Birthdays means happiness

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29: Cumpleaños significa felicidad

—¿Puedo saber por qué andas suspirando tirada en los sillones?

Después de la gran confesión de Niall en su casa, nada había seguido el curso normal. Se sentía terrible, con una opresión en el pecho que le gritaba que era culpable de todos las lágrimas derramadas por los lindos ojos de Niall.

Sus palabras habían sido como vidrios rotos; tan difíciles de esquivar, y tan complicados para quitar sin sangrar.

—¿Has sentido alguna vez la ferviente necesidad de lanzarte a algo, pero que hay algo entremedio, que sea lo que sea que hagas, te detendrá?

Su madre, que la veía desde la bajada de las escaleras, se acercó y se sentó a su lado. Acarició su cabello, y mantuvo el silencio por unos minutos. Suspiró, y dijo; —No importa qué, ni quiénes quieran detenerte, si lo que tú quieres es ir y lanzarte, debes seguir tus instintos. Debes luchar por conseguir lo que quieres, y si algo se interpone, pues lo sacas del camino.

Las palabras hacen sentido en su cabeza. Los puntos conectan, y el puzzle encaja en su mente, pero hay algo. Siempre hay algo. Es esa voz en su cabeza, que siempre grita cosas, que está escondida detrás de la oscuridad, protegiendo su integridad, sabiendo que sin ser vista nadie puede destruirla. Esa es la voz que siempre dice que no, que siempre se queda callada ante estímulos amorosos, es ella la voz que la detiene sea lo que sea que haga.

—¿Y si lo que me detiene soy yo misma? ¿Cómo me saco del camino?

...

—¿Recuerdas a Harry? ¿El chico alto, de pelo rizado?

Estaba lloviendo, pero ésta vez llevan un paraguas sobre sus cabezas, transparente a pedido de Jasmine. La tarde, a pesar de todo, estaba preciosa, con una brisa fresca chocando en sus caras, haciendo que la piel de Niall, especialmente blanca se viera un poco más sonrosada por el frío. Jasmine piensa que se ve hermoso, más aún cuando sonríe hasta con sus ojos.

—Claro que lo recuerdo, es un chico simpático. ¿Qué pasa con él? 

—Estará de cumpleaños la otra semana, hará una fiesta y todo eso. Pensé que querrías ir conmigo, quizás.

Niall sonríe pequeño, casi tímido, casi avergonzado de hacer su aclaración. Sus mejillas tomando un color más intenso, haciéndolo ver aún más adorable. Su cabeza está gacha, y Jasmine quiere abrazarlo y no dejarlo ir nunca más, porque se ve tan indefenso, y pequeño; no puede resistirse.

—Por supuesto que quiero ir contigo, no seas tonto Niall. Me encanta estar contigo.

Sus mejillas se encendieron de nuevo, y sus ojos brillaban de una manera hermosa cuando la miró. Su sonrisa no se podía comparar con nada, todo era demasiado opaco para llegar a parecerse a la sonrisa de Niall.

—Entonces tendremos que pasar al centro comercial por un regalo. 

—¿No pensabas ir sin mí, acaso? —lo codeó, subiendo las cejas, haciéndolo reír.

—No estaba contemplado en mis planes.

—Eres un idiota, ¿lo sabías?

—Louis suele decirlo a menudo, pero creo que es porque me tiene envidia.

—No tienes remedio.   

Ambos ríen, y se dan un tiempo donde el silencio pasa sigiloso por entre medio. Un tiempo para mirar como caen las gotas de lluvia en el paraguas, y un tiempo para admirar las rosadas mejillas de Niall.

Un tiempo para pensar un poco, en el momento en que ese chico de tez blanca y ojos azules entró tan deprisa en su vida. Como es que llegó tan lejos, y como es que ahora no puede pasar un segundo sin pensar en lo lindo que es cuando sonríe, o cuando se dirige solo a ella.

Cinderella. [Niall Horan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora