El amor todo lo puede

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Pov Esperanza
Hacia semanas no lo veía a Tomás, sentia que cada vez lo extrañaba más pero era cierto que teníamos que separarnos o no, era todo muy confuso. Decidí volver a la Merced, se que la gente de ahí me odia por lo que paso pero no tengo otro lugar para irme y quiero definitivamente tomar distancia si no me volvería loca. Iba a despedirme de la Madre Superiora, de las monjis como las llamaba yo y de Clarita a ella definitivamente la extrañaría pero iban a saber entender que era por el bien de todos, me iba a ir por un tiempo indeterminado además extrañaba a mi prima y a Pato mi hermana del alma. Toque la puerta del convento y rogué no encontrarme con ya sabemos quien.
En menos de un segundo se abrió la puerta dejandome ver a quien no quería o si, pero verlo me hacia peor, tenerlo cerca y a la vez tan lejos era un dolor insoportable.
-Padre, eh... Yo, vine a despedirme de la Madre y de Clarita.-Le dije y abrió bien sus ojasos celestes o verdes, dependían del tiempo pero lo que tenía en claro era que siempre que los miraba me perdía en ellos.
-Despedirte?.-Me dijo confuso
-Si me voy a ir por un tiempo, es lo mejor Padre, yo no quiero traerle más problemas y usted ya eligió.-Dije y mis ojos se cristalizaron, aunque no quería tenía que hacerlo.
-Ya no me tuteas.-Me miró apenado
-No, si, es que siento que lo puse muy incómodo con lo del beso, y haciéndolo elegir entre su vocación y yo, que tonta soy.-Dicho eso largue una lágrima y sentí como me agarro la mano y me pegó contra el, por un impulso cerré mis ojos y me deje llevar, cerro la puerta del convento y me llevó a la sacristía cerrando la puerta con llave.
-No, Padre esto esta mal, suelteme. Se va a arrepentir.-Le dije pero no hubo caso, me aferró más contra el y me beso, al principio suave y tierno pero después comenzó un beso apasionado y subido de tono hasta que Tomás se separó.
-Es una locura esto Esperanza.. Yo no te quiero lastimar, vos.. Vos sos lo mejor que me paso y te quiero tanto, tanto tanto que te amo.-Dijo eso y sentí como en mi estómago se alborotaban las llamadas "mariposas" o elefantes, no se que tenía allí pero sentí una sensación extrema de felicidad, como si estuviera en el mismísimo paraíso.-No me arrepiento de nada, Dios no condena al amor.-Dijo y me miró a los ojos haciendo una pausa y me volvió a besar, me acarició la cintura, subió hasta mi espalda y después hacia mi pelo acariciándolo suavemente. Yo jugaba con su pelo, con mis manos agarrando su cuello, fue un beso larguísimo y nos separamos por falta de aire.
-Tomas, no quiero separme de vos nunca mas, me escuchaste? Nunca más.- Esas palabras salieron de mi alma y lo volvi a besar con más pasión que antes jugando con sus labios y su lengua hasta que en un momento un ruido nos separó, si, un inoportuno tocó la puerta de la sacristía. Mire discolocada a Tomás que aún me tenía agarrada y Sonreí al ver la locura que habíamos hecho pero me separe y me escondí en donde el Padre guardaba su sotana y por fin Tomás abrió la puerta.
-Clara, que paso?.-Dijo Tomás y en un momento no se porque me tranquilice al saber que era Clara.
-Padre, necesito confesarme, ya se que no es el horario de confesión pero tengo que confesarle algo que me esta matando por favor.-Note a Clara nerviosa y con la voz a punto de llorar.
-Eh si clara, pero ahora no puedo, en un rato veni.-Dijo Tomás algo nervioso como ocultando algo.
-Es sobre mi hija Padre, tiene que ser cuando antes.-Escuche a Clara decir eso y pensé, Clara tenía una hija? Porque nunca me había contado?
Sin querer estornude por el polvo que había en ese lugar, sin duda había que limpiar. Luego de mi estornudo escuche a Clara decir
-Padre, hay alguien ahí adentro?.-Decidí salir de mi escondite ya que con Clara había confianza y no aguantaba más estar ahí.
-Clara, soy yo, vine a buscar unas cosas y justo estaba Tomás pero me tuve que esconder porque si no pensarían cualquier cosa del Padre.
Clara lo entendió y pero quería saber que era eso de que tenía una hija así que agarre a Clara de la mano y me fui hasta la habitacion de ella.
-Clara perdón que escuche no quería, pero como es eso de que tenés una hija? Como nunca me contaste? Quiero conocerla.-Le dije y la pobre se puso pálida como si hubiera visto un fantasma.-Ey Clarita, estas bien?-ya me estaba asustando porque no me respondía.
-Eh ss...si Esperanza, no... No quiero hablar del tema, quiero estar sola, cuando sea el momento te voy a contar.-Me dijo muy nerviosa y me asuste aunque no quería presionarla así que acepte y no le pregunte nada más.
-Vine a despedirme igual.-Le dije un poco sería
-Despedirte? Que estas diciendo Esperanza? A donde te vas a ir?.-me preguntó asustada como una madre que no iría a ver nunca más a su hijo.
-Si me voy a ir por tiempo, sabes que quiero mantener distancia con Tomás, nos besamos Clarita, nos besamos. Esto cada vez se nos esta yendo más de las manos, y no quiero sufrir más, se que el no va a dejar su vocación.-Dije apenada y con algunas lagrimas que asomaban con salir.
-Esperanza, como que se besaron? Pero esto es grave el es un cura!!!!.-dijo un poco alterada y casi gritando
-Shhh loca, querés que se entere medio convento?.-Le dije en un tono medio divertido.-Ya esta Clara, me voy a ir, unas semanas no es para tanto, entendeme.
-Bueno pero te voy a extrañar.-Dijo y me abrazo.-Yo también Clari, mucho.-le dije y me levante para irme.
Salí de la habitacion de Clara y sentí que me agarraron del brazo.

Continuará...
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Un amor casi imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora