Capitulo 37 (Parte 2)

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Para mi príncipe, que ilumina todos mis días...

* * * *

Quedamos en un silencio sin respuestas. No quería verlo, no quería oírlo porque sabía que si él hablaba, todo lo que saldría de sus labios, serían mentiras. Es decir, si estás con alguien, en una relación, la idea es no ver a nadie más, ya que estarías engañando a la persona con la que tienes algo sentimental.

Siempre fui creyente que si no quieres estar más en una relación, tienes que decirle a tu pareja. Si no sientes más lo que sentías al principio, también debes comunicarlo. Una relación es de a dos, no de a uno. Eso es lo que más me indignaba y enojaba. Luke había sido egoísta.

Sentí el suspiro de Luciano, él cual estaba en silencio. Yo solamente quería bajar por una taza de café, pero con sus ojos me bastaban.

El chico de ojos cafés sacó algo de su campera y curiosa por ese ruido que parecia ser un papel, dirigí mi mirada hacia sus manos. Estiró su mano con una sonrisa tímida, en ella había una barra de chocolate y sonreí apenada mirando a sus ojos.

-Lo lamento.- Murmuró.-Alguién me dijo que te gustaban mucho los chocolates, sé que mi perdón no equivale a uno de estos, pero a mí me hacen feliz las oreos, y veo que a ti los chocolates. La felicidad no se compara a una de esas dos cosas, princesa.-

Mi yo interior gritó y se sorprendió bastante al escuchar de nuevo ese apodo, hacía mucho tiempo que no me llamaba así, como él lo hacía.

Alargué mi mano para recibir la barra de chocolate mirando directamente a sus ojos, cosa que me encantaban pero era una costumbre esquivarlos para que ellos no supieran lo que mis ojos llevaban consigo.

-Gracias-murmuré casi en un susurro inaudible. Luke sonrío y se acercó más hacía donde me encontraba. – Pero esto no significa que te haya perdonado, me debes bastantes explicaciones.-dije seria.

-Joder, me encantas.-Murmuró en un suspiro mientras se acercaba y me plantaba un beso. Pasó su mano por su cabello y sonrío levemente.-No sé cómo sucedió, ni cuando, pero me encantas .-tomó mis manos para entrelazarlas con las suyas y dio un suave apretón.-Estoy tan confundido...-tragué saliva mirando a sus ojos sin omitir ningún sonido.

Créelo, yo también lo estoy.

-Se llama Sharon.-murmuró de repente haciendo que me confundiera.-La chica pelirroja, la que estaba el otro día conmigo, se llama Sharon.-abrí mis ojos sorprendida y confundida a la vez por el cambio de tema y por qué su voz sonaba firme y confiada, como si estuviera pensado en decirme todo.

Hasta nombre de chica fácil tiene.

-Luke.-El me interrumpe alzando su mano diciendo que me detuviera, quería decirle que no importaba, quería decirle que no hacía falta que me explicara nada, él y yo no somos nada ni tampoco lo seremos.

Y empezó todo.

Acaricié mis brazos observando como Luke bajaba su mirada al suelo para tomar una bocanada de aire y mirar directamente a mis ojos.

-No sé porque estoy con ella, es decir, no estoy con ella.-me dio una mirada rápida para luego pasar su mano por su cabello, el cual ese movimiento lo hacía cuando estaba nervioso o enojado en otro caso. Negó con su cabeza lentamente pensando en su siguiente frase, mientras que yo me mantenía en silencio sin saber que hacer o que decir.

-No hace falta que me expliques esto, no es necesario.-susurré apretando su mano mientras negaba con mi cabeza lentamente. Sonreí mirándolo con ternura.

-Sí que hace falta, Olivia. Te lo debo. Es decir, yo te estoy haciendo daño, me estoy haciendo daño. Me gustas y mucho, tanto como para declararme a las dos de la madrugada en pleno invierno, pero así me traes como un loco, bebé.

Besos sabor café [#1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora