Rapunzel & Eugene Fitzherbert

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20: Rapunzel y Eugine Fitzherbert.

—Es hora de irnos. —habla Niall mientras continúan abrazándose en medio del frío día de otoño.

—¿Qué? ¿Por qué? —suelta Jasmine levantándose de su pecho y haciendo un puchero con sus labios. Niall solo atina a acercarla y abrazarla más a sí mismo mientras piensa en que quiere besar su lindo puchero y en que está tan malditamente atrapado en una jaula de ganas de besar a Jasmine, de la cual no podrá escapar hasta que lo haga. Incluso, está un 99 por ciento seguro de que aunque lo haga, tampoco saldrá de esa jaula.

—Porque tengo cosas planeadas todavía, ¿teníamos nuestra segunda cita oficial hoy, recuerdas? —susurra alzando una ceja. Están muy cerca, y se ve tan bonita, que su boca solo no puede ignorarlo. —Te ves tan bonita hoy. Y siempre, tan, tan bonita.

Aunque sea una cosa tan cliché, tan común en escenas de comedias románticas, y un ícono en las princesas, no puede resistir a sonrojarse. Niall puede ser tan dulce como caramelo puesto encima de algodón de azúcar, y su cuerpo lo sabe malditamente bien que no puede simplemente evitar el hecho de responder ante sus estímulos. —No hagas que se me suba el ego, Horan.

—Tranquila, ya te daré tu dosis de fea del día. Llegará cuando menos lo esperes.

Una sonrisa recorre su rostro casi a la velocidad de la luz, se atreve a afirmarlo; fue a la velocidad de la luz. Jasmine no es científica, ni menos física, pero puede decir que el destello que su sonrisa provocó en los ojos de Niall, fue porque su sonrisa se movió tan rápido, tan rápido, que se volvió luz, y esa luz, llegó hasta los lindos ojos de Niall en tan solo milésimas de segundo (1). Tan maravilloso, y lindo, y perfecto, podría pensar mil y una veces, no, millones de veces en lo estratosféricamente lindo que es Niall, y la competencia que tiene con la belleza del universo. Sus ojos tan brillantes y siempre llenos de tantas cosas, tantos secretos de vida, tanto de todo. Definitivamente si compitiera con una verdadera estrella, ganaría. Le gusta pensar que Niall es solo un chico más, que por alguna razón ella conoció, gracias al destino, suerte, azar, lo que sea; pero a veces es tan difícil verlo solo así. Porque Niall es tan complejo, tan grande, tan lleno de todo, y quiere pensar que ella también es así, y que Niall lo nota, y que ambos son solo un pedazo de universo, o quizás un universo entero, dos universos enteros, diferentes, pero tan malditamente compatibles.

—Está bien, fea. Levántate, hay que irnos ya. —Niall se separa de ella, y se siente un poco vacío. Sus brazos la llenaban de calor hace solo un segundo, y ya no están, pero no puede no sentirse en su hogar cuando lo tiene ahí, sonriéndole y tendiéndole una mano. —Y sí, te dije que no lo esperarías.

Y ríe. Ríe cuando se levanta, y ríen cuando bajan por la escalera, y vuelven a reír cuando salen de la casa, y cuando llegan al auto, y cuando se suben al auto. Y no pueden dejar de reír, de transmitir felicidad por cada metro cuadrado, a cada segundo. Solo están tan felices que deben esparcirlos para que sus corazones no revienten, todavía.

...

Es un viaje de no más de quince minutos, llenos de música de radio que ambos conocen y muchos gritos que suponen ser ellos dos juntos cantando, peor la verdad suenan como muchas risas atoradas en la garganta y como si mucha felicidad estuviese solo saliendo por cada poro de ambos. Es maravilloso, y ninguno piensa en si quiera quejarse.

Llegan pronto a un mercado de la ciudad, es pintoresco, y tiene muchas tiendas, y niños jugando, y gente saludándose, es lindo. Hay una fuente al centro de todo, y hay muchas artesanías, y Jasmine piensa que Niall realmente se vería bien con uno de esos collares de piedra, pero no lo menciona, solo porque ahora tiene unos segundo para mirarlo y solo verlo y pensar en lo lindo que se ve ahí parado, maravillado con todo lo que hay a su alrededor. Sus ojos brillantes y su boca semi abierta cuando ve las pequeñas cositas en los puestos. Y sin contar las sonrisas que crecen en su boca cuando niños corren por sus piernas, es como una pintura. Una pintura, o quizás una película, de éstas mudas y antiguas, pero a color. Con muchos detalles y a cámara lenta para no perderte ninguno de los detalles, Jasmine no quiere perderse ningún detalle de Niall.

Cinderella. [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora