Capítulo 17

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Marzo 6 - Día 48
No había hablado con Jungkook, excepto por unos cuantos mensajes hasta el martes, las citas que tuve el lunes me dejaron demasiado cansado como para hacer otras cosas, solo olí la cena y sin probar bocado alguno me fui a la cama sintiéndome un fracaso. Podía sentir que el tratamiento y la enfermedad comenzaban a afectarme más, pero maldita sea si dejaba de trabajar. Tenía una obligación con mis pacientes y conmigo mismo, pensaba en dejar de trabajar hasta que físicamente no pudiera ponerme de pie.
Cuando finalmente fui con Jungkook su habitación de hospital estaba misteriosamente vacía. No podía haberse ido muy lejos, sus sábanas estaban revueltas y su portátil abierto encima de estas, pero no había ninguna señal de él.
-¿Kookie?- Dije con voz alta llamándole mientras me acercaba a su cama tratando de no preocuparme. Probablemente había salido por algo de comer. Dejé mi bolso en la silla deseando que el pánico que crecía en mi pecho se fuera por completo. Él nuca salía de su habitación, jamás lo hacía.
-Kook, amor, ¿estás aquí?
¿Qué tal si algo realmente serio y malo había pasado? ¿Qué tal que tuvo un ataque y se cayó en algún lado sangrando esperando a que alguien lo encuentre? Mis manos comenzaron a temblar mientras tomaba mi móvil para enviarle un mensaje rápido con '¿Dónde estás?' Estaba esperando que él se encontrara bien para responderme.
-Jungkook, por favor.- Dije lentamente, dejé mi móvil entre mis manos y me quedé mirando el techo esperando que tal vez si deseaba con todas mis fuerzas que él apareciera perfecto y sin ningún daño. -¿Kook?- Dije de nuevo sonando solo incluso para mis propios oídos. Me senté en el suelo, sentí el dolor de mis huesos mientras mi cuerpo tocaba los azulejos. Mi cerebro estaba sobrecargado de tanto pensar. Estaba tan cansado e increíblemente abrumado. "Espero que estés bien".
Levanté mi cabeza y mis ojos miraron a través de la ranura de la puerta del baño, una sombra estaba acurrucada en la oscuridad.- ¿Jungkook?- Dije de nuevo.
-No entres.-Dijo con una voz baja y entrecortada como si algo se hubiera roto dentro de él. Me recorté en el suelo y miré por debajo de la puerta del baño tratando de ver algo entre las sombras. -¿Por qué la luz no está encendida?
Él dejó escapar un suspiro tembloroso. -No quiero ver.
Me senté de nuevo y me apoyé contra la puerta de madera, no quería hacer nada más que entrar y abrazarlo para tratar de reparar lo que sea que haya salido. -¿Me puedes dejar entrar?
-No.- Me respondió rápidamente. -Por favor, no.- Dijo luego suavemente.
-Está bien.- Me acurruqué poniendo mis rodillas contra mi barbilla y mis brazos alrededor de mis piernas. Era en situaciones como estas que recordaba que tan frágil era Jungkook. Él era tan encantador, era tan fácil de ser lastimado y yo no podía protegerlo de todo, especialmente cuando él estaba completamente destrozado. -¿Quieres decirme qué pasa?
-No.- Me contestó.
-¿Jungkook?- Pregunté deseando poder envolverlo entre mis brazos hasta que él dejara de estar triste.
-¿Sí?
-Te amo mucho.- Susurré.
No respondió, solo tomó un aliento tembloroso y deslizó sus dedos por debajo de la puerta tocando los míos.
No sé por cuánto estuvimos sentados ahí, le envié todo lo bueno que me quedaba en mi cuerpo a través de la puerta, él tomaba largos respiros con cierto escalofrío. Se estaba haciendo tarde, la oscuridad se había extendido, la única iluminación que había era de la luz de afuera y de la pequeña lámpara que tenía junto a su cama. Eso era lo único que mantenía con  brillo el lugar, se sentía tan solitario, parecía algún tipo de presagio enfermo, algo de lo que ocurriría cuando ya no estuviéramos aquí para llenar la habitación.
-Taehyung, deberías de ir a dormir.- Dijo finalmente, su voz sonaba suave y cansada como si fuera a romper en llanto.- Te vas a odiar en la mañana sin o vas a dormir.
-No te voy a dejar, lo sabes.- Prometí apretando sus dedos contra los míos lo más que podía. -No importa lo mucho que quieras que me vaya.- La forma en la que habló se había clavado en mi pecho causándome un dolor profundo, me preocupé y decidí que me quedaría aunque me rogara porque me fuera, porque después de todo tenía la certeza de que él aun pensaba que si me alejaba me salvaría. Me quedé ahí aunque mis párpados comenzaban a sentirse pesados y mi cuerpo entumecido.
Después de una larga pausa habló. -Por favor.- Él tenía el mismo tono de voz, suave y vulnerable. Era como si yo fuera muy cercano a Jungkook y pudiera ver partes del que nadie más había podido ver. Las heridas de su corazón no le habían dejado de doler, no importaba cuántas veces trató de esconderlas con sus sonrisas. En ese momento quería estar lo más cerca posible de su cuerpo para que él estuviera bien.
-No te voy a dejar así.- Contesté en un susurro con cierto tipo de convicción en mi voz.
-No quiero que me veas.- Contestó también en un susurro. -No quiero que me veas.
-Por favor, sólo abre la puerta.- Presioné mi cuerpo más contra la puerta, deseaba poder comunicarme con él, decirle que lo que sea que estaba pasando del otro lado de la puerta no cambiaría nada.
-Solo promete.- Comenzó a hablar enterrando sus uñas en los nudillos de mi mano. -Prométeme.
-¿Prometer qué?- Pregunté, en ese momento comencé a darme cuenta de lo que ocurría, todo comenzaba a quedar terriblemente claro para mí.
-Prométeme  que no te vas a reír.- Terminó la oración, sonaba como un susurro y un sollozo. -Prométeme que me vas a seguir queriendo.
Froté mis dedos contra los suyos tratando de borrar cualquier tipo de tensión en él. -Te quiero no importa qué, ¿lo recuerdas? Eso nunca va a cambiar, jamás cambiará.
Pasó un largo rato  y no creí que me fuera a responder, pensé que nos quedaríamos de esta forma toda la noche, tomados de nuestros dedos por debajo de la puerta. -Está bien.- Dijo con una voz suave.  Él soltó mi mano y escuché sus pies en los azulejos del piso, me puse de pie y escuché un crack que venía de la cerradura de la puerta, lentamente esta se abrió un poco, coloqué mi mano en la manija y la empujé caminando hacia adentro entro  entre la oscuridad. Busqué el apagador de luz y la encendí iluminando el baño.
Jungkook estaba de pie de espaldas a mí, sus pantalones grises estaban por debajo de sus caderas, sus hombros encorvados y sus brazos  estaban enredados en su estómago como si estuviera sosteniendo sus intestinos. Su piel estaba más pegada a sus huesos, sus hombros comenzaban a verse más anchos, había perdido peso por causa de las quimioterapias. En un intento de combatir la enfermedad parecía que su cuerpo había olvidado como mantenerlo sano.
Su pelo estaba en el suelo.
Hice un ruido en mi garganta y caminé hacia el colocando mis brazos alrededor de su cuerpo, comencé a dejarle pequeños besos en la curva de sus hombros. -Estás temblando.
-Esta mañana comenzó a caerse mi pelo.- Susurró mientras se quedaba quieto entre mis brazos.
-Sigo pensando que eres perfecto.- Le contesté, odiaba lo malo que era esto, pero en algún momento tenía que pasar.
-Es tan estúpido, pero pienso que ahora todo está mal.- Admitió y sentí que volvió a temblar. Jungkook estaba casi calvo, sus cabellos se habían caído de manera que ya no quedaba casi ninguno de ellos en su cabeza. Dolía verlo así, era un testimonio visible que él estaba muriendo lentamente.
-Lo sé amor.- Apoyé mi cabeza en su hombro soltando un largo suspiro contra su piel. Al estar ahí de pie con él sentí como si estuviera un montón de necesidades aprisionadas contra mi piel, era un dolor que se extendía por todo mi cuerpo. Era un recordatorio nada amable del universo, y a veces los chicos guapos encontraban sus cabellos en el baño y no había forma de pegarlos de nuevo a su cabeza.
-Es horrible, ¿verdad?- Me preguntó aún negándose a responder a mi contacto, se negaba a tomar mis manos, a darse la vuelta y abrazarme. Estando ahí en el frío baño necesitaba sentir el calor de su cuerpo tanto como él lo necesitaba. -Es realmente horrible.
Negué con mi cabeza sintiendo como un suspiro salía de mi boca. Nunca me había sentido tan pequeño. -No está mal.
wa-Sí lo es.- Me respondió.
-Jungkook.- Le dije preocupado. -Mírame.
Él tensó su cuerpo aún sin moverse, su cabeza estaba casi pegada a su pecho casi perdiendo la respiración.
Deslicé mis manos por su espalda, frotando mis dedos contras su piel en círculos lentos. -Soy yo Kook, sólo soy yo.- Le dije en una súplica como si tratara de decirle que me dejara repararle. Él asintió y se dio la vuelta lentamente, nuestros rostros estaban a centímetros de distancia. Era tan raro verlo sin el montón de cabello que siempre tenía, sin su flequillo liso que caía sobre su frente. Se veía tan pequeño sin ellos, sus ojos cafés y sus labios rosas resaltaban en su rostro.
Pasé mis dedos por sus mejillas frotando las bolsas que tenía debajo de sus ojos, moví mis manos un poco más arriba sintiendo lo último que le quedaba de su cabello. -Puedo ver tus orejas ahora.- Le dije con algún tipo de sonrisa en mi rostro. Me puse de puntillas con mis pies y besé su frente. -Todo está bien.
Él se inclinó un poco para presionar nuestras frentes, -No, no todo está bien.
Coloqué mis manos en sus caderas sintiendo cómo él colocaba sus brazos en mis hombros. -Nada está bien realmente.
-Pero nosotros sí.- Intentó darme una pequeña sonrisa, sus labios se curvaron haciendo su mejor intento.
-Claro que sí.- Le contesté, mi voz sonaba más intensa de lo que debería, había un tipo de posesividad en mi tono. El mundo podía llevarse mis pulmones, el cabello de Jungkook y eventualmente a él mismo, pero no iba a dejar que me quitara también esto. Lo que teníamos entre los dos era mío e iba a cuidarlo hasta que ya no quedara nada más de mí.
-Está bien.- Aprisionó sus labios contra los míos deslizando su lengua en mi boca, me besó lentamente como si tuviéramos todo el tiempo del mundo.
Marzo 7 - Día 49
Mi cabello no se había caído a montones como el de Jungkook, pero habían empezado a caerse algunas hebras de este en mi almohada cuando mi cuerpo se sacudía al despertarme a las cinco menos diez de la mañana con mi piel llena de sudor. Cerraba mis ojos sintiéndome cansado aunque ya había dormido bastante. Ese día comencé mi mañana como siempre lo hacía, me dirigí al baño, abrí el grifo de la ducha y me metí para limpiar mi piel mientras veía como mi cabello seguía cayéndose y se iba por el desagüe.
Coloqué una toalla alrededor de mi cintura mientras pisaba la alfombra del baño, aseguré la toalla en mis caderas y pasé mis dedos por mi cabello. Estaba casi intacto pero en cuestión de días me quedaría calvo como Jungkook.
Fui a buscar mi móvil y le envié un mensaje rápido.
Taehyung 5:21AM
¿Puedo ir a verte?
Probablemente lo despertaría, pero sabía que pasaba mucho tiempo durmiendo así que no me sentía tan culpable. Y tal vez era algo egoísta cuando se trataba de Jungkook, considerando que nuestro tiempo de vida era precioso y limitado.
Él me respondió unos minutos después, cosa que me sorprendió por la hora que era.
Jungkook 5:25AM
Claro que sí. ¿Estás bien?
Me puse mis cómodos pantalones rojos y una camisa de rayas, me coloqué mis zapatos color crema mientras pensaba en lo que iba a responderle.
Taehyung 5:27AM
Creo que sí. No puedo dormir.
Jungkook 5:27AM
Tuve dolor de cabeza durante toda la noche, me acaba de hacer efecto la medicina.
Fruncí el ceño mientras me quedaba mirando la pantalla del celular. Era tan difícil saber que sentía el dolor, saber que no podía hacer nada para hacerlo sentir mejor. Mi dedo se deslizó por el símbolo verde para llamarlo mientras colocaba mi mochila en mi hombro y me iba a la cocina, le dejé una nota rápida en la mesa a Jimin.
Jungkook contestó al primer tono, su voz sonaba ligeramente divertida. -¿Sí, Tae?
Salí del apartamento y cerré la puerta detrás de mí. -Sólo quería decirte que te amo.
-Pudiste habérmelo puesto en un mensaje.- Me contestó con una cierta sonrisa en su tono de voz.
-Lo sé.- Sonreí mientras aprisionaba el móvil contra mi oreja. -Pero quería escuchar tu voz y quería que tú escucharas la mía.
Hubo un pequeño silencio antes de que él me respondiera, escuché su respiración más cerca del altavoz del móvil. -Eres un ridículo y te amo.
Sonreí, me gustaba como me divertía con sus palabras, no importaba cuántas veces dijera lo mismo, me hacía sonreír. -Nos vemos pronto Kook.
Él dejó escapar un pequeño respiro en forma de risa. -Nos vemos pronto Tae.
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Cuando llegué con Jungkook él tenía su camisa de Los Ramones y sus mismos pantalones de ayer pero mucho más arrugados. Parecía como si hubiera dormido con ellos o al menos había intentado dormir. Estaba sentado con un libro abierto entre sus piernas, la lámpara lo iluminaba con una luz cálida de color naranja. Él alzó su vista cuando me vio, acomodó el gorro gris que tenía puesto y me dedicó una sonrisa perezosa. -Buenos días.
Me acerqué a él tratando de no arruinar el ambiente tranquilo de la mañana que tenía el hospital y lo besé lentamente. -¿Qué estás leyendo?- Le pregunté sentándome a un lado de él en la cama.
Él alzó el libro mostrándome una portada de color negro que se me hizo familiar. -Buscando a Alaska. Te vi leyéndolo una vez, pensé que sería interesante leerlo.
-Lo sé.- Le confirmé sacando un separador de páginas de mi mochila y lo coloqué justo donde estaba leyendo, le quité el libro de sus manos y lo coloqué en la mesita de noche. Él me miró con un interés casual, sus largos dedos acariciaban mis rodillas. -Estoy cansado.
Asentí dejando escapar un bostezo. Estar cansado se me había hecho más y más familiar. Me había sentido así por meses, aunque había tratado de alejarlo sequía sintiendo un enorme peso en mis huesos. -Yo también, pero esto será rápido.- Entrelacé mis dedos con los suyos y tiré para que se levantara conmigo y vayamos al baño.
-¿Qué estás haciendo?- Me preguntó frotando sus ojos mientras encía la luz iluminando el baño con una pálida luz blanca.
No le respondí, tomé una toalla que estaba en un estante, la extendí en el suelo y me senté mientras me quitaba mi camisa. Jungkook observó mis movimientos apoyándose en el borde de la bañera, tenía un perezoso interés en su mirada. Tomé mi mochila y saqué una maquinilla de afeitar, extendí mi brazo hacia él con algún tipo de determinación en mi boca. -Quiero que me rapes la cabeza.
Él parpadeó. -Quieres que rape tu cabeza...
Asentí colocando la maquinilla entre sus manos. -¿No es eso lo que he dicho?
Él se quedó mirando sus manos y luego me miró sujetando la maquinilla con cierto miedo. -¿Estás seguro de que quieres que lo haga?
Asentí pasando mi mano por mi cabello. -De todos modos se está cayendo. Tú rapas mi cabeza y yo la tuya, ¿sí?
Él curvó sus labios sintiéndose inseguro. -Está bien.- Se colocó de rodillas y pasó una de sus manos por mi cabeza. -Voy a extrañar tu cabello.
Asentí con arrepentimiento. -Yo también.- Hubo un momento donde se acomodó, se sentó y extendió sus piernas, yo me senté entre ellas colocando sus manos en mi cabeza.
-No estoy seguro de saber cómo hacer esto.- Dijo encendiendo la maquinilla mientras mordía su labio inferior.
Tomé su muñeca y lo guie. -Confío en ti.
Él asintió concentrándose al pasar las hojas afiladas de la maquinilla por mi cabello cortando una pequeña parte. El cabello cayó en mi hombro haciéndome cosquillas, con sus dedos retiró el cabello que había caído y sujetó mi sien con una mano mientras que con la otra continuaba rapando mi cabeza.
Después de eso todo pasó rápido, mi cabello cayó alrededor de mí como si fuera algún tipo de nieve, caía en mi piel y se deslizaba por mis pantalones. En lo que pareció un corto tiempo, Jungkook apagó la maquinilla y la colocó en la toalla dándome un beso en la frente. -Eres tan guapo.
Sonreí pasando mis manos por mi cabeza ya sin pelo alguno. -Se siente un poco extraño, parece como si fuera un alien o algo así.
Él negó con su cabeza colocando sus manos sobre las mías. -Yo creo que te ves bien.- Dijo sonrojándose fijando su mirada en el suelo.
Él se pudo de rodillas nuevamente y lo abracé por detrás. Él rio suavemente en mi oreja colocando sus manos en mis piernas para cargarme un poco. Me acomodé en su cuerpo sintiendo seguridad, sentía un tipo de comodidad entre sus brazos que me envolvían con esperanza.
-Supongo que tienes razón.- Me bajé de su espalda y pasé mis dedos por su gorro quitándoselo de la cabeza. -Es tu turno amor. -Le dije sonriendo.
Él pegó su cabeza a mi clavícula y besó mi cuello mientras me abrazaba de nuevo. -Me gustaba más cuando me estabas abrazando.
Suspiré tomando la maquinilla de donde la había dejado. -A mí también.
-Hazlo rápido.- Dijo cerrando sus ojos mientras que apretaba mi pierna fuertemente con sus dedos.
-Me estás haciendo un poco de daño.- Le susurré acomodándome en el suelo y retiré su mano de mi pierna colocándola entre su regazo.
Él bajó su cabeza. -Lo siento.
Encendí la maquinilla y pasé mi mano por lo que le quedaba de pelo en su cabeza. -Lo sé.
-Se cuidadoso.- Me dijo murmurando moviendo sus manos nerviosamente. Quedé maravillado al notar que aunque él tuviera músculos, también podía ser frágil. Coloqué uno de mis dedos en su barbilla alzando su rostro para poder besarlo.
-Sabes que lo seré.
Tardé poco de tiempo en rapar su cabeza, cayó lo último que le quedaba de cabello en el suelo. No sabía si estaba bien o mal que había tardado tan solo unos segundos para terminar, que en tan solo unos momentos su cabello se había ido como si nunca hubiera estado en su cabeza.
Apagué la maquinilla y la coloqué en el suelo, me di cuenta de que Jungkook estaba llorando, sus lágrimas rodaban por su rostro y caían sobre su pantalón. En ese momento pasé mis dedos por sus mejillas secando sus lágrimas.
-Está listo Jungkook.- Dije suavemente tomando el gorro y se lo coloqué de nuevo en la cabeza.
Él asintió sin abrir sus ojos mientras que sus manos tomaban mi cintura abrazándome. Él no dijo nada, solo tomaba largos respiros mientras estábamos ahí en el suelo.
-Todo está listo ahora.- Susurré.
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Después de eso nunca volví a ver a Jungkook sin su gorro en la cabeza.






















Catch me I'm falling  ✾  VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora