Fue un viaje largo, sin comer o dormir del todo bien pero no dejaria que eso me impidiera pasar tiempo con el, aun que sentir la suciedad sobre mi cuerpo me ponia algo incomoda asi que despues de comer caminamos sin un rumbo, pero no era el lugar, era el, sentirlo cerca me hacia feliz.
La belleza y la arquitectura de la ciudad era espléndida, de vez en cuando me perdia observandolos pero sentia su mirada en mi, varias veces lo atrape mirandome y bueno, el a mi también.
Recorrimos casi la mitad de la cuidad en unas horas y el calor comenzaba a arder en la piel.
Me detuve a contemplar una iglesia cercana, era hermosa y tenia acabados en oro por dentro. El aferrado a mi mano se detuvo junto a mi
-¿a donde te gustaría ir?
-pues no lo se, yo nunca e estado aqui ¿recuerdas?
El me sonrio y se sonrojo, pero despues hizo una cara que conocia bien.
-amor.... tienes cosas que hacer ¿cierto?
El solo agacho la cabeza
-Deje a Giovanni solo, debo decirle para que me haga un favor especial, ademas....
-¿Ademas?
-ademas no me e duchado, el sol pica y siento que apesto.
Sonrei, eramos tan parecidos
-yo también necesito un baño decente, y hueles muy bien.
El se sonrojo y lo mire a los ojos, me abrazo por la cintura y me acerco a el, sonrei por estar tan cerca, podia sentir su aliento moviendo mis pestañas, con nuestros rostros tan cerca nos quedamos quietos, en silencio sin dejar de sonreir. Pero yo deseaba robarle mucho mas que una sonrisa.
Entonces lo bese.
Con cuidado, con amor, cariñosa y disfrutando, sonriendo, el sabor de sus labios con un pequeño hilo del sabor a una coca cola me hacia sentir realmente bien, indescriptiblemente bien, completa y amada.
Lo bese con pasion, sin piedad ni restricción alguna, lo bese con todo el amor que le tenia.
De la iglesia salio una pareja, era una boda bastante elegante, la gente aplaudia y lanzaba arroz y por un instante me soñé junto a el, en el lugar de aquella pareja, jurando con votos matrimoniales lo que le estaba jurando en ese instante con ese beso.
Un amor eterno.
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No se cuanto estuvimos asi pero no queria que se detuviera, sus labios sobre los mios se adaptaban a mi ritmo, estaban hechos los unos a los otros y su aliento y calor causaban una sensacion tan placentera que podia llorar de alegria.
Finalmente me dolieron los labios y nos detuvimos, nos miramos y nos sonrojamos. Caminamos tomados de la mano, estaba tan feliz que de vez en cuando le robaba un beso sin importar que la gente nos viera, era nuestra pequeña burbuja de amor. A su lado, aquella ciudad donde habia estado toda mi vida, que era tan aburrida y sombria, ahora se veia linda, ella era tan hermosa que el paisaje se veia mejor a su lado, tantas veces habia pasado por aquellas calles y ahora era como verlas por primera vez y a pesar de que ya conocia todo, ella se sorprendía con cada detalle de cada lugar y yo con ella, aprendi a mirar a travez de sus ojos y todo era mejor y de alguna forma aprendi a ver que ahora era mejor con tal de que ella fuera feliz a mi lado.
Y suena cursi pero al soltar su mano al llegar al hotel, en cuanto cruse la recepción ya la estaba extrañando.
