Vueltas al reloj

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Pov Tomás

Me encontraba sentado en la misma plaza donde comenzó todo. 5 meses que pasaron volando. 5 meses que estoy intentando rehacer mi vida y casi un año que no tengo a mi lado a la única persona que aún sigo amando con locura. Hoy era el día de nuestro aniversario. Hace 3 años conocía a la persona que cambiaría mi mundo para siempre. Hacia 3 años ella llegaba al convento para cambiarnos la vida a todos, y no entendia como había sucedido. Yo dejando mi vocación, mientras amaba a Esperanza en secreto. Miles de idas y vueltas, miles de besos y de noches apasionadas, miles de peleas que terminaban siendo arregladas con besos o en la cama, miles de caricias. Viajes compartidos, tristeza y llantos hasta que llegó aquel día que nos separó. Llevábamos un casi un año juntos y no llegamos a nuestro primer aniversario. Hacia 8 meses nos habíamos separado y hacia 4 que estaba saliendo con Luz. La quería pero no la amaba. Comprendí que tenía que dar ese paso porque supe que lo mío con Esperanza era algo del pasado. Desde aquel dia que decidí vivir en Córdoba no había vuelto a hablar con ella y no tenía ni rastro. Sólo tenía fotos que observaba cuando estaba sólo o en momento especiales. Luz tenía su panza cada vez más grande y estaba a muy poco de parir.

Saque mi celular y volvi a abrir por décima vez en el día el álbum de fotos que tenía con Esperanza, mire una por una, recorde sus caricias, sus besos, sus "te amo", sus gritos, sus ocurrencias, su todo. Varias lágrimas irrumpieron en mis ojos rojos de tanto llorar. Había pasado todo el día imaginando todo lo que podríamos haber hecho hoy en nuestro aniversario si estuviéramos juntos. No había visto a Luz en todo el día, ni tampoco había contestado sus llamadas, hoy era un día de duelo para mi y quería transitarlo sólo. Así sería cada vez que cumpliera aniversario con la mujer que más amo aunque estemos separados, quizás algún dia pueda superarlo.

Mi relación con Luz iba muy bien, no conviviamos pero ella se quedaba a dormir en mi casa algunas veces, al papa de su hijo no lo conocía pero tenía en claro que la cuidaba y la acompañaba al médico y eso era algo que no me molestaba en lo absoluto. Al contrario, me sentía bien porque la criatura que iba a nacer en ese vientre tuviera un papa presente a pesar de no estar en pareja con su mamá.
Ahí me puse a pensar en todos los hijos que podríamos haber tenido con Esperanza, y lo lindos que sería. Todo giraba entorno a ella.
Me dispuse a caminar nuevamente hacia mi casa, ya era de noche y aunque estábamos en primavera, la noche estaba fresca.

Pov Esperanza

Aniversario. Esa palabra retumbaba en mi mente y se hacia presente con punzadas de dolor en todo mi cuerpo. Mi vida ya no era la misma y aunque me enfocara en no pensar en el, siempre algo.me hacia recordarlo. Hace 8 meses nos separamos, hace 5 que no se nada de el y el tiempo pasa cada vez más lento en mi vida. Ya no soy la misma que era, la alegría en parte se me había ido. Mi familia era incondicional no lo negaba pero ellos no me llenaban el alma como en verdad lo necesitaba. Nicolás era un chico de oro, una persona de esas que marcan la diferencia pero mi corazón no lo aceptaba. Era como cuando a alguien le hacen una donación de algún órgano y por alguna mala razón su cuerpo no lo acepta. Eso me pasaba a mi. Lo quiero y no lo niego pero había una cosa que tenía en claro y es que querer no es amar.

Sin decir nada a nadie, me levante temprano y fui hasta la terminal de colectivos. Saque un pasaje rumbo a Rosario. Iba a pasar el día más importante y a la vez más triste en el lugar donde el me había pedido matrimonio. Recorde esa terminal de micros, ahí comenzó todo. En este lugar fue la primera vez que lo vi.

Le di mi boleto al conductor del micro y me sente en un asiento, pensé en todas las cosas que habíamos pasado. Ni bien llegue a Rosario, sin valijas y con un pequeño bolso de mano, me dirigi al restaurant en donde me entregó la pequeña caja rosa que aún tenía en mi poder. Llegue al lugar y el mozo me recordó a la perfección, le pedí pura y exclusivamente que me llevará hasta donde se encontraba la gran fuente donde aquella noche había tirado una moneda pidiendo un deseo que se cumplido pero hoy en día se había roto.
Me plantee frente a la fuente y vi como el agua reflejaba mi tristeza, en eso me había convertido. Todo mi cuerpo manifestaba tristeza. Dolor. Contemple unos segundos aquella fuente y el mismo lugar, agarre una moneda del pequeño bolsillo de mi jean, la apreté con fuerzas y pedí un deseo.

Un amor casi imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora