Melodías del Destino (BaekYeol)

Miradas

Baekhyun sabía que esto pasaría...

— ¿Por qué fuiste así con Taeyeon?

— Mamá, por favor...

— Nada de por favor. Nosotros nos distinguimos por ser corteses.

— Es ser hipócritas.

— ¡¿Cómo puedes decir eso?!

— Querida, cálmate -habló su padre.

— ¡No me calmo!

— Mamá, no desprecio a Taeyeon ni nada, pero me molesta que quiera cortejarme cada vez que nos vemos.

— Eso deberías hacerlo tú.

— ¿Por qué? -Baekhyun se vio ofendido.

— Taeyeon es una buena chica, es linda, sincera y...

— Es de una familia rica -Baekhyun dijo sin interés.

— Exacto. Por eso es un gran prospecto para ti.

— No me gusta.

— ¿Cómo puedes decir eso?

— Porque es la verdad. No me gusta y no me gustará. Me voy de aquí, estoy harto -diciendo eso, se levantó y se dirigió a la salida.

— Baekhyun. ¡Baekhyun! ¡Byun Baekhyun, regresa! -sólo se escuchó el portazo.

— Te lo dije, cariño -habló el padre suspirando-. No lograrás que nuestro hijo se enamore de ella.

— Eso crees tú. Si no quiere por las buenas, será por las malas...

Baekhyun fue al jardín donde encontró a Brandon. Se encontraba lavando el auto, puesto que ese día no circulaba. Con cautela, Baekhyun se acercó a él y lo espantó por detrás haciendo que Brandon brincara por la impresión y Baekhyun explotara en risa. Brandon se unió a él segundos después. Dejó al lado la esponja con jabón y enjuagó sus manos para después secarlas en su delantal que traía. Baekhyun se levantó del piso limpiando sus lágrimas por la risa y Brandon sólo sonrió.

— Me alegro que se encuentre feliz, joven.

— Jajajaja, gracias a ti estoy así jajajaja.

— Entonces me siento más feliz por eso.

— Oye, Brandon, quiero preguntarte algo -Baekhyun había dejado de reír pero seguía sonriendo.

— Claro. Dígame.

— ¿No te aburres de estar aquí?

— ¿Por qué lo dice?

— No lo sé... Hasta el otro día estaba pensando en mi futuro...

— ¿Y qué descubrió?

— Que no tengo idea qué es lo que quiero -Baekhyun se sentó en una de las sillas del jardín.

— Escuche... -Brandon tomó asiento-. Tal vez debería ser sincero con usted mismo y pueda ver lo que realmente le llame la atención.

— ¿Tú crees?

— Por supuesto que sí. Cuando yo era niño deseaba ser médico...

— ¿Y qué pasó?

— Mis padres no tenían los recursos para abastecer mis estudios, por lo que comencé a trabajar muy joven. Al final, heme aquí.