Capítulo 5 ✔

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Coloco la alarma una vez que salí del auto y emprendí marcha hacia dentro del hospital. Empecé a caminar más rápido cuando una ambulancia vino hacia toda velocidad con las sirenas prendidas. La experiencia en estos lugares me indicaba que era un caso importante y que la persona que estuviese allí, en esa camilla, estaba en peligro.

Lo corroboré cuando los camilleros empezaron a bajar de la ambulancia junto con la camilla en donde había un chico bastante joven conectado a un montón de cables. Recé por dentro para que él estuviese mejor y tuviera una recuperación buena, odiaba ver a esas personas postradas en las camillas luchando por su vida.

Desde hacía meses que los accidentes automovilismos hacían estragos en este hospital y me sentía peor cuando veía a jóvenes tan lastimados. Negué con mi cabeza alejando mis pensamientos de mi mente y me concentré en ver como estaba mi madre y en quedarme con ella en la sala de espera.

Las puertas del hospital se abrieron automáticamente cuando entré y me sorprendió la cantidad de personas que había en la sala. Nunca había estado así y me pregunté que había estado sucediendo. La enfermera a cargo de mi madre pasa por mi lado sin alzar la vista, estaba concentrada en unos papeles, así que sujeté su brazo para detener su andar y le pregunté por mi madre.

Tenía que asegurarme que ella estuviera bien.

-Olivia, que bueno que has llegado.-ella suspiró aliviada colocando una mano en su pecho. -Tú madre está mejorando, tuvo una recaída. Y esta vez fue una de las fuertes, pero tienes que tener fe en que ella va a mejorar. -Tocó mi brazo dando un apretón suave. -No te puedo decir mucho porque no me han informado, pero el doctor ya te explicará lo que tienes que hacer en caso de...-dejó las palabras al aire y sabía a qué se refería, solamente que no estaba lista para dejarla ir.

Aún no.

-Gracias.-murmuré. Ella notó el tono de mi voz y su expresión empezó a suavizarse. Sonrío de lado y acarició mi brazo con paciencia.

-En estos casos tienes que tener esperanza, querida. No todo va a mejorar con un simple paso. Ella está grave pero puedo recuperarse, agarramos la enfermedad a tiempo y se puede recuperar. - sonrío de lado y sus palabras empezaron a tener un efecto en mí. - Tengo que irme, me están esperando en la sala de urgencias. Un paciente está muy grave. -Bajó su mirada y empezó a anotar algo en un papel y luego me lo entregó. - Toma, esta es el número de habitación de tu madre, hoy la cambiaron por motivos de limpieza o algo así. Pasaré más tarde para hacer la revisión de siempre.

Asentí lentamente y ella se marchó corriendo dejando los papeles que tenía en la mano, en un escritorio. Me encogí de hombros y observé el papel que tenía en mi mano.

"Margaret Bianchi

Habitación 241. Piso 2. "

Empiezo a caminar hacia el ascensor que me llevaría al segundo piso, pero alguien me impidió que siguiera caminando.

-Disculpe.-murmuró la persona con quien había chocado. Mi corazón se detuvo cuando escuché esa voz. Su voz. Intenté pasar desapercibida tapando mi rostro con mi cabello. Asentí sin emitir alguna palabra y aceleré mi paso hacia el ascensor.

Me detuvo sujetando mi brazo, haciendo que subiera mi mirada lentamente hacia esos ojos cafés.

Joder.

De todos los lugares que había en el mundo. ¿Tenía que encontrarme con él aquí?

Su sonrisa era épica. Cerré mis ojos queriendo que la tierra me tragara, estaba perdida. Si, tal vez estaba exagerando y él me detuvo para decirme que todavía estaba enfadado porque tiré café en sus pantalones. O para preguntarme que estaba haciendo aquí a esta hora en el hospital.

Besos sabor café [#1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora