Capítulo 10

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Me subo al coche de Angélica y mientras conduce, miro por la ventana y luego a ella. Cuando me descubre mirándola aparto la mirada y vuelvo a mirar a la ventana. Mierda es más guapa de lo que recordaba. Está concentrada en la carretera como si no estuviera acostumbrada a llevar el coche o no le gustara. Me vuelve a pillar mirándola pero esta vez no quito la mirada para poder obsevar la suya. Está un poco seria pero en seguida las comisuras de sus labios se elevan en una dulce sonrisa y sus ojos se iluminan antes de que quite la mirada

-¿Qué? -pregunta intrigada mirando a la carreta

-Nada, solo que eres muy linda -se sonroja- y más cuanto te sonrojas

Sonrie mirando a la pista y pronto llegamos a nuestro destino y aparca. 

Llegamos a una casa cerca de mi casa y me pregunto vagamente por qué tendrá dos, digo tres, trabajos teniendo una casa como aquella. Me mira esperando una reacción pero yo solo la apreto contra un lado del coche y la beso ardientemente. Gime bajo y eso provoca que mi miembro vuelva a ponerse duro poco a poco y sonrío con superioridad pegado aún a sus labios

-Mejor entremos -dice ahora impaciente. 

-Claro nena -le respondo bajando mi mano y apretando un poco su trasero provoncándole un jadeo y le agarro la mano mientras me lleva al interior de su casa.

Entramos y todo está sumido en la oscuridad pero no enciende ninguna luz y me lleva a tientas por las escaleras hasta el segundo piso. Antes de que termine de subir las escaleras ella sube un escalón más que yo para quedar a mi altura y me besa ardientemente. Le devuelvo el beso lleno de pasión y la levanto del suelo ella poniendo sus piernas al rededor de mi cadera.

La cargo hasta una puerta al final del pasillo, donde me pide que la baje pero no lo hago y abro la puerta. Está un poco oscuro pero la luna da un poco de reflejo y se puede ver más o menos algo.  Veo una cama grande con mantas negras y suavemente la tumbo en ella pero como ella no me suelta me tumbo encima pero sin poner todo mi peso.

Me mira a los ojos y me acaricia la mejilla dulcemente pero luego sus ojos se oscurecen más todavía y siento demasiadas ganas de besarla así que no espero un segundo más y ataco sus labios salvajemente y Angélica me devuelve el beso con igual fiereza.

Empieza a desabotonarme la camisa y me lenvanto un poco para echarla a un lado y me sigue y se baja la cremallera del vestido que es por delante y veo que no lleva sostén.

Se termina de quitar el vestido y la aplasto contra mi otra vez y beso sus labios y bajo por su cuello. Mierda, soy muy inexperto en esto pienso pero enseguida mi cuerpo sabe que hacer.

Sigo bajado y llego hasta sus pecho y apreto uno con una mano y le miro a cara. Tiene los ojos cerrados, las manos agarrando la manta debajo nuestra y arquea la espalda inconscientemente. Vuelvo a apretar ese pecho un poco más fuerte y llevo mi boca a su otro pecho.

Primero lo recorro con la lengua y estos se ponen duros, y luego los succiono y muerdo levemente mientras muevo la otra mano. Angélica es todo gemidos y suspiros y decido bajar por su vientre pero ella me lo impide.

-No nene, aún no.

Se tumba encima mía y roza su entrepierna con la mía y gimo. Baja un poco y con sus manos me desabrocha lentamente el pantalón mirándome a los ojos con ansia carnal. Se baja de encima mia y se pone de pie. Lleva unas bragas muy sugerentes y unos tacones muy sexys. 

Tu, yo, sexo, piénsaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora