Capítulo 13

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NARRA BLAIR

—¿Te gusta?

Me di la vuelta y miré a Maya. Era domingo y nos habíamos quedado toda la mañana en la habitación sin hacer nada.

—¿Qué? —pregunté sin apartar la mirada de mis dedos.

—Aaron.

—¿A mí? Ni loca. —Me levanté de la silla y me acerqué a la ventana—. Es Aaron.

—Vamos, Blair. Conozco esa mirada. —La miré y me señaló con el dedo—. Estás coladita por Aaron McMullen.

—Te has vuelto loca, Maya.

—No creo que haya ningún problema si te gusta.

—¿Puedes pensar en la cara que se le quedaría a mi abuelo si entrase con un chico que tiene los brazos llenos de tatuajes? Me encerraría en una torre el resto de mi vida.

—Primero, no eres Rapunzel. —Vi que se levantaba de la cama y abría el armario—. Y segundo, solo tiene unos pocos.

—¿De verdad te crees que podríamos gustarnos? Es completamente opuesto a mí. Somos como el agua y el aceite.

—Puede que parezca un mal tipo, pero no lo es.

—¿Por qué siempre le defiendes?

—¿Cómo?

—Siempre estás diciendo cosas buenas de él, cosa que no entiendo porque pensé que te caía mal.

—Le conozco desde hace un par de años y siempre se ha portado bien conmigo —respondió antes de sacar un vestido largo del armario—. ¿Te gusta?

—¿Y eso para qué?

—Para el baile de invierno.

—¿Otro baile? Pero si acaba de ser Halloween y todavía queda un mes para Navidad.

—Blair Miller, no sé cómo lo haríais en España, pero aquí el baile de invierno es una tradición y más en esta escuela.

—No lo puedo entender —comenté divertida.

—Es dentro de tres semanas y deberías empezar a buscar un vestido.

—Creo que me quedaré en la habitación.

—¡Por encima de mi cadáver! —gritó exaltada—. No pienso dejar que seas una paria social lo que queda de curso.

—Está bien, está bien. —Volvió a colgar el vestido en el armario y salió con una sonrisa inmensa—. No me gusta esa sonrisa.

—Seguro que te encanta. —Se acercó a mí lentamente.

—¿Maya?

Siguió caminando hacia mí y se paró a escasos centímetros de mi cara.

—La semana que viene nos iremos de compras.

Sus ojos brillaban como si acabase de encontrar un diamante.

—¿No se lo puedo encargar a mi abuela?

—No.

—¿A alguna de las chicas?

—Tampoco. —Se separó y empezó a dar saltitos—. ¡Va a ser genial!

—No quiero ir de compras.

—Sé que te gusta ir de compras, Blair. He visto tu armario y me pongo más tu ropa que la mía.

—Pero eso no quita que no quiera.

—¡Por favor! —me suplicó—. Solo va a ser un día y te dejaré en paz. Podemos comer en el centro comercial y te encantará.

Me agarró la mano y empezó a hacer pucheros.

Miller vs McMullen (Edición 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora