*Narrado por los dos*
Y no pude evitar llorar
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No se cuanto duramos abrazados, sonreia tanto que me dolian las mejillas, habia llorado tanto que empape su camisa y el mi cabello, pero podia jurar que eramos las personas mas felices en el mundo.
Poco a poco nos calmamos, tomo mi maleta y me tomo de la mano y sonrei aun mas, cuando recorde su promesa que dijo un dia.
"Siempre te quejas de que tu manita es pequeña, pero te prometo algo. Cuando estemos frente a frente y tome tu mano, se entrelazaran en automático, y embonaran. Tu manita embonara perfecto con la mia, y sabrás que nuestros destinos siempre estuvieron entrelazados y estaran unidos para el resto de nuestras vidas"
-Mi amor, aun estas llorando.
-recordé algo
-¿que ocurre?
-es que mi manita... si embona con la tuya
El tambien dejo escapar una lagrima
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Tomamos un taxi hasta el centro de la ciudad, ahi habia bastantes hoteles. Caminamos tomados de la mano y cuando las calles se ponian estrechas o la gente era mucha, dejaba que ella fuera adelante, cuando no habia tanta gente la abrazaba, la tomaba por la cintura y besaba su cabello.
Era hermosa, no podia dejar de verla, su cabello olia a jazmin y ella a cereza, solo una vez le comente que aquel aroma me enloquecia y ella tomo nota muy bien. No tenia ojos azules, ella tenia un cafe, calido para el alma y despertaba el corazón, el mejor cafe del mundo, estaba enloquecido por ella.
Al llegar al hotel, ella rento una habitación para dos, ella se escuso diciendo que duerme mejor en camas matrimoniales, yo hice como que le creia, los dos nos sonrojamos. La habitación estaba en el ultimo piso y aun que tenia tiempo sin hacer ejercicio y su maleta era grande, sin contar que no habia elevadores, subimos los tres pisos por las escaleras de caracol, pero por ella eso era lo de menos.
Llegamos y meti las maletas en un pequeño closed, nos sentamos en la cama que era bastante grande, nos miramos y nos sonrojamos aun mas. Era muy bella, queria besarla, moria por descubrir el sabor de sus labios, nuestros rostros se acercaron inconcientemente.
Un ruido nos interumpio.
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Y mi estomago se lleno de mariposas, sentados en la cama del hotel a punto de besarnos y me di cuenta que no eran mariposas, mi estomago gruño.
-¿que fue eso?
Hice una mueca mientras gruñia mi hambriento estomago
-yo.... la comida de autobus es terrible, no e probado comida de verdad.
El sonrió, me tomo de la mano y por desgracia, salimos de la habitación.
Me llevo por una larga calle, habia restaurante de todos los gustos, de los mas elegantes a los mas sencillos, se sorprendio cuando decidi entrar a una fonda cualquiera.
La comida era deliciosa, y lo mejor es que el estaba frente a mi, de ves en cuanto me recargaba en su hombro, otras el tomaba mi mano, nos mirabamos, besaba sus mejillas y el mi frente y cabello, no podia estar mas de 15 segundos sin verlo o tocarlo, era todo para mi.
