CAPÍTULO 1: VACACIONES DE VERANO

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Empezó a sonarme el despertador del móvil con una de las tantas canciones que tanto me gustaban de Auryn, “In a world of million chances why stake everything on one card? A little bit of this, a little bit of that. A little bit of everything’s what you’re at…”. Apagué el despertador y poco a poco conseguí levantarme de la cama.

Soy una chica de 17 años, este año he acabado de cursar segundo de Bachillerato de Humanidades y el año que viene entraré a estudiar en la Universidad, pero no creo que me quede aquí en Castellón, probablemente me mude a Madrid con unas amigas. Soy de estatura media, aunque tirando más hacia una chica bajita, me gustaría ser un poco más alta. Tengo el pelo castaño claro, largo y ondulado. Lo que más me gusta de mí quizás son mis ojos, un color verde clarito mezclado con una especie de marrón.

Cuando me levanté de la cama, lo primero que hice fue acercarme al calendario que tenía colgado justo al lado del armario, efectivamente, era 24 de junio, último día de curso, y probablemente mi último día en Castellón. Me acerqué a la mini cadena, puse “Endless Road 7058” de Auryn, y me fui a la ducha.

Al volver empecé a cantar y me vestí. Me puse una camiseta de tirantes, unos shorts vaqueros, unas victorias azules y me hice una coleta alta. Después apagué la música y bajé a desayunar. Mis padres ya estaban en la cocina.

Mamá: Buenos días cariño.

Azahara: Hola mamá.

Papá: Hoy recoges las notas, ¿no?

Azahara: Sí.

Papá: ¿Ya tienes planes para este verano?

Azahara: Sí. He quedado con mis amigas, e iré a pasar el verano con ellas a Madrid, lo tenemos todo preparado y nos hemos alquilado una casa, y luego nos iremos de viaje a Londres una semana, que ya tenemos los billetes de avión comprados.

Mamá: Ya sabes que no me gusta que os vayáis unas chicas solas por ahí, pero disfrutad y pasároslo bien. Tener mucho cuidado.

Papá: Si necesitas dinero nos avisas y te ingresaremos en tu cuenta. Y llámanos.

Azahara: Tranquilo que os llamaré no todos los días, pero por lo menos cada dos, os lo prometo.

Azahara: Por cierto, papá, después de ir al instituto a por las notas no vendré a casa a comer. He quedado con Aitor, que queremos pasar juntos algo de tiempo antes de que me vaya de viaje, y aprovecharemos mis últimas horas aquí en Castellón.

Papá: Está bien, pero no vuelvas demasiado tarde si mañana tienes que coger un tren hacia Madrid.

Azahara: No te preocupes. Además el tren lo cojo por la tarde. Tendré tiempo de descansar y todo.

Empezó a sonarme la alarma del móvil. Eran las nueve de la mañana y había quedado a las 9:30 con Aitor, porque a las 11 tenía que estar el Instituto, luego ya tendríamos toda la tarde para nosotros. Entonces me levanté de la mesa, me fui a mi habitación y cogí los auriculares, la cartera con dinero y el DNI, y me hice la ralla de los ojos. Bajé y me despedí de mis padres.

Solo salir de casa me dirigí a la plaza, donde había quedado con Aitor. Llegué justo a las 9:30 y lo vi sentado en un banco. Me acerqué a él y le saludé con un suave beso en los labios. Entonces él me abrazó y pusimos rumbo hacia el bus que paraba al lado del Instituto, o no llegaríamos a tiempo.

Cogimos la línea 14 del bus, y en la sexta parada nos bajamos. Allí estábamos, nos cogimos de la mano como deseándonos suerte y entramos. Cada uno se dirigió a su clase. Yo a la 312 y él a 306.

Entró mi profesor y empezó a repartir las notas. Estaba muy nerviosa, además aún tenía que esperar un buen rato porque se puso a hablar con algunas personas, así que me puse a pensar en lo que podíamos hacer esta misma tarde y en todo lo que haría con mis amigas este verano.

Llevaba ya un rato allí cuando por fin pronunció mi nombre, me acerqué lo más rápido que pude y cogí mis notas, las miré y solté un chillido; todo el mundo se me quedó mirando pero me daba igual.

Salí de la clase y vi a Aitor esperándome delante de la puerta, solo verle fui corriendo hacia él.

Azahara: ¡Mi media es de un nueve! ¡Voy a pasar las mejores vacaciones de mi vida!

Aitor: Me alegro mucho mi vida.

Azahara: ¿Y tú qué?

Aitor: Bien, pero se me ha quedado una, tengo que pasarme el verano estudiando economía.

Azahara: Vaya faena, yo que quería que te vinieras a Madrid conmigo unos días.

Aitor: No pasa nada preciosa, disfruta.

Azahara: Lo intentaré, pero sin ti puede ser difícil.

Aitor: Venga va, no pensemos en la despedida ahora y vayamos a disfrutar de la tarde y la noche que nos queda. ¿Cuándo coges el tren?

Azahara: Mañana por la tarde.

Aitor: Venga, no tenemos tiempo que perder.

Volvimos a coger el bus y pasamos por mi casa, les enseñé las notas a mis padres, cogí un poco más de dinero y las llaves de mi moto y nos fuimos.

Decidimos ir a comer a un McDonald’s. Una vez allí disfrutamos de la comida como dos niños pequeños.

Después de comer nos fuimos a dar un paseo por la playa, aunque no nos bañamos porque ninguno de los dos llevaba bañador, no lo habíamos pensado.

Sin darnos cuenta se nos hicieron las nueve de la noche, por lo tanto, decidimos ir a cenar a su casa, ya que sus padres estos días estaban de viaje.

1900 sonrisas y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora