Marzo 25 - Día 67
Había comenzado a olvidar lo que era estar completamente despierto. Me sentía como si estuviera nadando, como si el agua entrara por mi boca y cada vez se me dificultaba más respirar. Era como si lentamente me estuviera hundiendo entre arenas movedizas, el oxígeno entraba levemente en mi cerebro mientras trataba de mantenerme lúcido.
Tenía un montón de obligaciones con mis pacientes, con Jimin, con Jungkook y conmigo mismo, pero todo lo que quería hacer era dormir y flotar entre mis sueños por siempre. La última vez que vi a Jungkook fue el martes y lo único que hice durante mi visita fue quedarme dormido despertándome a las dos de la madrugada con Jungkook aferrándose a mis dedos debido a un enorme dolor de cabeza que él tenía en ese momento.
Podía sentir que se rompía en pedazos cada vez que me movía, mi respiración se me dificultaba, mi cabeza pesaba cada vez más. Necesitaba parar pero no tenía tiempo, tenía que seguir y también seguir esperando que mi cuerpo tuviera la fuerza para seguir.
Llegué a la habitación de Jungkook alrededor de la una, al mediodía. Me quité los zapatos y dejé mis cosas a un lado. Él alzó la vista al notar mi presencia mientras una sonrisa se desvanecía de su rostro al notar mi apariencia. Él bajó de su cama sujetándose de un lado de esta para mantenerse en pie mientras caminaba hacia mí con preocupación en sus ojos. Sentí frío al estar de pie ahí, estaba consciente de lo mal que estaba, mis mejillas tenían un tono morado y hundido mientras que mis ojos estaban pesados, pero no podía mejorar de ninguna forma mi apariencia, así que sólo me quedé ahí evitando su mirada.
Él alzó su mano frotando sus dedos en mi mejilla. Pasaba sus dedos con cuidado sobre mi piel como si tuviera miedo de que me fuera a romper ante su contacto, como si en algún momento me hubiera vuelto frágil. -Tae, te ves muy mal.
Asentí mordiendo mi labio inferior tan fuertemente que pude sentir mi propia sangre en mi lengua. No estaba seguro de cómo me había enamorado tan rápido. No fue hace mucho tiempo cuando todo estaba bien. Había tenido noches en donde me despertaba lleno de sudor y me hacía falta respirar pero podía soportarlo. Parecía que después de la quimioterapia todo se había convertido en una espiral que descendía rápidamente y no tenía salida alguna.
Jungkook bajó frotando sus dedos por mi barbilla en un modo tierno y reconfortante. Abrí mi boca para hablar, para decirle que estaba bien y que no tenía que preocuparse por mí, pero me di cuenta de que había perdido mi voz en alguna parte. Él mantuvo su mirada en mí, sus pacientes ojos verdes esperando a que hablara.
-No-No puedo.- Y entonces me quedé sin palabras, no podía hacer las dos funciones básicas del cuerpo humano al mismo tiempo; hablar y respirar.
Jungkook me miró y vio cómo lo último de normalidad de mi cuerpo desapareciera, sentí que me iba a caer cuando colocó sus brazos alrededor de mi cuerpo abrazándome. -Ven aquí, te tengo.
Me aferré a su cuerpo apoyando mi cabeza contra su pecho dejando que me abrazara. -Lo sé.- Susurré con mi voz rompiéndose en medio de la palabra. De momento empecé a llorar apretando su camisa lo más fuerte que podía mientras que aprisionaba mi rostro contra su hombro. Saqué cada frustración que había tratado de esconder durante el día, mi cuerpo entero temblaba mientras me desahogaba.
Parecía que mi cerebro se había desconectado, la desesperación y el agotamiento que tenía se reducía a un momento entre los brazos de Jungkook. No estaba consciente de nada, sólo tenía en mente no separarme de Jungkook. No podía dejar de llorar. Todo era inútil, era una lucha que no podía ganar.
Había comenzado a olvidar cómo ser fuerte, olvidando a cómo seguir en pie incluso cuando era la única cosa que podía hacer.
Entendía lo que Jungkook quería decir con que morir es caer, pero era mucho más que eso. No puedes luchar contra una caída, una caída no hace tus dedos sangrar y tus músculos pesados a medida que haces todo lo posible por frenar el descenso. Es más como remar contracorriente, nadar desesperadamente mientras que el agua te empuja hacia atrás tratando de hundirte.
Lentamente me di cuenta de que Jungkook estaba frotando sus manos en círculos por mi espalda, mientras que sus labios susurraban consuelo contra mi piel dejándome pequeños besos en mi cuello. A pesar del miedo silencioso que tenía de que nunca sería capaz de dejar de llorar, lentamente comencé a recuperar la respiración tirando de mi rostro hacia atrás para limpiar mis lágrimas.
Sollocé separándome de él para dirigir mi rostro hacia el suelo deseando que él no tuviera que verme en ese estado. Me sentía vulnerable, desnudo hasta mis huesos, y odiaba eso, quería ponerme mi armadura de fortaleza de nuevo. -Soy un maldito desastre.- Le dije odiando lo débil que sonaba mi voz y cómo se rompía al pronunciar aquellas palabras.
-No eres un desastre.- Jungkook me respondió con el estúpido tono suave de su voz, aquel tono que atravesaba mi piel y me hacía sentir culpable. ÉL tomó mi rostro entre sus fuertes manos forzándome a que lo mirara a los ojos mientras limpiaba mis lágrimas con sus dedos pulgares. -No eres un desastre, ¿de acuerdo?
Me retorcí entre sus manos mientras dejaba que mi cerebro me alimentara de mentiras. Nunca había querido odiarme a mí mismo pero entonces quería arrancar mi piel porque yo ya estaba roto. Me dije a mí mismo que debía ser bueno y seguir adelante pero no había podido hacerlo. Me dejé caer y eso era completamente inaceptable. -No hagas eso, estoy siendo totalmente patético, yo-
Él me calló colocando sus labios contra míos en un beso fuerte y confuso. Sentí algún tipo de sal en i lengua mientras me empujaba hacia atrás, mi espalda golpeó la pared forzando el aire de mis pulmones. Él se quedó en frente de mí mirándome con algún destello en sus ojos. -No estás siendo patético, no eres patético por llorar.
Aprisioné mis dedos en los costados de su abdomen, sentí como mis uñas se clavaban en el algodón de su camiseta sintiendo lo suave de su piel. -No, no está bien. No puedo ser débil.- Me costaba demasiado trabajo respirar mientras mantenía mi mirada en él, sentía que tenía un tono cruel en mi voz pero era incapaz de detenerlo. -No voy a ser débil.
Él negó con su cabeza a poyándome más contra la pared sujetándome con fuerza. -yo soy débil, ¿es ese un problema para ti? ¿Sabes cuántas horas he pasado llorando este año? ¿Lo sabes?
Su mirada se volvió sura, sus dedos apretaban con fuerza mis caderas como si quisiera lastimarme tanto como yo me quería lastimar a mí mismo. -Y eso no me hace menos fuerte que tú Taehyung. La debilidad no es lo contrario de la fuerza, lo contrario de la fuerza es nada. Y no voy a dejar que te sientas como si no fueras nadie. No te voy a dejar.
-Eso es pura mierda.- Susurré, nuestras narices se rozaban cada vez que hablaba, quería que cada palabra que saliera de mi boca se cortara y no hiciera daño pero no podía parar. -Cuando llorar significa que eres débil y tú eres un maldito débil, eres tan jodidamente débil.
Él me miró con una cierta calma triste en sus ojos y a la vez dejaba de presionarme tanto. Era como si mientras más me burlara de él diciéndole que era débil, él más trataba de luchar por sí mismo y eso me hizo querer destrozarlo. -Lo sé, pero ahora voy a ser fuerte por ti. Sólo tienes que dejarme serlo.
Lo empujé en su pecho rechazando su cuerpo mientras trataba de abrazarme. -¡Detente! ¡Deja de pensar que puedes reparar esto! ¡No necesito que seas fuerte por mí y no te necesito!
Pude ver en sus ojos cómo lo hacía lastimado, su mirada era clara y penetrante pero no hizo nada por soltarme, continuaba sujetándome firmemente. De algún modo horrible me gustaba eso, porque mientras más lo lastimaba más me dolía a mí y eso era exactamente lo que quería, lastimarme a mí mismo.
-Me necesitas más que nunca Tae.- Dijo suavemente pareciendo un susurro.
-No. Necesito que me odies.- Susurré inyectando todo el veneno que ponía en mis palabras. -Dime que me odias.
Él besó mi frente mientras cerraba sus ojos. Tuve el presentimiento de que estaba tratando de quitarme el cáncer. -Te odio.- Me contestó, pero fueron sólo palabras sin expresión alguna, mientras que salieron de sus labios.
Lágrimas de coraje comenzaron a rodar por mis mejillas, Jungkook miraba fijamente mis ojos, no entendía su mirada, tenía cierto fuego desafiante en ella. -Deja de mirarme así.
-¿Mirarte cómo, Taehyung?- Me preguntó con cansancio en su voz.
-Deja de mirarme como si fuera algo que quieres. Como si me amaras.
Agarré de su camiseta tirando de él hacia mí para colocar sus labios sobre los míos, así no tendría que mirarlo, no tendría que mirar la lástima que tenía en sus ojos. Era un beso violento. Mi lengua atacaba sus labios hasta que me dejó entrar en su boca, fue un beso desordenado con lágrimas de exasperación. Colocó sus manos alrededor de mí presionando mis hombros contra la pared mientras me besaba con el mismo brutal entusiasmo.
Era un juego de poder, los dos tratábamos de devorarnos en un beso vicioso sin escapatoria y no estaba tan seguro de quién estaba ganando. Ni siquiera estaba seguro de qué quería ahora, estaba destrozado y m exigía más de lo que debía, forzaba mi cuerpo y mis emociones hasta el punto de quebrarme. Supongo que sólo me quería sentir mejor y estaba comenzando a creer que nunca lo iba a hacer.
Me aferré a Jungkook, mi cerebro se nubló al sentir el sabor de sus labios mientras tomaba respiros cada vez más cortos. La falta de oxígeno hizo una presión dolorosa en mi pecho y disfrutaba la forma en la que esto adormecía mis sentidos, podía sentir mi sangre en mis oídos. Sabía que debía de respirar, debí separarme un poco y tomar aire pero disfrutaba el sentir los labios de Jungkook y lo único que podía hacer era mover mis labios contra los suyos.
En mi mente sentía que me iba a desmayar y me hundí un poco en sus brazos, una pequeña sonrisa apareció en su boca mientras que mis pulmones se llenaban con una con una respiración entrecortada.
En cuestión de segundos perdí la noción del tiempo y vi su rostro alarmado a través de mis párpados cansados, su voz sonaba en pánico y en un tono bajo. -¿Taehyung? Taehyung di algo.- Me ordenó mientras que sus manos me sostenían de pie, sentía que mi visión comenzaba a desvanecerse cada vez que inhalaba. -Taehyung, maldita sea, di algo.
Tosí, golpeando nuestras narices con el movimiento. -Lo siento.
Él besó mi frente con firmeza. -Más vale que lo sientas, te juro por dios que si haces eso de nuevo...- Se calló apretando sus ojos fuertemente cerrados.
Dirigí mis ojos hacia la línea de su clavícula mientras que dentro de mí el remordimiento de conciencia se hacía presente. Jungkook no merecía esto, no merecía ser tratado así y yo no lo merecía a él. -No sabía lo que estaba haciendo, perdón.
Él negó con su cabeza. -Sí lo sabías, sabías exactamente lo que hacías.
Mordí mi labio. -Tengo miedo.
Jungkook suspiró y un momento pareció mucho más mayor de la edad que realmente tenía. -Lo sé.
-Ya no sé lo que estoy haciendo.- Le expliqué haciendo un esfuerzo para que las palabras salieran de mi nublado cerebro.
-Siempre he sido capaz de hacer que las cosas funciones, incluso cuando son difíciles. Siempre. Y ahora no sé si puedo seguir haciendo eso, no sé qué hacer con esto.
-Entonces no hagas nada. Si no puedes hacerlo no vale la pena, en lugar de arrastrarte por todo esto, toma lo que realmente importa y será suficiente. No vas a ser menos por eso.
-Es que eso sería...- Me quedé pensando por unos segundos hasta que encontré la palabra correcta. -Cobarde.
Jungkook negó con su cabeza. -Eres mejor en esto que yo, pero voy a intentarlo. ¿De acuerdo?
Me quedé mirándolo sin sabes qué quería decir.
Frunció sus labios y colocó sus manos alrededor de mis bíceps para sostenerme en una forma en la que su rostro estaba cerca del mío, así que en ese momento él era la única cosa que podía ver.
-Bien, no sé de dónde sacaste esa idea de que no puedes dejar que nada te lastime, pero suena demasiado estúpido. Eres increíble Tae, eres la persona más fuertemente valiente que he conocido, pero eso no significa que tienes que ser fuerte y valiente todo el tiempo. Se te permite llorar y decir cuándo todo se ha convertido demasiado para ti. Ser débil no te hace ser una mala apersona, te hace ser humano; eso significa que aún puedes sentir y que aún estás vivo.
-Sé que tú siempre vas a ser el tipo de persona que quiere mantenerse bien por otros, el que quiere que otros crean que todo va a estar bien incluso cuando eso es imposible, pero no tienes que ser así todo el tiempo. Eso es algo que amo de ti, la forma en la que tu amor es protección al mismo tiempo, como si me sujetaras cuando yo no pudiera mantenerme firme.
Él tomó un respiro profundo, movió sus manos a mi rostro frotando mi barbilla, nuestros cuerpos encajaban perfectamente mientras me aprisionaba más contra él como si me quisiera cubrir con su piel asegurándome de que nada podría hacerme daño. -Sé que nunca voy a ser valiente como tú, no es el tipo de persona que soy, pero quiero que sepas que no tienes que ser fuerte todo el tiempo. Yo puedo ser fuerte por ti también.
Asentí limpiando mis lágrimas que se habían formado en mis ojos. -No quise decir lo que te dije.
-Lo sé.- Me dijo susurrando.
-Es en serio.- Le dediqué una sonrisa algo apagada mientras que aceptaba su consuelo.
-No eres débil, eres una de las personas más valientes que he conocido.
Él me devolvió la sonrisa y pude sentir alivio en sus ojos brillosos mientras que me sacaba por completo de los pensamientos que me había creado en mi mente. -Está bien, lo soy. Pero es por eso por lo que te necesito.
-Yo también te necesito.
Y así era, porque en algún lugar Jungkook llenaba mi cuerpo y rearaba las pequeñas grietas que se habían formado en mis venas. Lo necesitaba, necesitaba su corazón de león que latía rápidamente y amaba la forma en la que él me necesitaba también.
ÉL no era perfecto, era inseguro, emocional y no todo el tiempo pensaba, sin embargo eran cosas que no me importaban. Esos pequeños detalles eran defectos pero en él no se veían de esa forma, eran más bien como sus virtudes.
Al final Jungkook era bueno. Él amaba fuertemente, más que cualquier persona que alguna vez haya conocido y eso era venenoso, adictivo, me hacía querer más de él, más de lo que podía tener.
Mientras me daba un cálido abrazo sentí el latir de su corazón contra mi pecho y en ese momento me di cuenta de algo que siempre había sospechado; Jungkook era realmente la persona más buena que había conocido.
En muchas formas él era mejor persona de lo que yo nunca podría llegar a ser.
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Catch me I'm falling ✾ Vkook
FanfictionNo sé si se puede elegir a la persona de quien te enamoras. Quien termina tomando un pequeño pedazo de tu corazón. Esa persona se lleva ese pedazo con él cuando se va. Si alguien me hubiera preguntado, no creo que yo hubiera elegido a Jeon Jeongguk...