18

208 18 18
                                    

31 de octubre, Halloween y mi Cumpleaños.

Ayer no volví a casa, me quede en el auto durmiendo y espere hasta que amaneciera para volver, solo para que mis ojos no se vieran tan destruidos a causa de las drogas y mi cuerpo respondiera como es debido.

Cuando llegue a mi casa, pude ver a mi madre sentada sola en el living, me acerque a donde estaba y le plante un beso sonoro en la mejilla. Ella pego un pequeño salto y al ver que era yo sonrío.

- Cariño, volviste - Dijo, levantándose de su lugar - Dios, Bryan ¿Qué te paso? - me pregunto preocupada, mientras acariciaba mi mejilla, la cual Gerard había golpeado.

- Oh... eso - dije y le sonreí para tranquilizarla - Freddy me estuvo buscando estos días muy preocupado, ya que no sabia que estaba en lo de un compañero estudiando. Cuando me encontró estaba tan enojado que me golpeo - Y comencé a reír al recordar lo sucedido.

- ¿Cómo que te golpeo mi amor? - dijo mi madre y pude ver el miedo en sus ojos.

- No ma... no pienses mal - Le dije muy divertido, mientras le acariciaba la mejilla - Nosotros somos hombres, ya sabes como es esto... demostramos amor mediante la violencia - y mi madre me miro críticamente al escucharme decir eso - Cortamos con Freddy, no somos mas novios.

- Oh mi amor... ¿Estas bien? - me pregunto, mientras me abrazaba maternalmente, solo como ella podía hacerlo.

- Si mama, no te preocupes... - y correspondí al abrazo.

- Igual, sigo enojada con Fredd por golpearte, pero creo que es entendible, si no me hubieras llamado, capaz que hoy te hubiera tirado con la lámpara que esta en el living - y se separo de mí para sonreírme dulcemente.

- Yo también te amo Linda - le conteste con una gran sonrisa, mientras agarraba el rostro de mi madre y le plantaba un hermoso beso sonoro en los labios - mucho, mucho, mucho.

- Awwww Bry... - dijo completamente enternecida - La ultima vez que me diste un beso así tenias 6 años - Dijo y comenzó a reírse a lo que yo la acompañe, y es que la risa de mi madre siempre me pareció contagiosa - Pero pequeño, entonces ¿Va a venir alguien hoy? Es tu cumpleaños, y me tienes que avisar porque tengo que ir al supermercado y...

- Mama... - la llame, para que deje de hablar - no va a venir nadie, así que solo procura hacer algo rico para tu único y hermoso Hijo.

- Mi amor - la mire confundido y ella me sonrío - Te ves diferente, te ves mas feliz.

- Porque cuando mi mundo esta equilibrado soy feliz - le respondí, y es que anoche tuve mucho tiempo para pensar en todo lo que me dijo Alonso.

- Mmmm... creo que tengo un hijo filósofo - y ambos comenzamos a reír.

Ayer en mi momento de soledad, cuando deje de victimizarme por todo, cuando comencé a pensar como debería ser a mi edad llegue a darme cuenta de algo.

Yo era como cualquier chico, buscaba las respuestas que buscamos todos ¿De donde vengo? ¿A dónde Voy? ¿Cuánto tiempo tengo?

Las respuestas, no las tengo, pero ese tiempo que estuve solo me hizo aprender a amar la vida mas que nunca, no solo la mía, sino la de cualquiera.

Yo soy de las personas que consideran el amor como una enfermedad, una que te consume lentamente hasta llevarte a la locura misma. Solo dolor te puede traer. Pero ayer, pensando y pensando, recordé una vieja frase de un libro creo ya haber mencionado, los ojos del perro siberiano.

La frase decía algo así "Ninguna enfermedad te enseña a morir, te enseña a vivir. A amar la vida con todas las fuerzas que tengas"

Me alegro de haber ido a la tumba de mi padre y haber liberado todo lo que sentía respecto a él. No, no lo quiero, pero creo que ya no lo odio, solo siento indiferencia.

¿Las personas cambian?// BreddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora