Capítulo 4

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Febrero 14- Día 29 

Hay una diferencia entre saber y entender. Sabía que Jungkook estaba muriendo, sabía que desde hace mucho tiempo él había dejado de vivir y que cada momento que pasaba estaba un poco más lejos de mí, pero no lo había entendido... Hasta esa noche.

Su habitación, que normalmente era iluminada por la lámpara que había en la cabecera de su cama, no estaba. Estaba a oscuras. La única luz era la que entraba por la puerta. A través de las cortinas pude ver la silueta de su cuerpo envuelto en una manta azul entre la penumbra.

Cuando pasé cautelosamente por la puerta, una enfermera que reconocí vagamente salió por detrás de la cortina, con una sonrisa en su cara cuando me vio.

-Encantada de verlo, señor Kim.-Susurró, escribiendo algo rápido en su carpeta, señaló a Jungkook.-Ha tenido dolor de cabeza toda la mañana, ha sido uno muy fuerte, así que no sé si él querrá compañía.

Dio un paso atrás, hacia el lugar donde se encontraba Jungkook, su voz adquirió un tono tranquilizador.

-Jungkook, Tienes un visitante. ¿Te parece bien?

Hubo una larga pausa de silencio antes de que él dejara escapar un "sí" tan silencioso que apenas era audible. Ella me guiñó un ojo antes de que me fuera.

-Sólo trata de estar tranquilo, esta muy sensible a la luz y al ruido. Y asegúrese de cerrar la cortina después de entrar.

Dejé que se fuera y entré en el pequeño lugar, cerrando la cortina detrás de mí, dejé mi bolsa en el suelo. A medida que me fui acercando mis ojos comenzaron a trazar las líneas de su rostro, sus labios, su nariz, todo entre las sombras. En la penumbra se veía como una especia de ángel, y me pregunté a mí mismo si Jungkook era demasiado hermoso para este mundo.

Mirarlo era extraño. Él me enredó en mi interior, pude sentir un sentimiento extraño que recorría mis órganos. Me quité mi chaqueta y enfoqué mis ojos en el suelo, sintiéndome avergonzado por una razón que no pude indentificar.

Había extrañado a Jungkook la semana pasada, lo extrañé durante mis otras actividades, lo extrañé durante las alegres cenas con Jimin, y también en las noches en que Krystal nos llevaba con ella a sus noches de juerga. Es seguro decir que siempre lo echaba de menos, que de alguna manera se había colocado en mis huesos.

Busqué mi silla, pero no estaba en el mismo lugar de siempre.

Colgué mi chaqueta en el poste de la cama y fui a sentarme en el suelo, era incapaz de dejar a Jungkook fuera de mi vista, pero sabía que no podía estar de pie a su lado toda la hora. Él tenía una mano fuera de la cama, sus dedos largos deslizándose lentamente como si estuviera buscando algo de donde agarrarse.

Antes de que pudiera pensar en mis movimientos, dejé que mi mano tomara la suya, él se tensó con el contacto, nuestras manos rozándose antes de entrelazar nuestros dedos, él apretó mi mano, su agarre era fuerte y desesperado.

-Tae.-Respiró como si hablar le causara dolor.

-Jungkook, no tienes que hablar. Está bien.- Respondí, colocándome de rodillas.

Él no dijo nada durante un largo rato, finalmente susurró "ven".

Me levanté lentamente, dejando que sus dedos se separaran de los míos mientras caminaba alrededor de la cama. Me senté en el colchón tan cuidadosamente como pude. Jungkook abrió sus ojos y parpadeó unas cuantas veces antes de encontrar mi mirada, sus ojos vidriosos y llenos de dolor. Me preguntaba si era por el dolor de cabeza, o por algo completamente distinto. Extendí mi mano casi involuntariamente, para encontrar su mejilla, acariciando su pálida piel.

Catch me I'm falling  ✾  VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora