más. Por mucho que pasaran los años, yo seguiría enamorado de esta mujer.
—Ya has llegado —habló mirándome con una sonrisa—. No te he oído entrar.
—No quería hacer ruido —respondí.
Seguí mirándola y me daba igual que se sintiera incómoda.
—¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara? —preguntó preocupada toqueteándose con las manos.
Me acerqué a ella y sonreí.
—Te echaba de menos —le dije pasando mis manos por su cintura y acercándola a mí.
—Pero si solo has estado fuera 4 horas, Derek.
—Demasiado tiempo. —Le di un beso en los labios—. Te quiero.
—Y yo a ti.
De repente, se escuchó un ruido que venía del salón.
—¡Las niñas! —exclamó separándose de mí.
La seguí hasta entrar en el salón. Emily y Alison estaban en su corralito jugando con unos peluches y riéndose. Y luego estaba Blair con un cuaderno en las manos y observando el balón que había en una esquina y una caja a su lado.
—¿Qué haces? —le preguntó Char extrañada.
—Ha sido un tiro malísimo —murmuró por lo bajo—. Debería haber ido menos desviado.
—Creo que esto es cosa mía, princesa —le susurré—. Yo me encargo.
—Con lo fácil que era regalarle un ajedrez —se quejó divertida.
Me acerqué a ella y la vi escribiendo en el cuaderno un par de números mal hechos.
—¿Qué estás anotando? —pregunté curioso.
—La distancia que hay desde donde he lanzado y la desviación del balón —respondió sin levantar la vista de la hoja.
—Primero, no se juega al fútbol en casa —le advertí—. Y segundo...
Agarré el cuaderno y se lo quité de las manos.
—¡Eh! ¡Es mi cuaderno! —exclamó.
—Blair, el fútbol no son números ni distancias. —Cogí el balón del suelo y salí con ella al jardín—. Ven.
Coloqué el balón en el suelo y busqué un objetivo.
—¿Crees que puedo darle a eso? —pregunté señalando un poste que teníamos a lo lejos.
—Pues si...
—Olvídate de los números, ¿puedo o no?
—Pues, no lo sé...
—Vamos a ver.
Fijé el objetivo con la mirada y golpeé el balón haciendo que golpeara el poste.
—¡Increíble! —exclamó emocionada—. ¿Cómo has hecho eso?
—Solo hay que practicar, Blair —contesté.
—Seré la mejor futbolista de la historia.
—No lo dudo. —Le di un beso en la frente—. Ahora ve a lavarte las manos que vamos a cenar.
—¿Y luego damos unos toques?
—Claro.
Esbozó una sonrisa y entró corriendo en casa. Para tener nueve años, era demasiado inteligente. Volví a entrar en casa y vi a Alison observando lo que estaba haciendo Emily con el peluche. Me acerqué a ellas y me puse de cuclillas para mirarlas.
—Ya está la cena —me avisó Char—. ¿Qué haces?
—Estoy comprobando una cosa.
—¿Qué cosa? —preguntó curiosa.
—Que todas nuestras hijas han tenido la suerte de llevarse tu genética y no la mía. —Me levanté del suelo y me volví a acercar a ella—. Has hecho unas hijas preciosas y muy inteligentes.
—Hemos hecho, Derek Miller.
Y la besé sintiendo las mismas cosas que sentí la primera vez que la besé en el pasillo de la escuela.
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Miller vs McMullen (Edición 2022)
Teen FictionFamilia perfecta. Ciudad perfecta. Vida perfecta. ¿Cómo iba a saber ella que todo podía cambiar en un segundo? De sentirse en la cima del mundo, pasó a caida libre impactando con fuerza contra el suelo y, lo peor de todo, con él. Arrogante, insufr...