Capítulo 21

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Capítulo 21
Abril 7 - Día 80
Nos quedamos sentados en la sala de espera del hospital viendo familias entrar y salir por las grandes puertas dobles mientras que unas tazas de chocolate calentaban nuestros dedos. Hacía calor, sobre Todo en Inglaterra; los rayos de sol atravesaban las nubes y en la brisa se podían sentir los primeros signos de la primavera.

Brevemente pensamos en ir a dar un paseo al parque pero aún podía sentir el dolor de la quimioterapia en mis huesos, así que decidimos quedarnos aquí y ocasionalmente sentir la brisa cuando las puertas del hospital se abrían. Además, no estaba seguro de que regresaríamos sanos y salvos si íbamos al parque.

Jungkook estaba leyendo un folleto que había tomado de un estante que estaba al lado de nosotros, sus mejillas tenían un suave tono rosa, tenía un gorro gris y una bufanda blanca alrededor de su cuello. -¿Sabías que fumar causa cáncer en los pulmones?

Tomé un sorbo de mi chocolate mientras apoyaba mi pie en la mesa. -Alguien debería de decírselo a J-Hope.

Jungkook asintió con una cierta expresión de exasperación en su rostro. -Ese idiota tiene un amigo con cáncer en el cerebro y sigue creyendo que es invencible.

Sonreí ante su tono de voz. -Qué tonto.

-Ni siquiera sé por qué me junto con él.- Dijo estando de acuerdo conmigo mientras lanzaba el folleto a la mesa y colocaba su pie al lado del mío. -Si no eres Augustus Waters (carácter de Bajo la Misma Estrella) no creo que debas poner ningún cigarrillo en tu boca.

Asentí. -Estoy de acuerdo, los cigarros son sólo para propósitos metafóricos.

Nos quedamos en silencio, Jungkook tomó otro folleto y yo me acomodé para tomar un largo respiro, me incomodaba el malestar que sentía cada vez que inhalaba. Parecía que la quimioterapia no estaba sirviendo de mucha ayuda, sólo hacía que me sintiera disgustado y muy cansado dos veces al mes.

La voz de Jungkook me hizo salir de mis pensamientos. -Es siete, ¿verdad?

Alcé mi vista. -¿Hmm?

Él mordió su labio. -¿Hoy es siete?

Saqué el móvil del bolsillo y vi la fecha en el calendario. -Sí, ¿por qué?

Él dirigió su mirada al suelo con una expresión de tristeza en su boca. -Ya sólo nos quedan tres meses.

-¿Tan Rápido?- Le pregunté mientras pensaba en cómo el tiempo había pasado rápidamente a través de mis dedos. Este era nuestro punto medio, el punto en donde reflexionábamos que el tiempo que nos quedaba era menos que el que ya había pasado.

-Sí.- Asintió estirando su mano para tomar mis dedos, aunque no podía saber a quién reconfortaría esa acción.

-Oh.- Le dije sin saber qué otras palabras usar.

Él sólo asintió.

Abril 10 - Día 83

Estaba especialmente consciente de que el dolor se extendía por mi cuerpo como si fuera algún tipo de fuego profundo en mi pecho y parecía rasgar mis órganos haciendo que cada vez que respiraba se sintiera como si me estuviera quemando en agua hirviendo. Estaba acostumbrado al dolor ocasional, el tipo de dolor que se quedaba en mis huesos y pasaba por mis músculos, pero esto era mucho peor que eso, desgastaba mi cuerpo y me hacía inmune a todo lo demás.

Estaba vagamente consciente de mis sábanas y de mis manos apretadas contra mi piel, pero era más bien como una especie de sueño en vez de realidad. En esos momentos nunca me había sentido tan solo. Estaba atrapado en un frasco de cristal, el mundo se bloqueaba a través del grueso cristal transparente, toda mi vida era tan sólo un mal sueño que me seguía a todas partes como un fantasma.

Más tarde lo describiría con las palabras de Hazel (carácter del libro Bajo la Misma Estrella), podía comparar lo que sentía en mi pecho con el Big Bang, pero para eso ya había perdido toda la elocuencia en una fuerte ráfaga de agonía. Más tarde Jimin me dijo que yo estaba gritando, lágrimas rodaban por sus mejillas mientras llamaba a la ambulancia y se fue conmigo tratando de protegerme de mi propio cuerpo incluso cuando estaba completamente desgarrado.

Más tarde me quedaría entre los brazos de Jungkook, le dejaría sostener lo que me quedaba de vida entre ellos y dejaría que fuera fuerte por mí de nuevo. Él besó suavemente mi frente y acarició mi piel con sus manos diciéndome que yo estaría bien.

Nunca supe a quién estaba realmente Jungkook tratando de convencer; a mí o a él mismo.

Abril 13 - Día 89

Era irónicamente viernes 13. Despertar en la unidad de cuidados intensivos es una de las cosas más confusas y horribles que puedes experimentar. La confusión viene primero; sientes el blanco algodón de las sábanas contra tu piel, las paredes pálidas y azules deben verse amigables pero no es así. Entonces te viene el recuerdo, la aflicción que tenías, el dolor sigue presente en tu cuerpo mientras tratas de moverte.

Lo primero que sentí fue un dolo en mi pecho, miré hacia abajo para encontrarme con un tubo saliendo de mi cuerpo, como si fuera alguna especie de un miembro de plástico. Miré tentativamente hacia arriba sintiendo cómo los tubos estaban aprisionados dentro de mi boca y alrededor de mi cabeza.

Vagamente sentí que entré en pánico, pero estando acostado ahí no podía hacer mucho, como si fuera normal tener dos agujas en tus brazos y una cánula oro faríngea en tu boca.

Escuché un llanto familiar que venía del otro lado de la habitación e intenté sentarme, pero me di cuenta de que estaba atrapado en la cama.

Escuché la voz de mi madre que venía de la izquierda, luego pude ver su rostro. -Cariño, no intentes moverte.

Parecía una buena sugerencia así que sólo sonreí un poco alrededor de los tubos y levanté un poco mi mano saludándola.

Ella colocó una de sus manos en su boca mientras lágrimas caían de sus ojos ante el movimiento. Eso envió un dolor intangible a mi pecho, la necesitaba que sentía de abrazarla era casi abrumadora.

Había mucho que tenía que decirle, disculparme por no irla a visitar, decirle que yo iba a estar bien para dejarle que se preocupara por mí en la forma en la que sólo una madre puede hacer.

Ella se acercó acariciando mi cabeza con sus dedos. -Estaba muy preocupada cuando me llamaron.- Murmuró, tenía una expresión de pánico en sus ojos, como si la estuviera matando verme de esa manera. -Sabía que dijiste que el cáncer regresó pero no sabía...

La verdad era que ella no podía saberlo. Realmente no le había dicho lo malo que era, le hice creer que todo estaba bien. Era mi propia manera de protegerla, justo como Jungkook protegía a su propia madre.

-Tus hermanitas están aquí, Jimin y Krystal las llevaron a comer hace unos minutos.- Ella miró ansiosamente a la puerta. -No sé cuándo volverán, tal vez deba llamarlas...

Negué levemente con mi cabeza. Quería verlas pero sería demasiado ahora, habría mucha gente con preocupación en sus ojos. Apenas podía manejar a mi madre, la forma en la que seguía acariciándome con sus manos como si yo fuera a desaparecer.

Escuché la puerta abrirse y el sonido de pies en el suelo. -Taehyung, hay un amigo que quiere verte si te sientes con ánimos. Sé que técnicamente sólo se permiten familiares pero...- Me tomó un momento reconocer la voz, mi mente eventualmente recordó a la enfermera de cabello oscuro cuyo nombre aún no sabía. -Él dijo que está bien si no quieres verlo y que será fuerte si tú lo eres.

Asentí con mi cabeza lo mejor que pude, mis dedos tenían ganas de entrelazarse con los de Jungkook, lo necesitaba, necesitaba que él me reparara.

Probablemente me veía horrible, tenía círculos negros alrededor de mis ojos y líneas nítidas de mi piel que se pegaban a mis huesos, pero realmente eso no me importaba mucho ahora.

Una de las mejores cosas sobre la relación que tenía con Jungkook era que ya nos habíamos visto mutuamente en nuestros momentos más vulnerables, ya sea por decisión o no. No había nada más por ocultar.

No era la situación ideal de presentárselo a mi madre, pero no estaba seguro de cuánto tiempo estaría consciente y realmente quería verlo. Podía sentir el cansancio de mi cuerpo caer en mis huesos tratando de hundirme y sabía que no me quedaba mucho.

-Le voy a decir que puede pasar, estará encantado.- Pude ver su sonrisa desde una esquina de mi ojo mientras se daba la vuelta para irse a la sala de espera.

Pude ver la mirada de mi madre mientras regresaba la mirada hacia ella, una cálida sonrisa se hizo presente en su rostro incluso cuando sus ojos trataban de no preocuparse. -Me alegra que estés bien.- Murmuró acariciando mi frente. -Te quiero mucho.

Apreté su mano tratando de decirle que yo también la quería. Ella asintió con lágrimas en sus ojos, parecía que entendía lo que no podía decirle con palabras.

Escuché la silla de ruedas y los pasos de la enfermera en el suelo mientras entraba con Jungkook a la habitación. Mi madre alzó su mirada cuando los vio entrar secándose las lágrimas con la parte posterior de su mano haciendo que el maquillaje que tenía se corriera por sus mejillas.

-Hola.- Sollozó tratando de darle una sonrisa. -¿Eres uno de los amigos de Taehyung?

Él no respondió pero pronto sentí el cuidadoso toque de sus dedos en la línea de mi mandíbula deslizándose por los tendones de mi cuello. -Sí.- Traté de verlo lo mejor que podía desde la esquina de mi ojo mientras intentaba tomar un pedazo del algodón de su camisa verde. -Soy Jungkook.

-Oh.- Escuché el tono de reconocimiento en su voz mientras ella colocaba todas las piezas juntas, coincidía su rostro con el nombre que le había dicho a través del teléfono, él era la persona que había estado viendo, casualmente claro. -Oh.- Dijo mientras evaluaba la silla de ruedas, la forma en la que sus huesos se veían en su camisa y el gorro en su cabeza. Ella sabía cómo te hacía ver el cáncer, incluso cuando no le había dicho que Jungkook estaba enfermo ella ya lo sabía. -Está bien.- Dijo mientras miraba la forma en la que él me miraba, esa familiar y cálida preocupación en sus ojos que era algo parecido al amor. -Soy Jiyeon, la madre de Taehyung.

Él sonrió mientras sus dedos tomaban los míos. -Lo sé, un gusto conocerla.

Ella intentó sonreír. -También es un gusto conocerte.

Sonreí lo mejor que pude a través del plástico, mis ojos finalmente vieron a Jungkook. Él se veía tan mal como yo seguramente estaba, sus labios un poco agrietados, marcas púrpura debajo de sus ojos, su piel un poco maltratada. Le di mi mejor mirada en forma de desaprobación, alzando mi mano para acariciar su mejilla con mis dedos como si pudiera preguntarle '¿Has estado durmiendo?'

ÉL colocó sus ojos en blanco ante mi roce, quitando mi mano de su rostro y entrelanzando sus dedos de nuevo con los míos. -La sala de espera no es una cama muy cómoda que digamos.

No poder reconfortarlo era fácilmente una de las cosas más difíciles que había expreimentado. Intenté mirarlo en una forma crítica y disgustada pero a juzgar por la risa que dejó escapar de sus labios no funcionó. -Realmente dormir nunca fue una opción.

Apreté su mano entendiendo una vez más cuánta suerte había tenido al tenerlo a él. Me sentía extrañamente en paz estando acostado ahí justo cerca del borde; con Jungkook a un lado y mi madre al otro.


-Entonces, ¿las enfermeras te han dicho mucho?- Ella le preguntó dándole a Jungkook una leve sonrisa. AL estar con mi madre no te tomaba mucho tiempo en entender de dónde había aprendido a no dejar que el mundo me lastimara. Ella sacó adelante a toda nuestra familia con un salario escaso, pasó por dos divorcios y podía decir que había hecho un buen trabajo. Podía notar la fragilidad en su voz, la preocupación en su tono, estaba seguro de que ella involucraría a todos en esto sin importar el resultado.

Era extrañamente reconfortante saber que el mundo seguía ahí fuera a pesar de mi infierno personal, saber que  ella podría seguir sin importar como o cuándo yo moriría. En este caso no me sentía como Hazel, quien se preguntaba que si tal vez cuando ella muriera su madre seguiría siendo madre. Mi madre seguirá siendo madre para mis hermanas, para Jungkook, para cualquiera que necesitara una  y ella siempre fue una madre para mí, incluso cuando yo no estaba con ella para ser su hijo.

Jungkook se encogió de hombros ante su pregunta. -Un poco, Wendy me ha estado informando sobre lo que pasa a cambio de que durmiera en otro lugar más cómodo que las sillas de la sala de espera.

Eso hizo que mi madre dejara escapar una pequeña risa. -Parece que realmente te preocupas por Tae.

Jungkook asintió dirigiendo su mirada hacia nuestras manos, un leve rubor apareció en mis mejillas. -Sí, yo... Él es realmente importante para mí.

-Lo sé.- Ella asintió cerrando sus ojos como si estuviera evitando llorar de nuevo, mordió su labio como si de esa manera pudiera evitarlo.

Jungkook se inclinó sobre mí para tomar la mano de mi madre mientras sus ojos se dirigían a los míos. -Taehyung es fuerte, él podrá pasar todo esto.

-Sé que es fuerte, lo sé.

Los dos se quedaron en silencio separando sus manos mientras yo m desconectaba del mundo nuevamente.

Catch me I'm falling  ✾  VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora