Capitulo 22

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#Maratón #Ton #Ton?

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Cuando salimos de casa, el frío y unas cuantas gotas de lluvia, me recibieron. Niego con la cabeza por las ideas tan brillantes que tiene mi hermano. Es un idiota.

-¿Porque salimos? Tengo café en casa. Te recuerdo que trabajo en una cafetería, genio.-murmuro mientras coloco mis manos en los bolsillos de mi campera.

Tomas se da la vuelta y sonríe- Porque no quiero tomar café, quiero helado.-Junta sus manos y las frota.-Hace frío.

-No me digas-entrecierro mis ojos en su dirección.- Ni sueñes que voy a pedir un helado, yo voto por un café con alguna masita-hago una mueca gustosa y asiento con la cabeza feliz por mi idea tan magnifica.

Tom hace un puchero con sus labios y me mira fijamente.- Esta bien, ¿A dónde vamos?-pregunta. Estábamos en el medio de la vereda abajo de un tolerón, refugiados de la lluvia. Niego con la cabeza molesta por la idea de Tomas.

-Vamos, yo conozco un lugar. No queda muy lejos de aquí. -mi hermano asiente y camina a mi lado. Empezamos a conversar hasta que llegamos a la cafetería que siempre vengo con Luke. Me siento en la misma mesa de siempre y el camarero nos atiende y pedimos un café con algunas masitas.

Lo sé, soy una gorda. Pero, amo comer...

-Bien. Basta de tanto dramatismo y secretos- murmuro entre sorbos. El café estaba riquísimo, agarro una masita con chocolate y la meto en mi boca. Limpio mis labios con una servilleta dejando sin rastro de comida en mi boca. -¿Por qué viniste aquí?

Entrecierro mis ojos en su dirección y miro sospechosamente a mi hermano, el cual sonríe triunfante.

-Bien, bien. Me rindo-empieza a reír alzando sus manos- Me llamaron del hospital, al parecer papá se acordaba de mí y le dijo al médico que me avisara que él estaba por "morir"-hace una expresión de comillas con sus dedos y coloca sus ojos en blanco. Miro confusa a mi hermano.

-¿Porque haría eso?-murmuro. Bebo un sorbo del café y dejo la tacita en el plato de color marrón de porcelana. Este lugar es tan delicado, tiene tanto amor de los dueños que se nota su calidez y es hermoso por dentro. -No entiendo.

Tom se encoge de hombros y empieza a beber su café.

-Créeme que no eres la única que no entiende nada. Solamente sé eso. El médico me dijo otra cosa, pero realmente no quiero hablarlo aquí y sé que es muy personal.-hace una mueca y me mira fijamente. Alarga su mano y aprieta la mía- Sabes que voy a estar aquí para lo que necesites, ahora estoy aquí.

Asiento un poco cohibida por las palabras de mi hermano. Le murmuro que me cuente sobre lo que tiene mi padre y él se coloca serio.

-Cierto, me había olvidado. Este café es riquísimo. -ríe un poco y vuelve a hablar-...Papá tiene una cierta enfermedad llamada "depresión" y esa cosa esta hace mucho tiempo. Solo se basa en tomar alcohol, y come muy poco; por esa razón está anémico. El doctor me dijo que hablara contigo, notó que no tienen una buena relación.

Asiento comprendiendo cada palabra que dice Tomas. Pero lo que no entiendo, ¿Para qué mi padre le dijo al médico que llamara a mi hermano? Y ¿Por qué Tomas aparece en estos momentos y no antes? Tengo tantas preguntas que me da miedo sus respuestas, tengo miedo de hacer esas preguntar por miedo. Miedo a su respuesta y al no saber qué hacer con ellas.

 -Entiendo.-murmuro dejando la taza vacía en el plato. Me recuesto en la silla acomodando mi pelo, el viento que hacía afuera me había despeinado toda, aunque no estaba muy peinada que digamos.

-Papá necesita atención y dejar de tomar alcohol.-comenta seriamente.

Hago una mueca pensando en el escándalo que va a hacer el viejo.

-Eso es imposible.-río sin humor y niego lentamente la cabeza. - ¿Sabes cuantas veces he intentado esconder las botellas? Miles de veces pero él siempre las encuentra. ¿Sabes cuantas veces me he quedado despierta para cuidar de él? Muchas, pero él siempre me termina insultando y algunas veces golpeando. Mientras que mamá se estaba muriendo en el hospital por depresión.-coloco mi mano en mi pecho y respiro hondo para detener las lágrimas al recordar esos momentos.

Me levanto de la silla y dejo algunos billetes en la mesa.

-Suerte deteniendo a tu querido padre, no cuentes conmigo. Suficiente tengo con vivir con ese viejo asqueroso y que me humille todas las noches mientras me espera en el maldito sillón para dejarme en ridículo con mis amigos.-murmuro enojada y suspiro conteniéndome.

¿Quién se cree? Para él es fácil, porque recién viene y no sabe cómo tratar a una persona enferma.

Suerte hermano, conmigo no cuentes.

-Cuando llegues a casa, cierra la puerta con llave. Nos vemos allí-me doy la vuelta para salir de la cafetería más bonita y dejo a mi hermano detrás.

Que iluso...

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Besos sabor café [#1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora