¿Alucinaciones?

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Pov Esperanza

Benjamín se me acercó ni bien atravese aquella puerta del salón de la mano de Tomás. Sentí a Tomás con un enojo que sobrepasaba cualquier cosa cada vez que Benjamin se me acercaba y ahora empezaba a entender que Benja lo hacia a propósito, cada vez que estaba con Tomás el se me acercaba.

Paso gran parte de la fiesta entre risas, charlas y brindis con mi familia y amigos. Con la música alta, Gilda y el Gato bailaban en un rincon, Pedro y Lola estaban pegados a más no poder mientras bailaban y entre baile y baile algún que otro beso se cruzaba frente a ellos, Jorge y Clara estaban sentados en la barra de tragos, quien diría que Clara colgaría los hábitos para estar con mi papa, con quien tiempo atrás había tenido una fuerte historia de amor y jamás me cansaría de recordarlo, del otro lado Nieves y Diana que estaban sin el hábito y era algo muy raro, parecía como si ellas no fueran monjas y hasta podría decir que no parecían que tuvieran algo que ver con la Iglesia. Nieves estaba muy cariñosa con Paul, uno de mis productores que se encargaba de mejorar las canciones, una gran persona y amigo, también un galán como quien diría. Diana del otro lado, hablaba tambien muy simpática con uno de mis amigos, el guitarrista que me acompañaba cuando quería tocar alguna canción acústica. Era muy loco pero creo que después de esta fiesta me iban a tener que escuchar, ellas no tenían vocación para quedarse toda su vida en una Iglesia, ellas podían amar a Dios pero entregar su vida a un amor terrenal que les brindara amor de por vida, igual o incluso más que lo que les brindaba Dios.
En otro de los lados estaba Vicky, mi productora y amiga, mis maquilladoras y Benjamin hablando y bailando mientras tenían vasos de tragos en sus manos. Recorri todo el lugar con mis ojos mientras buscaba al amor de mi vida y allí lo vi, parado frente a una mesa que contenía todo fotos mias desde que era chiquita hasta el día de hoy, y había hasta fotos con el inclusive cuando yo era monja y el, el Padre Tomás. Me acerque hasta donde estaba el y pude notar que tenía en sus manos una foto de cuando yo era bebé, esa foto me la había dado mi mamá adoptiva y yo la tenía guardada como muchas otras fotos. Era un recuerdo que me daba ternura y me llenaba el alma pensar que mi mamá aunque no tuviera mi sangre me amo y me cuidó aún más que si hubiese llevado mi sangre. Una lágrima recorrió mi mejilla cuando me acorde de ella, hubiese querido que estuviera para mi en mi cumpleaños pero por cuestiones de salud ella ya no estaba en este mundo físicamente. Entendia que aún así mi mamá biológica estuviese viva, con la que pase gran parte de mi vida y la que me cuidó, amo, educo y enseñó fue mi mamá adoptiva y de eso estaría agradecida toda la eternidad.
Vi como Tomás se llevaba a la boca la foto mía que tenía entre sus manos mientras apretaba sus labios contra esta dándole un beso, que hombre tierno pensé. Sin dudas el amor de mi vida y ya no me imaginaba una vida sin el.

Se giro y me vio, una sonrisa se dibujo en su cara y mientras se acercaba más a mi, me agarro de la mano haciendo que lo agarrará de la cintura/espalda. El rodeo sus brazos en mi cintura y sin pronunciar palabras, estalló sus labios contra los míos buscando mi lengua con desesperación.

-Te amo, lo sabes no?.-Tomás me dijo cariñosamente mientras se separaba de ese tierno y profundo beso que segundos atrás me estaba regalando. Que lindo sonaban los "te amo" que el pronunciaba para mi.

-Te amo mucho más, lo sabes no?.-Retruque su frase haciéndole entender que yo lo amaba mucho más a el. Esta vez pase mis manos por su nuca entrelazando mi manos con su pelo corto acoplado perfectamente a su cabeza mientras que su flequillo con ondas cubria su frente. Acaricie su mejilla que contenía una barba de hacia unos días, se había dejado crecer la barba porque sabia que me encantaba como le quedaba y obviamente a el también le gustaba tenerla aunque con o sin barba era el hombre más lindo del mundo, me acerque a sus labios suavemente mientras mordí apenas su labio inferior haciendo que Tomás me regalara una sonrisa que me llenaba el alma. Entre beso y beso, baile y baile había pasado al rededor de una hora, y yo aún seguía en los brazos de Tomás.

Un amor casi imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora