¿Sueños?

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Pov Tomas

8 meses. Otro mes más que pasaba como si nada y el tiempo no se detenía y no tenía planes de hacerlo.
Estaba atravesando la peor etapa de mi vida y parecía quedarme estancado y sin salida, mi único motor era mi hija que ya había cumplido el año y un mes de vida.

Mía estaba largando sus primeras palabras aunque largaba con frecuencia balbuceos que me atacan el corazón con amor y eso reparaba aunque sea un mínimo porcentaje de todo lo roto que estaba. También estaba dando sus primeros pasitos junto con mi ayuda y con la de sus abuelos, y más allá de que su mamá no estaba, ella vivía rodeada de amor de todos.

Aún teniendo un año y un mes, mi princesa era demasiado inteligente y lúcida y debo admitir que eso lo había heredado de Esperanza, Mía, no veía a su mamá desde sus 4 meses de vida pero la reconocía a la perfección, y a través de las fotos ella la señalaba todo el tiempo y hasta sonreía con un brillo especial cada vez que le mostraba a su madre, ese gesto me volvía loco.

Era una de las tantas madrugadas en las que me encontraba sólo en mi casa, mi hija durmiendo plácidamente en su cuna y a mi todavía no me había atrapado el sueño. Últimamente o quizás desde que Esperanza se fue de mi lado, yo no lograba conciliar el sueño fácilmente y lo máximo que dormía por día eran alrededor de 3 o 4 horas, el cigarrillo se habia vuelto un vicio para mi casi tanto o más que el whisky. Era una manera de aliviar el dolor que atravesaba en mi cuerpo, en mi pecho, en mi alma, en mi corazón y en todo yo, un dolor que cada vez era más insoportable y si lograba salir adelante era por lo más lindo que me había dejado Esperanza.

Salí al pequeño balcon con el clásico Lucky mentolado que se colaba en una de mis manos entre mi dedo indice y el del medio y con la otra sostenía el vaso redondo de vidrio en donde abundaba el trago fuerte que me acompañaba casi todas las noches.
Aspire el humo que prácticamente llenaba mis pulmones y aunque sabia completamente que era nocivo y peligroso, no me importa. No me importa morir, no me importaba alagar más mi vida, ni siquiera me importaba cuidarme y prevenir alguna enfermedad, sólo pensaba en que si Esperanza ya no estaba en este mundo para acompañarme yo tampoco quería estar.

Un segundo después de contener todo el humo en mis pulmones por un rato y exhalarlo, trague el fuerte whisky de mi vaso de un sorbo sintiendo como este hacia estragos en mi provocando un calor repentino y hasta un fuego fuerte que recorría mi garganta.
Mire el cielo que estaba completamente despejado y miles de estrellas abundaban en el, recorri con mi mirada cada una hasta que pose mi vista en una que capto toda mi atención, era la estrella más grande del cielo y la que más brillaba, diferente a todas, se distinguía y hasta parecía única y otra clase de estrella. Me hizo acordar a mi esposa tan freca y natural, pura, buena, divertida, linda, única.

-Ay Esperanza, como estarás? No te das una idea de lo que te necesito y de lo que te extraño chiquita, y hasta mira, parezco un loco hablándole a una estrella que me hace acordar a vos, te quiero a mi lado.-Susurre sin dejar de mirar la estrella y sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas. Nunca había sentido tal dolor y de tal magnitud.

Volví a entrar en mi casa después de haber fumado casi medio atado de 20 cigarrillos y después de haber tomado otros tres vasos de whisky.
No estaba borracho, y hasta podía jurar que me había acostumbrado a tomar bastante que ya el whisky no causaba efecto en mi.

Camine hacia la habitacion de mi hija para mirarla por última vez, y me dirigi a mi habitacion. Me recoste abre la cama matrimonial que cada vez me parecía más grande sin Esperanza a mi lado y respire lo más profundo que podía. Gire mi cabeza hacia la mesita de luz de al lado de mi cama y me detuve en una foto de mi esposa sonriendo más feliz que nunca.
Sonrei y solte las lágrimas que había estado conteniendo hacia rato, deje que salieran y ni siquiera me preocupe por retenerlas, quería llorar hasta dormirme porque sinceramente no encontraba otra salida para desahogarme.

-¿Porque me dejaste? ¿Porque nos dejaste? Esperanza aparece, dame una señal, Dios dame una señal de que esta bien, de que esta con vida y de que puedo encontrarla, no aguantó más.-Grite aunque no muy fuerte porque la angustia y el nudo en mi garganta no me lo permitían, aplaste la foto contra mi pecho en un intento de abrazarla o de sentirla pero era en vano, y así a altas horas de la madrugada y después de llorar tanto, logre dormirme en un sueño pesado y profundo.

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-Tomás, Tomás. Ay Tomás despertate, estas bien? Ay Jesús protegelo por favor.-Clara gritaba desesperada sacudiendome y yo que recién abría lo ojos no entendia nada.

-Que.. Que pasa Clarita?.-Pregunte sorprendido y agarrando mi cabeza fuerte, el dolor en ella era insoportable y los gritos de Clara no ayudaban.

-Tomás, sos consciente de la hora que es?.-Clara me.preguntó sería y negué, pero supuse que debía aproximarme al mediodía.

-Supongo que no muy tarde, el mediodía quizás?.-Respondí y Clara abrió los ojos mirándome aún más seria y boquiabierta.

-Son las 5 de la tarde Tomás. No entendes lo preocupado que están todos con vos, te llame 30 veces y ninguna atendiste, te llamaron todos y no respondiste. Tu hija esta llorando hace un buen rato y ni siquiera la escuchaste, estas mal.-Clara estaba enojada y se notaba en su voz.-Tomás vos nunca fuiste así de irresponsable, jamas. Siempre fuiste tan correcto, siempre te encargaste de corregir y educar bien a todos y sos una persona con una conducta intachable, sos único pero este último tiempo... Yo se que es difícil, es mi hija también, ella esta desaparecía y es mi hija y yo también estoy partida al medio pero tenes una hija Tomás, hacelo por ella, viví por ella. En esta casa inunda el olor a cigarrillo y las colillas estas tiradas por todos lados, la botella de whisky esta casi vacía y es la segunda que te terminas esta semana, enserio las cosas no pueden seguir así.-Ella me puso lo puntos y estaba claro que tenía toda la razón del mundo. Pero, como sobrevivía? No pensaba en otra cosa que en ella, que mi felicidad ya no existía y que todo se había ido a pique sin ella pero era cierto, mi hija me necesitaba bien, como antes.

-Yo.. Yo no tengo derecho a decir nada Clara, vos, tenés toda la razón y yo lo se, creeme que lo se. Pero, esto es muy difícil para mi, ella es el amor de mi vida, es la persona que yo elegi hasta el resto de mis días e inclusive más allá de la vida. La amo entendes? Y decime, como hago para vivir sin ella, sin su risa, sin su todo? Explicame, ayudame, como hago?.-Me quebre en brazos de mi suegra y aún con la foto de Esperanza en mis manos, la foto que aún no quería soltar y que no lo haría porque era una de las tantas fotos que reflejaban la pureza y naturalidad de aquella persona que se había robado todo de mi a tal punto en que hoy no tenerla a mi lado me debilitaba hasta querer morir. Clara me miró con compasión y ella tambien se quebró y cuando pude despegarme de aquel abrazo eterno me dispuse a salir adelante aunque sea de a poco, por mi hija.

En lo único que no podía dejar de pensar era en ese sueño o lo que quiera que sea que haya sido eso que se colo en mis sueños. Primero cuando estuve en coma aparecieron mis padres, ahora soñe varias cosas en donde aparecía en lugares diferentes, en donde la conversación que había tenido con Benjamin me había servido demasiado y en donde Esperanza corría a mis brazos caundo yo la rescataba.
Tenía que unir esas piezas para tratar de descifrar lo que había soñado porque estaba seguro de que algo genia que ver con ella.

Bueno perdón, estuve demasiado desaparecida pero fue porque tuve que rendir materias y si las rendi a todas. Es un regalito adelantado de navidad, en este capítulo sólo narra Tomás y en el que viene a lo.mejor lo narre todo el también, mañana si tengo tiempo subo capítulo.
Pido disculpas y quiero votos y comentarios, espero que les haya gustado.

Un amor casi imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora