Melodías del Destino (BaekYeol)

El abrazo

— Por favor, Baekhyun, necesito que te tranquilices y me digas exactamente qué te ocurrió.

— Chanyeol me invitó a comer –Baekhyun no soportaba su nerviosismo.

— Ajá...

— A su casa...

— ¿Y?

— ¿¡"Y"?! ¿¡No lo entiendes?!

— ¿Qué? ¿Te da miedo ir a una cita con el chico que te gusta? –Suho rio bajito.

— ¡No me gusta!

— Entonces niega que tienes miedo de ir.

— B-bueno...

— Lo sabía...

— ¡No pongas palabras en mi boca!

— No te contesto sólo porque hoy debo estar de buen humor y no quiero que mi ánimo cambie.

— ¿Buen humor?

— Sí. Hoy los socios de mi padre vendrán a cenar y necesito dar una buena imagen para que aparente ser un hijo "prodigio".

— Auch, lo lamento mucho.

— Nah, no me quejo. ¿Entonces irás?

— Confirmé mi asistencia ayer.

— Perfecto, mañana nos cuentas a Kyungsoo y a mí, ¿te parece?

— Eso creo...

— Jaja, nos vemos Baekhyun.

Suho colgó la llamada y Baekhyun suspiró. Volteó a ver el reloj y pudo darse cuenta que eran apenas las 10:30 de la mañana. Bastante temprano para lo que tenía que hacer. Sin embargo, se levantó de la cama y fue a tomarse un largo baño en su tina. Baekhyun amaba los baños calientes en la tina, sí, eran demasiado relajantes y hacían que su tensión se disipara al instante. Al salir, sólo llevaba una bata de baño y se empezó a secar el cabello. De repente, su celular comenzó a sonar.

— ¿Bueno? –contestó.

— ¡Hijo!

— ¿M-mamá?

— ¿No me reconoces? ¡Por supuesto que soy yo!

— L-lo siento...

— Bueno, hijo, te aviso que llegaremos mañana.

— ¿Mañana? ¿A qué hora?

— Mmm... en la noche.

— Oh, de acuerdo.

— ¿Has comido bien?

— Sí mamá, no te preocupes.

— Está bien. Nos vemos hasta mañana.

— Hasta mañana.

Baekhyun colgó y suspiró. Sus rodillas temblaban mucho porque se le iba a caer el mundo si su madre decía que llegaban ese mismo día, pero Baekhyun tenía mucha suerte porque no fue así. Finalmente, dejó a un lado el celular y buscó sus zapatos. Por alguna razón, Baekhyun no quería llamar mucho la atención con su ropa. No. Cuando ya se encontraba satisfecho, bajó las escaleras y se dedicó a jugar vídeo juegos y ver televisión hasta que llegara la hora exacta.