Capítulo 31

1.5K 132 2
                                    

NARRA AARON

14 de febrero

¿Cómo podía ser tan lenta? Llevaba más de diez minutos esperándola.

Me levanté de las escaleras y suspiré frustrado. Ni siquiera sabía cómo había conseguido engañarme para salir a cenar.

—Lo siento, lo siento, lo siento —escuché su voz.

Me di la vuelta dispuesto a recriminarle, pero no pude. Me quedé completamente mudo al verla.

Recorrí su cuerpo con la mirada memorizando cada detalle. Su pelo rubio caía sobre sus hombros, llevaba un mono negro largo de terciopelo con un lazo en la cintura y unos botines negros.

La vi bajar las escaleras como si fuera a cámara lenta hasta llegar a mí.

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y no pude evitar hacer lo mismo.

—Estás muy guapo —dijo y acarició mi pelo—. Despeinado como siempre, pero muy guapo. —Apoyó sus manos en mis hombros—. Siento haber tardado tanto, pero Maya estaba todo el tiempo...

No podía aguantar más. Coloqué mi mano en su cintura y la besé dejándola con la palabra en la boca. Se separó un poco de mí y me miró extrañada.

—No me mires así, rubia. Ni que fuera la primera vez que te beso.

—Normalmente me regañas por bajar tarde, McMullen —contestó antes de golpear suavemente mi nariz con su dedo—. Pero me gusta más esto —dijo sonriente y me devolvió el beso.

Agarré su mano y entrelacé nuestros dedos. El tacto de su piel era tan agradable y tan suave que me encantaría no soltarla nunca.

—Anda, vamos a cenar —dije separándome de ella.

Caminamos tranquilamente hasta salir del recinto y nos dirigimos a un restaurante que había a pocas calles de la escuela.

—No sabes lo que nos ha pasado esta mañana.

—¿Qué ha pasado? —pregunté.

—Pues verás... —Se apartó un mechón de la cara y se aclaró la voz—. Estábamos bajando por las escaleras porque ya sabes que es imposible usar el ascensor a esas horas y... —Dejé de escucharla. Me quedé mirando sus labios pintados de rojo deseando volver a besarlos. Luego, miré sus ojos verdes que se achinaban cada vez que se reía—. Aaron, ¿me estás escuchando?

—¿Qué? Claro —respondí sonriente.

—¿Seguro? —Asentí con la cabeza y ella me miró extrañada—. Bueno, pues entonces estábamos bajando... —Siguió hablando, pero yo dejé de escuchar, otra vez—. ¡Aaron!

—¿Qué?

—No me escuchas —contestó molesta.

—De verdad que te estoy escuchando.

—No lo parece.

—Entonces, ¿qué os pasó?

—Pues que Maya terminó en el suelo. —Sonrió un poco y yo hice lo mismo—. ¿En qué estás pensando?

—¿Yo? En nada.

—Mientes. —Se paró y me miró fijamente—. Estás distraído.

Esta chica me conocía demasiado bien.

—Estaba pensando en la hamburguesa que me voy a comer —mentí—. Una gigante con patatas fritas.

Me miró no muy convencida, pero se dio por vencida.

Miller vs McMullen (Edición 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora