ya era el ultimo día de mis vacaciones, me había mostrado la ciudad tantas veces que ya podía salir por mi cuenta, o eso creía.
Erick se había levantado temprano, quería presentarme a toda su familia y para esto organizo una especie de cena, mi autobús saldría mañana temprano pero ir a comprar el boleto seria una buena escusa, así que salí tomando el camino mas largo pues tenia mas puntos de referencia para no extraviarme, pase una iglesia... dos.. tres... si, esta ciudad tenia muchas iglesias, y entonces vi una que no reconocí. ¡Mierda!
me di la vuelta, quizá había tomado el camino equivocado, una vuelta de mas o de menos.... pero ya ni siquiera recordaba por donde había pasado, estaba a mitad de un fraccionamiento, de esa casas de dos pisos que todas son exactamente iguales, y yo con mi orientación de mierda.
ya había pasado una hora entera, y cada vez me sentía mas lejos de mi destino y peor aun, de mi punto de partida... dos horas, los pies me fallaban de los nervios que tenia, pues debía volver al hotel a tiempo y prepararme para la comida con el, y estaba tan lejos... me di por vencida, ya no buscaba como entrar o salir de ahí, solo buscaba un asqueroso taxi para volver a hotel y así estar lista a tiempo, y en ese instante vi mi salvación... una señora acababa de bajar de uno dejándolo libre para mi, estaba cubierta con una especie de manto que cubría su cabeza y cabello, solo pude ver un par de ojos de un azul claro mirándome directo... aquella chica... paso fugazmente por mi cabeza... pero...
¿que probabilidad había de encontrarme a la ex de mi novio originaria de España en una ciudad de miles de habitantes?
decidí sacar aquella mujer de mi cabeza y subir tenia el tiempo encima, vi como aquella mujer le daba unos billetes y un papel al taxista, quizá si venia de lejos por la cantidad de dinero que le daba, aun que dudo que haya un taxi de España a México.
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me levante tan temprano que ni siquiera me moleste en quitarme las lagañas de los ojos o esperar a que los vendedores del mercado de la ciudad se establecieran del todo, tanto así que para las 7:30 ya llevaba varias bolsas del mercado repletas de alimentos, esa noche no solo seria anfitrión si no chef.
llegue pateando la puerta de mi casa, por la emoción y pues por que... no tenia una mano libre para abrir de forma civilizada, pero daba igual, al fin y al cabo solo estaba mi hermano.
-ella vino a buscarte
fue lo primero que escuche, con otra patada cerré la puerta y no lo mire de frente, de reojo note que tenia algo en las manos aun que quizá era su celular, era unos años menor que yo y nunca se separaba de su teléfono.
-¿Anna? ¿como pudo llegar hasta aquí? de segur vino en taxi no? solo le di la dirección pero no se si entendería mis indicaciones, ademas si e terca... le dije que yo iría por ella....
estaba tan feliz y emocionado, que no note siquiera a cara de Giovanni, tampoco el paquete en su mano, apenas comenzaba a pervivir el aroma... hasta que me vi interrumpido para voltearme.
-¡Erick voltea!
gire mi cabeza, casi molesto de que me hablara así, pero el olor de aquel perfume fue tan fuerte y repentino que casi pareció un puñetazo, me revolvió el estomago, ni siquiera quería respirar mas, y aquella letra en la carta...
-¿y que quiere?
dije tratando de hacerme el fuerte y de no vomitar
léelo por ti mismo
si quieres ver a tu novia sin un rasguño, al menos ven y despídete de mi como se debe, has sido un novio malo y me las pagaras mi amor
con cariño, Pauli.