El día

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El momento había llegado. El tan esperado día del concurso había llegado y sólo faltaban escasas 13 horas para la presentación. Sin embargo, Chanyeol estaba ahí, mirando al techo como si fuera lo más espectacular en esta vida. Se había despertado desde las 5:00 de la mañana y había permanecido así hasta ahora que el reloj dictaba como 7:35. Sentía pesados los brazos, las piernas y todo su cuerpo en sí, pero más la cabeza. Chanyeol sentía que una caja de metal se encontraba sobre él y no podía quitarla, ni siquiera moverse. Le costaba respirar o tan sólo emitir cualquier sonido.

Estaba a punto de volverse loco cuando su mamá tocó la puerta y lo llamó. Puesto que él no emitió respuesta alguna, su madre entró y lo vio casi paralizado, así que se acercó a él y tomó su hombro. La calidez de su mano trajo de vuelta las fuerzas de Chanyeol y fue hasta ese momento cuando pudo recuperar su consciencia y responder al llamado de su madre.

— Hijo, ¿estás bien?

— Sí, sólo... Creo que estoy muy nervioso.

— ¿El concurso?

— Sí. Hoy me presento... y no tengo la menor idea de si va a resultar bien todo o no.

— Hijo, no estás actuando como el "tú" de siempre.

— ¿Y cómo es eso?

— Mi Chan siempre ve lo positivo de las cosas, ¿por qué te mortificas por algo que no ha pasado siquiera?

— Es que no sé, mamá... Me gusta la melodía que he preparado para hoy, pero... ¿Y si no me quedo? ¿Y si recibo críticas destructivas?

— Chan, mírame – su madre le alzó la barbilla –, no importa si no te quedas. Yo sé que si eso sucede te va a doler mucho, pero, piensa que diste tu mejor esfuerzo. Y si no te admiten ahí lo harán en otro lado, ¿sí? Quiero que hoy des todo lo que tengas y te sientas satisfecho con eso, ¿sí?

Las palabras de su madre enternecieron a Chanyeol y ella pudo ver que unas pequeñas lágrimas escaparon de los ojos de su hijo. Su corazón se sentía igualmente nervioso, y un poco adolorido si es que su hijo se iba con ese premio en las manos, pero a lo que ella lo que más le importaba era verlo feliz, verlo realizado en lo que realmente le gustaba, y lo que más quería era que todo su esfuerzo rindiera frutos para mejorar uno de los aspectos de su vida.

— Bueno, hijo, voy a bajar a hacer el desayuno. Te espero.

— De acuerdo, gracias.

La madre de Chanyeol se retiró de su cuarto, no sin antes mandarle un beso de lejos y él lo atrapó al instante. Chanyeol se giró hasta estar sentado en la cama con las piernas cruzadas, miró en dirección a su buró y tomó su celular. Rápidamente buscó el nombre de "Baek" en sus contactos y oprimió el botón de llamada. Pasaron alrededor de 5 segundos hasta que la voz en el aparato le avisó que lo iba a redirigir al buzón de voz. Chanyeol intentó llamarlo unas 4 veces más y sucedía lo mismo. Rendido, y un poco cabizbajo también, decidió mandarle un mensaje.

"Baek, me siento nervioso, pero creo que tu presencia me ayudará mucho. Te espero en el centro de artes, mi presentación está programada para las 8:00. No faltes. ¡Te amo!".

Chanyeol suspiró y dejó su celular a un lado. Cambió su pijama y bajó a desayunar con su mamá. Ella se encontraba muy animada y fue ese mismo sentimiento de confianza que Chanyeol adoptó por el resto del día. Después de desayunar, Chanyeol intentó más veces hablar con Baekhyun, pero después de la vigésima vez de escuchar la voz de aquella mujer diciéndole que su novio no podía atender la llamada, cedió. En su lugar, habló con Kyungsoo.

Melodías del Destino (BaekYeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora