Enredos

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— Toc, Toc.

— ...

— Kyungsoo.

— Te estoy diciendo que no va a despertar.

— Tiene que hacerlo.

— ...

— Kyungsoo.

— ...

— ¡Kyungsoo!

— ...

— ¡MALDITA SEA, DO KYUNGSOO, DESPIERTA!

— ¿¡QUÉ, QUÉ QUÉ?!


Un crudo Kyungsoo pálido y con extremo dolor de cabeza se había despertado gritando. Baekhyun se sintió satisfecho al lograr despertarlo mientras que Suho sólo hizo chocar la palma de su mano en su frente. Habiendo tranquilizado su carácter un poco, Kyungsoo sobó sus sienes lentamente. Trató de enfocar la vista en quien estaba frente a él y tardó en reconocer que era nada más y nada menos quien lo despertó.


— ¿Cuál es tu maldito problema? –preguntó Kyungsoo.

— Eso debería preguntar yo.

— ¿Por qué?

— ¿Por qué? Bebiste de más, golpeaste a gente y Suho tuvo que pagar, literalmente, los platos rotos, ¿eso te parece poco? –respondió un poco molesto, Baekhyun.

— Ahh... no recuerdo nada...

— Sí, claro, eso siempre te pasa.

— Baek, te lo juro...

— Sí, sí, lo que digas.

— Baek, no te enojes.

— No me enojo, sólo quiero que te des cuenta que con un "no recuerdo" no basta para perdonarte. Arriesgué una cena "importante" con mi familia para venir contigo a ver cómo te ponías borracho.

— ...

— Baek... –Suho se acercó susurrando.

— No es a mí a quien le debes una disculpa, sino a Suho. Espero te vaya bien en tus vacaciones.


Baekhyun sabía muy bien que no había ido a la casa de Kyungsoo a molestarlo, ni siquiera a sermonearlo, pero lo cierto es que desde hace tiempo había querido decirle eso. Decirle que ya era tiempo de detenerse y llevar una vida mejor, no yendo a derrochar dinero y tiempo a lo bruto. No, Baekhyun quería lo mejor para su amigo, así que por eso a veces actuaba de una forma tan protectora y regañona. Sin embargo, también se sintió mal por hacerlo tan recurrentemente. Él habría deseado ir con él al aeropuerto cuando se fuera con sus padres, pero las cosas terminaron de una manera muy distinta....

Sin fijarse realmente por dónde iba caminando, Baekhyun no puso mucha atención en los rumbos que andaba. Al pasar dos calles después de una avenida chocó con la puerta recién abierta de cierto local, la cual hizo que cayera al piso y sobara su trasero a la vez que su frente. El dolor era punzante y tiritaba en su cabeza, por lo que no escuchó la fina voz que preguntaba por su estado. Una vez que logró recuperarse, aunque sea un poco, una chica frente a él le extendía la mano y él dudó en tomarla.


— Gracias –respondió Baekhyun.

— Lo siento mucho, ¿te lastimé?

Melodías del Destino (BaekYeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora