Volver a empezar

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Pov Tomás

El tiempo pasaba de a poco, un mes más había pasado desde que había decidido irme a Córdoba. Ya iban casi 4 meses que estábamos separados con Esperanza y cada vez era más difícil para mi. Escuchaba su voz sólo en la radio o cuando escuchaba algún recital que ella daba, realmente la gente la amaba.
Lo bueno es que en Córdoba tenía una sucural de nuestra empresa familia "Zitor" y por eso yo me iba a hacer cargo por lo que no tenía que conseguir trabajo y eso me dejaba más tranquilo.
Me prepare en mi nueva casa para poder ir a trabajar, como todos los días me levante muy temprano para ir a correr a una plaza que había en el centro muy cerca de donde vivo y ya que fumaba tenía que hacer ejercicio y era algo de lo que no me privaba.
Unos rayos de sol entraron por mi ventana despertandome, recorde que me había quedado dormido con mi celular mientras miraba fotos que tenía con Esperanza, era autodestruirme pero a la vez me hacia bien recordarla, la amaba y eeso era innegable. Aunque pasará el tiempo, aunque mil mujeres se.me cruzaran en el camino, yo jamás amaría a una persona como la ame y amo a ella. Una lágrima recorrió mi mejilla y eso ya se me había vuelto una rutina, pensé que era hora de ponerle un punto final a esto y hacer algo para tener la cabeza ocupada en otro lugar.

Ya en la plaza me dispuse a correr mientras tenía mis auriculares con música que me alentaba a seguir corriendo. Ya iba por la tercer vuelta a aquella plaza y mi respiración era cada vez más agitada, aún así tenía que seguir. Desde que había empezado a fumar notaba que cada vez me costaba más hacer algunas cosas, me agitaba demasiado y a veces tocia como si no hubiera un mañana, realmente era algo malo pero aquella droga adictiva era lo único que calmaba mis ansias y los nervios, también mi mal estar por no tener lo que más quería en esta tierra.
Oblige a mi cerebro a cambiar de tema y dejar de pensar siempre en lo mismo y mientras paraba de correr, tome un trago de agua de la botella que llevaba conmigo. A lo lejos, divisé a alguien muy parecido a Juliana, mi bronca comenzó a aparecer al recordar lo que había pasado. Desde aquel día que supuestamente yo me había acostado con ella y después de yo haberle dejado las cosas muy en claro, ella le había enviado esas fotos a Esperanza y desde ahí no pude volver a enfrentarla. Quería saber si en verdad entre nosotros había pasado algo y eel porque le había mandado esas fotos a Esperanza. Corri hacia donde estaba la mujer de perfil y la gire haciendo que me mirara, la chica confundida y molesta se soltó de mi agarre y se enfrentó a mi.

-Que haces? Estas loco?.-La chica me grito y la mire avergonzado por la situación y casi rogando que me disculpara.

-No perdon, te confundi con alguien más, enserio perdón...-Iba a continuar pero caí en la cuenta de que no sabía su nombre así que termine la frase ahí. Note que ella se había tranquilizado y ahora me miraba en un modo tierno en donde ella se disculpaba.

-Ay perdoname a mi, quizas reaccione mal porque me asuste, además no tuve un buen día. Me llamó Luz por cierto.-Ella me extendió la mano agradablemente y yo accedi a chocar mi mano contra la de ella.

-Tomás, un gusto.-Me sonrió amablemente y yo le devolví la sonrisa. Me quede mirándola fija por un minuto y note algo diferente en ella, una luz especial como bien se llamaba ella. Su cabello era rubio y sus ojos claros pero verdes, su tez no era ni muy blanca ni muy oscura, más bien era de un color tostado. Su estatura era media, me llegaba a los hombros y tenía buen cuerpo.

-Bueno Tomás creó que tengo que seguir corriendo, a eso vine a esta plaza.-La chica volvió a decir y yo asentí.

-Yo también, si queres podemos correr mientras hablamos, esta aburrida esta música.-Dije señalando mis auriculares, ella asintió.

Comenzamos a correr mientras hablábamos de temas sin importante, cuantos años teníamos cada uno, a que nos dedicábamos, nuestros gustos y cosas sin importancia. Pude notar que cada tanto Luz disminuía su ritmo al correr, en simples palabras no se esforzaba y eso fue algo que me asombro.

Un amor casi imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora