Capítulo 14

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Estaba acostado en el sofá viendo un reality show en la televisión, comenzaba a perderme en el delirio del sueño pero a la vez seguía despierto, fue ahí cuando me llamó.
Tomé mi móvil sin esperar a que fuera él mientras leía el nombre en la pantalla con mi vista borrosa.
Así que después de todo Jungkook decidió llamarme.
Toqué el botón verde para contestar y coloqué el móvil en mi oreja. Abrí mi boca para saludarlo pero sentí como si las palabras estuvieran atrapadas en mi garganta. Casi no quería saber lo que él tenía que decirme, no quería saber si era un pretexto o una afirmación. Nunca antes pensé en el futuro como algo aterrador, estaría completamente contento si pudiera quedarme en este momento por siempre, la televisión sonando en el fondo y la respiración de Jungkook en la línea. Aunque por supuesto quería saber si él dejaría de fingir, quería saber si diría que me amaba también, pero siempre existía la incertidumbre que hacía que mi piel se erizara.
Él habló primero, su voz era suave e incierta, habló del mismo modo que en el hospital. -¿Taehyung?-
-¿Si Jungkook?- No podía ver mucho, la oscuridad y mi visión borrosa hacían todo menos visible. Casi podía imaginar que estaba en el hospital con él, que tomaba su mano y entrelazaba sus dedos con los míos.
-Quería llamarte antes pero no sabía que decir.- Dijo con una voz suave casi en tono de susurro. Recordé la primera vez que me llamó, antes de que supiera que el cáncer me había regresado, antes que él fuera especial para mí, antes del beso. ¿Cómo es posible que las semanas hayan pasado tan rápido?
Parecía que él tomó mi silencio como una invitación para que siguiera hablando. -Pero ya sabes que tengo que decir, ¿verdad? Tú ya lo sabes.-
Hice un sonido adormilado. -Supongo que sí.-
-Entonces supuse que tal vez si te llamaba sabría que decirte.- Continuó hablando con su típica voz suave y lenta entre la oscuridad. -Pero aún no sé qué decirte. Aún no puedo decirte lo que significas para mí, he practicado alrededor de noventa veces lo que te diría pero nada suena bien.-
-Bueno, creo que hay que tener algo de valor para expresar tus sentimientos.- Le respondí sintiendo que aún no había terminado de hablar.
-Creo que sí.- Dijo estando de acuerdo conmigo con el mismo tono de auto-desprecio en su voz. -Me di cuenta de algo, siempre pensé que sería egoísta si dejaba que te acercaras demasiado a mí, pero fui más egoísta al tratar de alejarme, ¿verdad?-
Asentí con mi cabeza, sintiéndome adormecido por el sueño y la voz de Jungkook. -Así es, es cierto.-
-Era solo que no creía que llegaras a necesitarme tanto como yo te necesito a ti.- Admitió finalmente, dejando escapar un suave suspiro en el micro del móvil.
-Esa es la cosa más estúpida que he escuchado.- Le dije mientras una enorme sonrisa iluminaba mi rostro. Jungkook no era modesto, literalmente él no tenía ni la menor idea de lo excepcional que era.
-Algo así, ¿verdad?- Me respondió sonando un poco avergonzado.
-Sí.- Le contesté simplemente.
Hubo un momento en donde hubo sólo silencio y no hice nada más que sonreír, me acomodé entre mis sábanas y apagué la TV hasta que escuché su voz de nuevo. -¿Taehyung?-
-¿Si, Kookie?- Sonreí casi sabiendo las palabras que diría antes de que las pronunciara.
-Te amo.-
-Lo sé, yo también te amo.-
Él dejó escapar un bostezo. -Iré a dormir.-
-Yo también.-
-Buenas noches Tae.-
-Buenas noches Kookie.-
Dejé que mis ojos se cerraran mientras una pequeña sonrisa se formaba entre mis labios debido a lo que había pasado. -No cuelgues.- Le susurré.
Él dejó escapar una pequeña risa mientras se acomodaba entre sus sábanas. -No iba a colgar.-
Y así me quedé dormido con el suave sonido de su respiración, con un cálido sentimiento en el fondo de mi pecho.
---
11:46 Jungkook.
Quiero verte.
12:01 Taehyung.
Puedo ir a verte a las ocho y media.
12:03 Jungkook.
¡Es muy tarde! ¿Ya me estás engañando?
12:05 Taehyung.
Oh si, ella es sexy, no pude resistirme.
12:06 Jungkook.
Mientras me ames más a mí.
12:06 Taehyung.
Por siempre, no lo dudes.
12:07 Jungkook.
Nos vemos pronto.
12:07 Taehyung.
Está bien.
---
Fue una extraña especie de déjà vu subir a su habitación, había nervios y excitación retorciéndose en mi estómago cuando tomé el ascensor para ir hasta su piso, me balanceaba de un lado a otro con la punta de mis pies. Llevaba mis pantalones favoritos, tenía mis manos dentro de los bolsillos de mi sudadera negra mientras caminaba por el pasillo sonriendo como idiota.
Podía sentir rápidos y fuertes los latidos de mi corazón en mi pecho, recordé su llamada y me puse más nervioso dejándome ansioso. Vagamente me pregunté si todos alguna vez se habían sentido así, si habían sentido que sus órganos se saldrían de su piel o algo parecido a eso. Cuando era pequeño solía pensar en la persona de quien me enamoraría, cómo sería, cómo hablaría, pero en ninguna de mis fantasías infantiles hubiera predicho cómo se sentiría estar enamorado, sentirse intoxicado al estar unido con otra persona.
Si pensara en eso, estar enamorado de alguien que sienta lo mismo por ti era un extraño tipo de seguridad, aunque a veces se sintiera todo lo contrario. En un mundo donde todos parecen estar tan solos, amar a alguien era como asegurar un ancla en el mar más bravo. Era tener a alguien a quien podías aferrarte mientras caías y ya no estabas solo.
Entré por la puerta, encontrándolo envuelto entre sus sábanas y profundamente dormido, un suave ronquido salía entre sus labios entreabiertos. Mi pecho se contrajo con una especie de cariño doloroso. En ese momento, quería más que nada abrazarlo y susurrarle promesas en sus párpados.
Me quité mis zapatos, estiré las sábanas y me subí a su lado detrás de él, coloqué mi mano en su cintura presionando mi nariz contra el algodón de su camisa.
Él se movió perezosamente debajo de las sábanas hasta que quedamos cara a cara, nuestras narices casi se rozaban mientras Jungkook parpadeaba para despertar. Su cabello era un desastre, sus mechones colgaban hasta sus ojos y en su rostro. Con mi mano le coloqué su pelo hacia atrás y le dejé un beso en su frente. Pensé que tal vez había cruzado la línea pero no podía contenerme.
Él sonrió y frotó su nariz con la mía. -Hola.-
-Buenos días solecito.- Le contesté colocando mi mano en su cadera, una sonrisa se hizo presente en mi rostro. Los lugares en donde su cuerpo estaba pegado al mío se sentían cálidos y confortantes, también se me hacía un poco difícil de respirar pero no estaba del todo relacionado con el cáncer.
-¿Te puedo pedir un favor?- Me preguntó, prácticamente habló en mi boca, sentí su cálida respiración en mis labios. Me pregunté brevemente si alguna vez me dejaría besarlo.
-Si tenemos que movernos, entonces no.- Le contesté casi cruzando mis ojos al tratar de mantener su mirada con la mía.
Movía su mano lentamente por mi hombro como si no se estuviera dando cuenta de que lo estaba haciendo.
-Uh... Bueno, algo así. Yo...- Hizo una pausa, su mirada se desvió hacia abajo. -Quiero pasar la noche en tu apartamento. Si está bien.-
-Te sientes un poco audaz esta noche, ¿no?-
Él se sonrojó y escondió su rostro en mi hombro mientras me reía de él. -Sólo quiero pasar una noche en una cama de verdad.- Dijo contra el tejido de la capucha de mi sudadera.
-¿No tienes una casa para hacer ese tipo de cosas?- Le dije aun riendo.
Él hundió suavemente sus dientes en mi hombro riendo al sentir cómo me ericé por su contacto. -Pero en mi casa está mi madre y mi hermana y en la tuya estás solo tú.-
-Bueno creo que no puedo discutir con ese tipo de lógica.- Dije finalmente cediendo, como si no hiciera otra cosa que hacer lo que él me pedía. -¿Vas a estar bien esta noche?- Le pregunté tratando de no poner demasiada preocupación en mi tono de voz. Una de las peores cosas acerca del cáncer es ver a todos preocuparse por ti, como si fueras algo que fuera a romperse con el aire. Otra de las peores cosas acerca del cáncer es que es imposible no preocuparte por las personas que amas, porque bueno... Las amas.
Él se separó un poco mirándome. -¿Sabes? Si vas a empezar a preocuparte como mi madre, tengo que decirte que haces un mejor trabajo cuando no te preocupas por mí, pero hay que hablar.-
Mordí mi labio al saber que tarde o temprano tendríamos que tener ese tipo de conversación. -No ahora, no quiero arruinar esto.-
-Vamos a tener que hablar de ello tarde o temprano.- Dijo suavemente frunciendo sus labios.
Ahora yo escondí mi rostro en su hombro. -Lo sé, ¿por la noche?-
-¿No podemos simplemente hablar de ello ahora?- Me preguntó, el tono de su voz ahora era serio. -Sé que no quieres pero...- Hizo una pausa y frotó su pulgar en mi mejilla. -Me siento algo hipócrita.-
-Es una mierda preocuparse, ¿verdad?- Le dije observándolo con una pequeña sonrisa en mis labios.
-Diría que vale demasiado la pena.- Me respondió mirándome a los ojos con una intensidad que me dejaba intranquilo. -Eres encantador, ¿lo sabías?-
Cerré mis ojos ante el cumplido y presioné mi barbilla contra mi pecho sintiendo cómo mis mejillas se tornaban de un color rosa. -¿Realmente piensas eso?-
Él sonrió mientras su mano tomaba mi barbilla. -Claro que sí.-
Creo que el beso que vino después de eso fue inevitable.
Mis labios se unieron con los suyos, él sonrió en mi boca mientras yo rodeaba sus hombros con mis brazos, nos pegamos más mientras él colocaba sus manos en mi cintura. Sus labios eran tal y como los recordaba, suaves y dulces, pero esta vez él no se separó, sus labios se movían lentamente sobre los míos.
Mis manos se deslizaron por su cuello, mis dedos pasaban por su pelo acariciando su cabeza. Abrí mis ojos rápidamente solo para mirarlo un poco, pero me encontré con sus ojos fijados en mí, un pequeño jadeo de aire se escapó de mis labios antes de que pudiera detenerlo.
-Lo siento.- Murmuró separándose muy ligeramente, no había ningún tono de remordimiento en su voz. -Es sólo que no puedo dejar de mirarte.-
-¿Qué te parece quedarte en mi apartamento?- Le sugerí, pensando en su petición anterior y en salir de la cama pero no quería dejar los brazos de Jungkook.
Él sonrió dándome un pequeño beso en mis labios. -Me gusta la forma en la que piensas.-
Tomé sus manos entrelazándolas con las mías y así nos levantamos de la cama, no quería separarme de él por ningún segundo. Pasamos por la enfermera de cabello negro quien frecuentemente chequeaba a Jungkook, le hicimos saber que saldríamos por la noche, ella soltó una pequeña risa y levantó una ceja mientras le decíamos que no se preocupara.
Decidimos no llevar la silla de ruedas esta vez. Jungkook insistió en que se sentía especialmente estable hoy y no iba a protestar si él iría apoyado en mi cintura durante todo el camino.
Fuimos todo el camino hacia mi edificio sin ningún incidente, no tuvimos tiempo de calentar nuestras manos por el pasillo, de inmediato coloqué mis dedos helados en las llaves.
-¿Crees que tu compañero de piso se enfadará por mi presencia?- Me preguntó colocando la punta helada de su nariz en mi cuello haciendo que fallara en abrir la puerta.
-No está, probablemente vendrá tarde. A Krystal le gusta llevar a Jimin a bailar.- Le respondí dándome cuenta de lo que implicaba estar con Jungkook en un apartamento vacío.
-¿Tenemos toda la casa para nosotros entonces?- Preguntó pasando sus distraídos dedos por mi cintura, deteniéndose en mi estómago. -Suena escandaloso.-
-Oh, basta.- Le dije finalmente colocando la llave en la cerradura. -Estás haciendo que suene como un hombre viejo y espeluznante.-
-Tú eres el que me trajo a su apartamento vacío.- Me respondió descansando su barbilla en mi hombro, aprisionando su pantalón contra mi mientras empujaba la puerta para abrirla.
-Pero tú fuiste el que me pidió que lo trajera, tal vez tú eres el pervertido aquí.- Me burlé sin molestarme de separarme de él mientras entrábamos. Levanté mi brazo para encender la luz pero él sujetó mi muñeca.
-No me importaría estar sin luces.-
Levanté una ceja, lo miré de reojo en la sombra oscura del apartamento. Estaba todo tranquilo, la ventana abierta dejaba entrar rayos de la luz de la luna iluminando el lugar con un color azul. -¿No te importaría?-
Él negó con su cabeza mordiendo su labio inferior. -Nah.-
Coloqué mi mano en su pecho sintiendo su firme músculo sobre el algodón de su camisa mientras lo empujaba hacia atrás, sus hombros golpearon suavemente la pared. -Si tú insistes.-
Su sonrisa nerviosa se convirtió en una mueca que me llevó con él. Sus dedos encontraron el borde de mi sudadera deslizándola hacia arriba junto con mi camisa para quitármela por encima de mi cabeza, dejando la pieza de ropa en el suelo.
Paso sus dedos por la piel desnuda de mi espalda, antes de que pudiera detenerlo sentí un escalofrío en mi cuerpo.
-¿Sabes...?- Susurró en mi oído mientras nos giraba apoyándome ahora contra la pared. -Sólo porque eres mayor no significa que puedas tener el control.-
Luché contra el impulso de gemir, su voz era grave y entrecortada en mi oído. Deslicé mi mano por debajo de su camiseta en venganza, froté mis dedos por la suave piel de su cadera trazando la línea de su hueso hasta que llegué a la cintura de sus pantalones. -Realmente creo que sí que lo tengo.-
Él extendió su mano y detuvo la mía, su respiración silbaba entre sus dientes apretados. -Te gusta provocar a las personas, ¿verdad?- Me preguntó pegando más su cuerpo contra el mío. Mi piel estaba completamente aprisionada contra su cuerpo y contra la fría pared. -Y apuesto a que siempre te sales con la tuya.-
Levanté mi rostro hasta alcanzar su boca, le robé un beso y coloqué mis dedos en la cintura de su pantalón por donde pasa el cinturón y pegué más su cuerpo contra el mío. -A veces lo hago.-
-Tú lo has dicho, no todo el tiempo es así.- Murmuró, sus ojos tomaron un tono oscuro y se encontraron con los míos, una de sus manos subió por mi brazo, por mi cuello, por la curva de mi mandíbula hacia la línea de mi pelo. -Apuesto a que muchas personas te dejan salirte con la tuya. Te dejan que los provoques. Pero, ¿qué hay de divertido en eso?- Pasó su mano ahora por detrás de mi cuello enredando sus dedos en mi pelo y tirando hacia abajo, por lo que mi cabeza se inclinó hacia atrás.
Jadeé al sentir el movimiento que hizo, cerré mis ojos mientras sentía como quitaba su mano de mi cabello, tenía una sonrisa sucia en su rostro. -¿Quién es el que está provocando ahora?- Le pregunté sonando casi sin aliento incluso para mis propios oídos.
-No te estoy provocando.- Dijo inocentemente. -¿Hay algo que quieres que haga?-
-No me preguntes cosas de esas.- Le contesté tomando la parte posterior de su cuello para inclinarlo un poco hacia abajo y besarlo, cas podía degustar engreimiento en su lengua. Tomé su camisa deslizándola hacia arriba hasta que él se separó de mi boca y se la quitó por completo pasándola por su cabeza, lanzó la camisa en dirección a la habitación y regresó su boca a la mía para seguir besándome, su cuerpo, que era más grande el mío, me envolvía cada vez que él me aprisionaba contra la pared.
Mis manos pasaban por su espalda, mis dedos apretaban sus hombros, mis uñas se clavaban en su piel cuando él apretaba una de sus piernas contra mi miembro. Tiraba de mi cabeza hacia atrás contra la pared mientras él bajaba besando mi mandíbula, después comenzó a succionar mi cuello dejándome marcas rojas en él.
Me aferré a él, pero a la vez separé un poco mis caderas tratando de no correrme a mitad del camino. No era que me quejara cuando me dijo que él no era virgen, esperaba que fuera algo menos experto.
-Pon tus brazos alrededor de mi cuello.- Me ordenó con una voz ronca. Le obedecí y coloqué mis brazos en su cuello sujetándome con fuerza. Antes de que pudiera procesar lo que él estaba haciendo, sus manos estaban en mis muslos y me cogió, mis talones colgaban cerca de la parte baja de su espalda.
-¿Cuál de las dos es tu habitación?- Me preguntó entre besos mientras pasábamos el sofá.
Alcancé mi puerta con una mano y con la otra me mantuve sujetado firmemente de su cuello mientras entrábamos en mi habitación. La fricción que hizo Jungkook al cargarme causó que mi pantalón comenzara a quedarme apretado en cierta parte de mi entrepierna, apreté mis dientes para no dejar escapar un fuerte gemido.
Me recostó en la cama y se subió encima de mí besándome con un entusiasmo que hacía difícil desabrocharme el botón del pantalón. Él comenzó a frotarse contra mi entrepierna, pude sentir como su miembro estaba tan duro como el mío haciendo que me excitara aún más. -Dios mío Jungkook déjam- Jadeé mientras sus manos encontraban mi cabello y tiraban suavemente de él. -Déjame quitarme los malditos pantalones.-
Él se apoyó con sus manos en la cama aún encima de mí mientras yo terminaba de desabrochar mi pantalón y bajar el cierre, su respiración estaba entrecortada justo como la mía. Sus pupilas estaban completamente dilatadas, sus rizos caían sobre mi rostro, tenía una expresión perversa en su boca.
Finalmente pude deslizar mi pantalón y mis bóxers hasta mis rodillas, pegué a Jungkook nuevamente hacia mí, dejé escapar un gemido cuando nuestros cuerpos se juntaron. Agarré sus bíceps girando para quedar ahora encima de él y me quité por completo mi ropa.
-Pensé que- Dijo vacilante, su voz se quedaba sin aliento en medio de la penumbra mientras comencé a darle pequeñas palmadas en su miembro por encima de la tela de sus jeans, frotando sus caderas con mi mano. -Pensé que me dejarías... Ya sabes.-
-Tenemos toda la noche, ¿no?- Le contesté sintiendo una fascinante oleada de control en mi cuerpo. Comencé a desabrochar sus jeans mientras besaba su estómago sintiendo cómo se retorcía debajo de mí.
Él no respondió mientras le bajaba sus jeans quitando también sus bóxers, quedando completamente desnudo, expuesto ante el aire frío del apartamento.
Soplé la nuca de su miembro, una sonrisa diabólica apareció en mi rostro mientras él apretaba las sábanas y dejaba escapar un largo gemido de sus labios.
-Creo que tenías razón Jungkook. Me gusta provocar.- Le dije lamiendo alrededor de la cabeza de su miembro y separándome.
-Te odio.- Dijo jadeando con sus ojos cerrados, los nudillos de sus manos estaban blancos de tanto apretar las sábanas, sus músculos se tensaron y en su frente comenzaba a haber algunas gotas de sudor.
-No, no me odias.- Envolví suavemente la base de mu miembro mientras que con mis dedos comenzaba a masturbarlo. -Dios, eres precioso.- Dije y luego me lo llevé a mi boca deslizando mi lengua en círculos lentos alrededor de su miembro mientras lo chupaba.
Sus caderas temblaban al tratar de mantenerse quieto, luchando contra el impulso de embestir mi boca, habían jadeos entrecortados que resonaban por toda la habitación. Mi miembro estaba dolorosamente duro, pero mantenía mis manos en Jungkook centrándome en llevarlo al clímax.
Pdía sentir que sus caderas se movían un poco más, comencé a sentir el sabor salado-dulce del líquido preseminal en mi boca y saqué de inmediato su miembro de ésta, él dejó escapar un quejido en tono de frustración. Me arrastré por encima de él dejando que su pene rozara con mi estómago y mi pecho al moverme para besarlo.
Él me recostó nuevamente, besando y lamiendo mi boca como si estuviera hambriento mientras me daba la vuelta recuperando su posición anterior. Lo dejé, disfrutando de la emoción desconocida de dejarlo al mando, de dejarme a cargo de sus manos.
Dejó de besarme para comenzar a morderme y succionar mi clavícula dejando moratones ahí. -Hasta dónde- Hizo otra mordida haciendo que la última palabra se convirtiera en un sonido de aprobación. -¿Hasta dónde llegaremos?- Le pregunté.
Dejó de morderme levantando su rostro un poco para fijar su mirada en la mía, tenía sus ojos bien abiertos y una expresión seria. -¿Hasta dónde me dejarías ir?-
Froté mis caderas contra las de él, deseaba sentir su miembro contra el mío desde hace rato. -Yo sólo- Me froté nuevamente seguido por un jadeo mientras él se pegaba más contra mí. -No quiero que hagas algo que-MIERDA-te lamentes por la mañana.-
Él rió contra mi piel. -¿De verdad crees que voy a lamentar esto por la mañana?-
Dejé ir cualquier preocupación que tenía. Puse fin a la conversación tomando su rostro para besarlo con fuerza, mis manos se enredaban en su cabello. Él me siguió el beso con el mismo entusiasmo, sus grandes manos frotaban mis caderas, podía sentir su piel caliente contra la mía. Comenzaba a acercarse a mi entrepierna haciendo que me excitara más y más.
-Kookie...- Murmuré, mis palabras se perdían entre jadeos haciéndose cada vez más incoherentes. -Estoy cerc-
Él mordió mi labio inferior sin dejar que terminara de hablar, sus dedos eran fuertes como si quisiera romperme y consumirme. No había nada casual sobre la forma en que mis dedos pasaban por su pelo, pero la forma en la que él había dejado moratones sobre mi piel con su boca me volvían loco, estos tardarían varios días en desaparecer. Estaba todo oscuro, aquel juguetón coqueteo se convirtió en algo mucho más desesperado, era una necesidad de hacernos el amor mutuamente.
Pasó una mano por debajo de nosotros y metió dos dedos dentro de mí, abría y cerraba sus dedos en forma de tijera, no me dio tiempo adaptarme a la sensación. Arqueé mi espalda dejando escapar un fuerte gemido dejándole marcas rojas con mis uñas por toda su espalda.
-Te ves tan hermosos así.- Susurró añadiendo un tercer dedo profundamente en mí. Sentí un hormigueo por todo el cuerpo, una sensación eléctrica me hizo sentirme aturdido, mi respiración estaba entrecortada. No podía hablar. Mi boca estaba abierta y lo único que podía hacer era respirar la esencia de Jungkook, el sudor de su piel, eso era más preciosos que el mismo oxígeno.
-Date la vuelta.- Dijo y me empujó, ahora mi rostro estaba a poyado contra la cama, mi cuerpo era tan flexible entre sus brazos. Mi miembro estaba aprisionado entre las sábanas y mi estómago pero no me atrevía a tocarlo, en cambio me acomodé entre las sábanas alcanzando unas almohadas para apretar con mis manos.
Pude sentir su miembro sobre mi entrada, el lento quemar mientras entraba en mí. Empujó un poco rápido con el afán de ser cuidadoso. Se quedó quieto durante un largo rato, sentía su respiración caliente en mi cuello mientras me acostumbraba a la sensación de tenerlo dentro de mí. Comenzó a moverse lento y profundamente, mordí las sábanas para mantenerme tranquilo.
-Kookie por favor yo...- Su piel era suave y lisa donde su pecho rozaba contra mi espalda. Comenzaba a dejarme besos en el cuello mientras murmuraba algunas palabras de amor contra mi piel.
Él aumentó la velocidad de sus embestidas, extendió sus manos para tomar las mías, entrelazó sus dedos con los míos aprisionándolos tan fuerte que casi dolía mientras se adentraba en mí. Soltó mi mano derecha y tomó mi miembro entre las sábanas para comenzar a masturbarme.
Apreté mis ojos cerrados, tratando de mantenerme en la realidad pero fácilmente me salía de ella. Estaba nadando entre las sábanas, sentía las manos de Jungkook sobre mí, sentía como me llenaba. Podía sentir sus embestidas irregulares, su respiración acelerada, cómo sus movimientos se volvían cada vez más brutales, hasta que no pude aguantar más, me corrí sobre las sábanas y mi estómago. Jungkook estimuló unas cuantas veces más mi miembro y colocó su mano en mi cadera.
Sus dedos dejaron marcas en mi miembro, los nudillos de su otra mano habían quedado blancos de tanto aprisionar mi mano. Un fuerte gemido salió de sus labios mientras se corría dentro de mí, dio unas cuantas embestidas más hasta que no puedo más. Se recostó encima de mí besando mis hombros mientras sacaba su miembro, me di la vuelta y lo besé mientras pasaba sus dedos por mi pecho agitado.
Lo miré con los ojos vidriosos, la luz entraba por la ventana iluminando sus ojos oscuros y sus labios hinchados, el tinte rosado de sus mejillas era apenas visible. Todo mi cuerpo se estremeció, extendí mi mano frotando mis dedos por toda la longitud de sus bíceps.
Él me sonrió mientras se acomodaba a mi lado quedando a mi altura con un suspiro contento. Extendió su mano y pasó uno de sus dedos por mis costillas haciendo que me erizara.
-¿Te estás muriendo?- Me preguntó al sentir mi piel.
Le di un beso en su cabello y acomodé una mano por detrás de su cabeza para acariciar la suave piel de su cuello. -Me estoy muriendo como hace años.-
Hizo un ruido de enojado en la parte posterior de su garganta. -¿Te estás muriendo como yo me estoy muriendo?-
Me coloqué de lado y extendí mi mano para buscar su brazo, cuando lo encontré lo coloqué alrededor de mi estómago. Él encajaba perfectamente conmigo, apoyó su barbilla en mi hombro por lo que nuestros cuerpos estaban completamente juntos, piel con piel. -Sí.- Le susurré.
-Lo siento.- Murmuró, su voz hacía eco a través de mí. Sus palabras parecían tener un infinito significado. Una disculpa porque me había pasado a mí y no podía salvarme. La gente muere y él estaba muriendo también.
-Etapa 4, Linfoma No-Hodgkins en mis pulmones, huesos... Y quién sabe dónde más lo tengo.- Le dije. La sensación de vacío que siempre sentía al pronunciar esas palabras no vino esta vez. En un momento de locura pensé que tal vez Jungkook podría curar más que el vacío.
Él besó más mi cuello, sus labios parecían nunca cansarse del sabor de mi piel. -No quiero vivir en un mundo sin ti.-
Tomé una de sus manos y la acerqué a mi boca dándole un beso en ella. -No vas a tener que hacerlo.-
-Bien.- Su respiración se tranquilizó muy ligeramente y me abrazó fuertemente como si pudiera protegerme de cualquier cosa, excepto tal vez del veneno que tenía dentro de mi propio cuerpo. -Tienes que prometerme que me vas a esperar, ¿de acuerdo Taehyung? No te vayas antes que yo, no me dejes solo.- Dijo suavemente con su voz en tono de súplica.
-No te voy a dejar.- Le prometí dándome la vuelta para mirar a sus ojos grandes y marrones, estábamos tan cerca que podía verme en ellos. -No te dejaré incluso cuando hayas olvidado por qué querías que me quedara.-
Él asintió y presionó sus labios contra los míos y así sellamos una promesa entre nuestras bocas. -Me tendrás por siempre, lo sabes.- Me respondió, sus palabras eran suaves y seguras. -Incluso después de que pasen estos cuatro meses. Te esperaré en donde sea que terminemos y nos veremos pronto.-
-¿Crees en el cielo?- Le pregunté, tenía un brazo alrededor de su cuello y el otro aprisionado contra su corazón. Yo siempre había aceptado la muerte aunque a veces sea injusta, siempre había aceptado que a veces las cosas terminaban y no se podía hacer nada más, pero estando entre los brazos de Jungkook me hacían desear poder vivir por siempre.
Parecía que analizó la pregunta por un momento. -No lo sé... Pero sí creo en algo. Creo que no podemos terminar nada más así como así. ¿Dónde vamos cuando todo termina?-
-No lo sé.- Le contesté apoyando mi cabeza contra su cuello. Pero te seguiré a donde sea que vayas.-
-¿Me lo prometes?- Me preguntó con algún tono de inseguridad en su voz, como si no estuviera seguro de mi respuesta esta vez.
Dejé escapar un suspiro y coloqué mi barbilla en su hombro. -Sabes que te prometería tener las estrellas si me lo pidieras.-
-Prefiero tenerte a ti.- Susurró.
Cerré mis ojos sintiendo el latido de su corazón, era un suave ritmo proveniente de su pecho. -No soy lo mejor.-
Él se quedó en silencio, el único sonido que había era el de los otros inquilinos y el zumbido del calentador. Casi me había quedado dormido cuando finalmente él respondió, la frase sonó más como una vibración entre nosotros. -Eres todo lo que siempre quise.-
Y así quedamos inconscientes, sumergiéndonos en un sueño profundo, siendo guiados por el latido de nuestros corazones que los llevaba a lo desconocido.

Catch me I'm falling  ✾  VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora