Miller vs McMullen (Edición 2022)

Capítulo 55

Sábado

Volví del partido de fútbol y me dejé caer en la cama agotada. Hacía tiempo que no jugaba un partido tan complicado y por poco perdemos. Cerré los ojos deseando dormir un par de horas antes de comer, pero el móvil empezó a vibrar encima de la mesilla.

Gruñí y lo cogí con desgana.

—Qué.

—¿Así es como le hablas a tu madre?

—Perdona, mamá. —Me senté en la cama y suspiré—. Acabo de llegar del partido y estoy cansada.

—Tu padre no me ha dicho nada —bufó—. ¿Habéis ganado?

—Ajá.

—Así me gusta. ¿Y qué tal con Tyler? ¿Ya lo habéis solucionado?

—Más o menos.

Se hizo un silencio.

—¿Qué ocurre, Blair?

—No sé, mamá. —Me levanté de la cama y me puse a caminar por el cuarto—. Hay algo que no me convence, pero no sé explicarlo.

—¿Necesitas algo? ¿Voy a verte?

—No, tranquila si estoy bien. Debe ser que estoy muy cansada. ¿Vosotros qué tal?

—Pues ahora vamos a salir a comer que tu padre quiere probar un nuevo restaurante que han abierto, pero le voy a regañar por no avisarme de tu partido de hoy.

—No pasa nada —reí—. Qué envidia.

—Es comida fusión así que no sé si estará muy buena —soltó una risa—. Seguro que ha visto en partido online y no me ha avisado.

—No ha sido tan bueno el partido de hoy —dije—. ¿Y los abuelos qué tal?

—¡Ah! Para eso te llamaba. Me ha dicho el abuelo que le llames que tiene que hablar contigo algo del seguro del coche. Creo que tienes que darle unos datos o algo.

—Pues ahora le llamo a ver qué me dice.

—Y la abuela le está preparando una fiesta sorpresa por su cumpleaños así que ya te diré qué día es, pero será dentro de unas semanas.

—Avísame con tiempo que con las clases y los entrenamientos tengo que organizarme.

—Vale, cariño. ¿Seguro que no quieres que hablemos de Tyler?

—De verdad, mami. Si es una tontería realmente.

—No me quedo muy tranquila.

—Vete a prepararte para comer esa comida rara y mándame alguna foto para darme envidia.

—Está bien, cariño. Pues hablamos, ¿vale? Te quiero.

—Y yo a ti, mamá.

Colgué y marqué el número de casa de mis abuelos.

—¿Sí? —Me quedé callada al no reconocer la voz y miré la pantalla de mi móvil para ver si había marcado mal—. ¿Quién es?

—¿Quién eres? —pregunté extrañada.

—¿Quién eres tú?

—He preguntado yo primero —contesté molesta.

—Pero has llamado a esta casa.

—¡Eres desesperante! —exclamé y me callé al instante. No podía ser... —¿Aaron?- pregunté, pero no recibí respuesta—. ¿Eres tú, Aaron? Contéstame.