Epilogue: Happily ever after... or something like that

178 13 3
                                    

Epílogo: Felices para siempre... o algo así.

Caminó a través de la arena con su objetivo claro. La chica parecía serena con su cabello sin control gracias al viento. Era como una imagen de película, con el atardecer de fondo y las olas golpeando la arena. 

Se quedó helado a unos cuantos pasos de ella, observándola y pensando en cuales serían sus palabras en cuanto tomara asiento junto a ella. Luego de un tiempo se decidió, y acortó la distancia entre sus cuerpos mientras tomaba asiento junto a su cuerpo. Se sentía el calor que irradiaba, tan plancentero como lo recordaba.

El viento soplaba fuerte, y no existían más sonidos que la olas chocando, y sus propias respiraciones. Pronto sintió como sus manos sudaban, y como los nervios lo saturaban. Su boca se secó, y comenzó a sentirse torpe, como si no supiese como empezar la conversación. Había pasado mucho tiempo.

—Sabía que me encontrarías.

El sonido de su voz lo tomó por sorpresa, y le tomó más tiempo del necesario poder armar una oración coherente en su cerebro.

—¿Cómo sabías que vendría hoy específicamente? 

Eso no era realmente lo que quería decirle. Quería saltarse toda la parafernalia del reencuentro, e ir directamente a lo que los convocaba. Quería decirle tantas cosas. Quería decirle cuanto la extrañaba cada momento de su vida, decirle cuanto había esperado por este momento, decirle cuanto le había costado tomar esta decisión, y porqué se arriesgó a tomarla. Pero su voz lo detuvo nuevamente.

—No lo sabía. No tenía como saberlo tampoco. Vine cada día, a esperar que llegaras, sin saber realmente si algún día me perdonarías.

Su voz sonaba tan tibia como siempre. Como si nada entre ellos hubiese pasado jamás. Parecían ser los mismos chicos que se conocieron esa noche en su casa. Pero nada era igual que antes, y Niall lo sabía, y no podría olvidarlo aunque quisiera.

—Todavía no sé si estoy listo para perdonarte.

—Entonces, ¿por qué viniste? 

—No sé, Jasmine. No lo sé. Quería... hablar, verte, no lo sé.

Tenía la cabeza gacha, y sabía que aunque Jasmine miraba fijamente hacia el mar, una de sus miradas fue a parar en su nuca por unos pequeños segundos. Los nervios comenzaron a subir a su cabeza, y pronto empezó a dudar de la seguridad con la que tomó la decisión. Ya no sabía si lo que había hecho era lo correcto, la ansiedad empezaba a carcormerlo por dentro.

—Mira Niall, la nota que te mandé fue lo único que tuve para aferrarme a la pequeña oportunidad de volver a verte. La verdad es que no tenía grandes esperanzas de que pasara después de lo que te hice pasar. Luego de verte en esa fiesta, y luego de todo lo que pasamos juntos y de lo que pasé yo misma, no podía dejar que mis problemas siguieran atormentándote. No podía permitirme hacerte más daño. Debía dar un paso al costado en tu vida, y dejar que tus heridas sanaran con el tiempo, porque era claro que yo no podría hacerlo. Dediqué el tiempo alejada de ti para sanarme. Necesitaba un tiempo a solas, necesitaba derribar mis barreras internas, necesitaba...  matar a mis dragones.

Rió un poco al final de su monólogo cuando hizo alusión a lo que Niall le había dicho tiempo atrás en una de sus tantas metáforas.

Hubo un silencio sumido en la calma del ambiente. Duró una eternidad, dejando que la cabeza de él diera vueltas y vueltas, volviendo a escuchar las palabras dichas por Jasmine una y otra vez, como una grabadora en repetición. 

—Supuse que si venías, era porque también habías tenido tu tiempo para reflexionar sobre mí, sobre ti, y sobre nosotros. Y que estabas dispuesto a perdonarme. Pero si no estás listo, lo entiendo.

Por primera vez desde que llegó, se miraron a los ojos. El café oscuro y el celeste hicieron contacto, y una pequeña chispa de electricidad recorrió cada uno de sus cuerpos, igual que la primera vez.

—No estoy listo, Jasmine. Pensé que lo estaba, pero no es así. Verte solo ha logrado que todo vuelva de súbito, y me revuelva el estómago, y una vez más no sé que es lo que quieres.

El contacto visual jamás se rompió desde ese momento, Jasmine vio nubes esponjosas, y supo que todavía había esperanza.

—No se trata de lo que yo quiero, se trata de lo que tú quieres. De lo que quieres para ti, y para nosotros. No te forzaré a nada, ni a tomar una decisión apresurada. Yo tampoco sé si mis intenciones realmente eran volver a ser lo que éramos, tú sabes... novios. O lo que sea que hayamos sido, eso da igual la verdad.  Ambos sabemos que nada volverá a ser como fue antes, pero no sé. Podría ser diferente... mejor, quizás.

—Sé que ya no somos lo que éramos. Y después de tanto tiempo y con la cabeza fría creo poder entender en parte, por todo lo que pasaste. Te amé, Jasmine. Por dios, aún te amo, incluso con el paso del tiempo, ahora me doy cuenta de que ninguno de mis sentimientos por ti ha cambiado. Pero tú sí cambiaste. Ya no eres la princesa encerrada en la torre. Saliste. Saliste y ahora estamos aquí, tan cerca, que podríamos hacer cualquier cosa. Pero creo que ninguno de los dos tiene esa respuesta.

Nada había cambiado realmente. Seguían compartiendo palabras sin tener que hablar, seguían sintiendo cada cosa que él otro quería transmitir. Todo seguía igual, pero tan paradójicamente diferente. El viento sopló fuerte, la cabeza de Niall cayó sobre el hombro de Jasmine, el mar golpeaba la orilla con calma, el atardecer teñía sus cuerpos de naranjo, y ambos se quedaron ahí, mirando hacia adelante buscando respuestas.



______

¡hola! dejaré otra entrada con muchas explicaciones, espero puedan leerla :) perdón por todo u.u

Cinderella. [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora