Capítulo 38

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Una semana después...

Salí de la residencia y crucé el jardín hasta llegar a uno de los bancos que había en medio. Aaron estaba sentando mirando la pantalla de su móvil. Me acerqué despacio por detrás intentando no hacer ruido y di pasos muy lentos.

—Blair —me saludó sin levantar los ojos.

—Es imposible —me quejé—. No he hecho ruido.

—Soy un león, rubia. Huelo a mi presa a distancia —respondió mirándome divertido.

—Me rindo. —Me dejé caer a su lado en el banco y suspiré—. ¿Qué haces?

—Estaba mirando los partidos del fin de semana. Queda poco para que termine la temporada y quiero saber cómo van los demás en la clasificación.

—Pero si vais primeros.

—Hay que tener vigilado al enemigo.

—Pero... —Le quité el móvil y le agarré las mejillas—. Ahora podrías hacerme caso a mí.

—¿Tú crees?

—Siempre puedo buscarme a otro.

—Dudo que encuentres a alguno mejor que yo en esta escuela.

—Bueno, hay uno de clase de matemáticas que... —Frunció el entrecejo y no pude evitar reírme—. No pongas esa cara, McMullen. Ahora que soy una estrella de fútbol puedo encontrar a otro sin problemas.

—Así que mi chica es famosa.

—Por supuesto. —Me senté sobre sus piernas y pasé mis manos por su nuca—. Aunque creo que puedo darte otra oportunidad.

Me acerqué lentamente y uní mis labios con los suyos.

—Creo que esta vez lo haré bien. —Sonrió e hice lo mismo—. Muy bien.

Esta vez me besó él y yo le seguí el beso.

—Podríamos echar a Brad y a Damon de mi habitación —sugirió sobre mis labios.

—Tardamos menos echando solo a Maya.

Se separó un poco de mí y me miró fijamente a los ojos.

—Blair Miller —susurró mi nombre y colocó su mano en mi mejilla—. Eres preciosa.

Sonreí con ternura y rocé mis labios con los suyos.

—Tú no estás nada mal, Aaron McMullen —respondí divertida.

—Como sigas sonriendo, no podré contenerme más, rubia.

Atacó mis labios de nuevo y le devolví el beso con la misma intensidad.

—Perdón... —Me separé de Aaron y vi a Maya parada delante de nosotros—. No quería interrumpir, pero un señor pregunta por ti en recepción, Blair.

—¿Por mí? —pregunté extrañada y asintió con la cabeza—. Está bien. —Me levanté y miré a Aaron—. Esto no termina aquí.

Le lancé un beso y caminé hacia el edificio principal, entré por la puerta y vi a un señor de espaldas.

—Perdone. —Se dio la vuelta y lo reconocí—. Usted es el hombre del hotel.

—Blair Miller. —Extendió su mano y la apreté sorprendida—. Vi tu partido. Fue impresionante.

—Muchas gracias, pero ¿qué hace aquí? No le dije que estudiaba aquí.

—Lo sé, lo sé. Al parecer uno de mis socios es fanático del fútbol y nos llevó a ver tu partido de fútbol. Me ha hecho venir hasta aquí para proponerte un spot publicitario, pero antes tengo que hablar con tus padres.

Miller vs McMullen (Edición 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora