Cuando entré, la habitación de Jungkook estaba vacía como siempre, sólo estaba él con su portátil en su cama azul. Me miró cuando entré, una sonrisa cansada se asomó en su rostro.
-Estás empezando a verte como yo.- Remarcó mientras asentía al ver mis pantalones y mi gorro con cierta sorpresa en su rostro.
Me encogí de hombros y me senté en mi silla, subí mis pies a un lado de la cama. -Hoy no fue el día de los pantalones ajustados en el apartamento de los Jeon-Park.-
-Creo que para mí nunca hay días de pantalones ajustados.- Colocó su portátil a un lado cerrándolo con un pequeño click.
-Bueno no es tan grave.- Le dije sonriendo ampliamente. -Tengo algo para ti.-
-¿En serio?- Alzó una ceja mientras miraba mi mochila, la abrí y busqué algo dentro de ella. Estaba muy agradecido por su llamada de la noche anterior. Quería hablar sobre lo que me había pasado, estaba pasando por un duro momento. Hacer la cita con el doctor fue difícil para mí. Pero si me diagnosticaban de nuevo con cáncer, se lo diría. Juro que lo haría.
Saqué el dibujo de mi mochila y se lo di en sus manos. -Cortesía de Park Chanyeol, mi favorito, tiene siete años.-
-Excelente trabajo con los colores.- Sonrió con algún tipo de felicidad genuina en sus ojos. -¿Es un paciente?
-Tiene linfoma. Es el niño más dulce que puedas conocer, y es realmente bueno coloreando.
Jungkook trazó la línea de uno de los delfines con su dedo, luego colocó el dibujo en su mesita que estaba al lado de su cama. -Bueno, ¿quién no es bueno coloreando?-
-No he conocido a nadie que sea bueno coloreando y le guste hablarme a la misma vez.- Le dije mientras dejaba escapar un bostezo, me sentía cansado.
Él asintió levemente mientras cambiaba de tema. -No dormiste mucho ayer, ¿verdad?-
Le respondí asintiendo mientras cruzaba mis brazos en mi pecho. -Creo que fue obvia la llamada.
Él elevó sus manos en forma de inocencia, sus ojos brillaban con cierta luz. -Oh ya veo cómo es esto... Me necesitas por la noche, y luego por la mañana no soy nada para ti. No te preocupes, no me haces daño.
-Cállate, no seas tan dramático.- Lo golpeé en la pierna con mi pie mientras lo miraba.
Me dio una sonrisa traviesa mientras colocaba sus sábanas alrededor de su cintura y se acomodaba en las almohadas que tenía en su cabeza. -No quiero callarme.
Le saqué la lengua mientras me resistía de darle otro golpe con mi pie.
Me dio una pequeña sonrisa, yo se la devolví en gesto de amabilidad, nuestros ojos se encontraron en una forma tan especial que parecía que el corazón se me saldría por la garganta.
-Creo que me gusta más cuando hablamos de ti.- Le dije sintiendo una brisa de aire a pesar de que tenía mi chaqueta.
Él se encogió de hombros y me miró. -Bueno, ya sabes cómo me siento cuando quieres que te hable de mí.
Me estaba comenzando a sentir como él, pero no en la forma en la que él creía. -Nah, pero hablar de ti es mi trabajo.
-¿En serio?- Preguntó. -Creí que tu trabajo era llevarme a la panadería y darme ricos pastelitos.-
-Tonto.- Le contesté dándole una pequeña sonrisa. Se me erizó la piel, comenzaba a sentir frío en su habitación, mi chaqueta no servía de mucho.
Él me miró mientras se envolvía con sus sábanas. -¿Hace mucho frío ahí Louis?-
-¡Púdrete! Me estoy congelando.- Le contesté mientras frotaba mis brazos en un intento de calentarme.
-Te iba a dejar que te subieras a mi lado, pero si me vas a insultar...- Se encogió de hombros mientras sus mechones de pelo caían en su frente.
-Bueno, tendré que aguantarme el frío, considerando que meterme en tu cama no sería nada profesional.- Le contesté sarcásticamente mientras reía un poco.
-¿Y llamarme a las tres de la mañana es profesional?- Levantó una ceja. -Además ya te has quedado dormido en mi cama antes, señor profesional.
Mordí mi labio en tono de culpabilidad, la verdad no me sentía mal por eso... Fue bonito. -Ambos puntos son justos.
Él colocó sus ojos en blanco mientras estiraba sus sábanas haciéndome un espacio. -Bueno, ven aquí entonces.
Le sonreí con cierta timidez, me quité los zapatos y me subí a su lado.
-Dios, ¿te metiste en un congelador? Tienes los pies helados.- Dijo mientras se acomodaba a mi lado.
-No, sólo es que a veces me pongo bolsas con hielo en los pies.- Le dije riendo mientras aprisionaba mis pies helados contra los suyos.
Él me miró escandalizado haciendo un sonido gracioso mientras me golpeaba en mis bazos. Levanté un dedo, y utilicé el 'modo reina gay de Taehyung'. -Sigue golpeándome y no respondo Jeon Jeongguk, te voy a morder.-
-¡No! No te creo, no me morderás.- Contestó mientras seguía dándome pequeñas palmadas en mis brazos con una risa que hizo que el corazón se me derritiera. Era tan hermoso, su piel pálida, sus labios rosa y sus hombros fuertes que se asomaban en su camiseta. Parecía un muñeco, un muñeco con unos ojos verdes cristalinos.
-¡Te voy a morder!- Le repetí, tomando sus palabras como un reto.
-¡No, no lo harás!- Me contestó retándome de nuevo.
Bajé un poco mi rostro y mordí su hombro descubierto. Sabía como a sal, pero dulce a la vez, lo mordí un poco más fuerte, él soltó un gemido mientras aprisionaba la almohada.
-¡Hay vampiros en mi cama!- Contestó exaltado mientras bajaba sus dedos a mis costillas haciéndome cosquillas.
-¡No!- Le respondí riendo mientras trataba de escapar de sus manos. ¡No! ¡Jungkook malo!-
Él dejó escapar una gran risa, una de esas risas llenas de vida y felicidad, de esas que a veces Jungkook parecía olvidar cómo dejarlas salir de su boca. -¡Tú empezaste todo esto!-
Traté de esconderme debajo de las sábanas, pero me apoyó contra la cama tomándome de mis muñecas, él terminó sobre mí mientras sus mechones de pelo rozaban mi rostro. -¡Piedad! ¡Piedad!-
-Regla número uno, Alien.- Dijo sonriendo mientras se bajaba de encima de mí. -Nunca muerdas a gente más grande que tú.-
-Te odio un poco.- Le dije bromeando mientras me acurrucaba a su lado entre las sábanas revueltas. Él colocó su cabeza en mi pecho así que pasé mi brazo alrededor de sus hombros.
-No, no me odias.- Dijo simplemente mientras soltaba un suspiro.
-Un poquito.- Odiaba que lo necesitaba mucho. Odiaba que él nunca sería mío. Odiaba las circunstancias, su enfermedad, su camino seguro con la muerte en poco tiempo. Estando aquí con él en esta cama de hospital, estaba seguro de que podría pasar toda una eternidad a su lado si pudiera.
-Bueno yo también te odio un poquito.- Me contestó calmado queriéndome llevar la contraria, era como si pudiera sentir el contexto de sus palabras pero no podía leerlas.
-Bien.- Le contesté contento al estar acostado a su lado.
-Bien.- Me contestó regresándome la misma respuesta que yo le di, era como si estuviéramos teniendo una tonta pelea. Para la cantidad de vece que había estado con Jungkook, aún no lo conocía del todo bien. Quería ser más íntimo con él y con sus sentimientos, quería saber las cosas que él amaba más que a nada, su sabor favorito de helado, todos los secretos que escondía su piel.
Creo que lo que yo realmente quería era tener grabado esos pequeños detalles en mi mente, así cuando él se fuera podría ir a lo más profundo de mi pecho y abrir esa pequeña cajita llena de recuerdos marcada con el nombre de 'Jeon Jeongguk' y tenerlo en mi corazón por siempre.
-¿Quieres que te lea?- Le pregunté mientras tomaba uno de sus mechones entre mis dedos. Tenía el vago presentimiento de que Jungkook quería decirme algo, pero pro mis experiencias anteriores sabía que no sería nada bueno si yo le preguntaba qué era. Esperaría a tomarme desprevenido para decirme lo que sea que tiene en mente, con su voz lenta y grave.
-Si tú quieres.- Contestó mientras buscaba mi mochila estirándose sobre mi pecho, la había dejado en uno de los postes de la cama y ahí seguía. Me dio mi mochila y saqué el libro azul, el cual tenía un separador justo en la página donde nos quedamos leyendo la última vez después de comer aquel pedazo de pastel en la panadería.
-Caminamos en silencio, Augustus estaba un pie más adelante...- Comencé a leer mientras me acomodaba a su lado. Era extraño cómo a pesar de que técnicamente su cuerpo era más grande que el mío, siempre terminaba acurrucándome en él. Pero extraño en una bonita forma. Creo que si pienso en eso, así era nuestra relación. Extraña pero en una bonita forma.
Continué leyendo tres capítulos más del libro cuando Jungkook finalmente habló, sabía que tenía algo que decirme.
-El 2 de Marzo.-
Dejé el libro entre mis piernas y bajé mi mirada a su cabeza que estaba aprisionada en mi cuello. -¿Qué le pasa al 2 de Marzo?-
Él se acurrucó un poco más en mí tal vez buscando algún tipo de consuelo. -Ese día será cuando empiecen a darme la quimioterapia.-
-Eso es muy pronto.- Lo miré con sorpresa. Jungkook había mencionado eso el último Miércoles, creí que sería más adelante, pero no era así. Todo estaba yendo demasiado rápido, sentía que una mañana despertaría y él ya se habría ido para siempre.
-Tengo siete días. Eso no es suficiente, ¿verdad?-
-Nunca es suficiente.- Le contesté frotando mis dedos en su brazo siguiendo un ritmo, mientras pensaba que tan frecuentemente tienes que aceptar las cosas aunque no sean suficiente. -Pero es todo lo que tienes.-
Él asintió y asumí que entendió lo que quise decir. Era parte de su resignación, entendía el tiempo que le quedaba, era un tiempo limitado y tarde o temprano ese tiempo se iba a acabar. -Cuando tenía dieciséis quería muchas cosas.- Dijo finalmente en un tono de nostalgia.
Coloqué mi barbilla entre su pelo, esperando que continuara, lentamente escuché cómo sus palabras se desprendían de su boca. -Era tan irresponsable y quería muchas cosas, pensé que tal vez podía hacer cualquier cosa. Era guapo, joven, estúpido y el mundo no tenía límite, hasta que me dieron mi fecha de muerte. Esa fue la peor parte, me quedé viendo cómo los años se desvanecían. Tenía un último año de vida y lo desperdicié mirando hacia atrás, hacia los ayeres, y nada de eso importó. Ninguna de las personas que lastimé o amé me importó realmente. Tengo dieciocho años y me voy a morir en un suspiro.-
-Pero he escuchado...- Le dije susurrando. Las palabras salieron fácilmente de mi boca. Sabía exactamente lo que tenía que decirle. -Durante un largo tiempo pensaba que la vida era sobre hacer cosas grandes y cambiar el mundo, y creía que yo podía hacer todo eso. Pero no puedo, y tú tampoco puedes. El punto de la vida es hacer algo con lo que tienes y sentir algo. Vivir hasta que ya no puedas más y no romper algo demasiado hermoso mientras lo haces.-
-Pero pude hacer muchas cosas.- Me contestó mientras sus dedos se deslizaban por la sábana.
-Lo hiciste. Hiciste todo lo que pudiste hacer.- Le dije pegándonos lo más que nuestros cuerpos nos permitían estar juntos. Él era tan importante. Era tan predecible y perfecto. Él no tenía ni idea de esto.
-Pero quería hacer mucho más.- Dijo mientras sus manos finalmente encontraban mis manos, sus dedos un poco temblorosos encontrando los míos.
-Entonces dime, dime que quieres hacer.- Le respondí. Él había pasado mucho tiempo pensando en la muerte, era momento de que comenzara a vivir un poco.
Dejó escapar un 'hmm' antes de que respondiera, sus dedos frotando mi espalda mientras pensaba en su respuesta. -Bolera.-
-¿Bolera?- Le pregunté sorprendido por su respuesta. SI habría una cosa que tenía que destacar, era que Jungkook superaba mis expectativas.
-Hay una bolera en Lewisham, solía ir todos los viernes. Todos iban allí, Suga, J-Hope, Jin y Namjoon. Podíamos pasar horas ahí perdiendo el tiempo. Era nuestro lugar, era bastante entretenido, esos son...- Su voz tomó un poco más de claridad. -Esos son algunos de los mejores recuerdos que tengo. Quiero regresar ahí una vez más.-
-A las siete entonces. Mañana, mándale un mensaje a Suga y a J-Hope. Llevaré a Jimin y a Krystal. Podemos tener una noche agradable.- Le contesté fácilmente mientras pasaba una de mis manos por su pelo.
Él asintió lentamente. -¿Crees que Jimin y Krystal querrán venir?-
Le di un pequeño golpe en su cabeza con mi barbilla. -Claro que querrán venir tonto.-
-Está bien.- Dijo entre un bostezo mientras sus ojos se entrecerraban.
-¿Estás cansado?- Le pregunté al escuchar su bostezo.
Él asintió. -Como Hazel dice, dormir ayuda a combatir el cáncer.-
-Debería dejarte descansar entonces.- Le contesté mientras me alejaba un poco de él.
Él me agarró de la camiseta tratando e dejarme junto a él.
-Quédate.- Dijo suavemente. -Léeme hasta que me duerma.-
Y eso fue lo que hice.
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Catch me I'm falling ✾ Vkook
FanficNo sé si se puede elegir a la persona de quien te enamoras. Quien termina tomando un pequeño pedazo de tu corazón. Esa persona se lleva ese pedazo con él cuando se va. Si alguien me hubiera preguntado, no creo que yo hubiera elegido a Jeon Jeongguk...