{Capítulo 38|Final.}

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{Último capítulo}

- Doble en la siguiente calle – saqué mi cartera y me desabroché el cinturón –. Aquí es, muchas gracias.

Abrí la puerta del taxi y cogí mi mochila de la maleta, rápidamente corrí hasta el edificio, mientras el nudo de mi garganta comenzaba a palpitarme.

Hea, Hea, Hea.

Llegué hasta la puerta y respiré profundamente, verdaderamente después de todo lo que habíamos vivido, la iba a volver a ver, ¡la iba a volver a ver maldita sea!

Metí la llave en la cerradura, y empujé la puerta hasta que se abrió complemente, dejé mi mochila en el recibidor y comencé a recorrer los pasillos de nuestra casa hasta llegar a la habitación principal.

El mundo se paró, todo a mí alrededor se congeló cuando la vi allí de espaldas a mí, era ella, su pelo castaño estaba teñido de un color gris marrón que le resaltaba su piel pálida. Llevaba puesta una de mis camisetas de cuadro con unos vaqueros que se ajustaban perfectamente a sus hermosas piernas.

- Hea – murmuré.

Su cuerpo se giró asombrado y nuestros ojos conectaron, sus ojos grisáceos me miraban de arriba abajo, supongo que intentaba asegurarse de que estaba allí, delante de ella, juntos de nuevo.

- Yoongi – sus radiantes ojos se cubrieron de lágrimas. Llevó una de sus manos a sus carnosos labios, ahogando un grito de emoción.

- Preciosa no llores – me intenté acercar pero rápidamente ella posicionó sus brazos en señal de que parara.

- ¡Para! – su voz estaba rota –. No soportaría que me abrazaras, no después de todo lo que te he hecho.

- Hea...

- Yoongi, lo siento mucho, muchísimo – comenzó a llorar –. No tuve el valor suficiente para decirte que me podía morir, no quería hacerte sufrir, pensé que era mejor irme como una desgraciada para ti que como una débil enferma.

- Quería que me vieras bien, no acostada en una maldita camilla con veinte mil tubos conectados a mí. Pero me sentí muy mal, leyendo tus correos, te habías roto por mi culpa, y yo... yo no sabía qué hacer. No me atrevía a apretar el botón de enviar. Nunca hubieras leído esos correos si no fuera por mi hermano y su manía de meterse dónde no le llaman.

- No tenía todas conmigo a la hora de sobrevivir a las operaciones, ni yo misma me creo que ahora este viva, pero las superé y la enorme bola de problemas se entrompo de lleno sobre mí. Estaba viva y quería verte, y tú me olvidaste.

- Hea escúchame por favor – apreté los puños con fuerza.

- No quiero que me perdones, ni yo misma lo haría Yoongi. Solo quería despedirme de ti porque me iré y no te volveré a molestar.

- ¿Qué has dicho? – susurré perplejo.

- Sí, soy un estorbo en tu carrera y en tu vida personal, me has superado y es momento de que yo también lo haga, gracias por ven-

- ¡Cállate! – grité arrojando las llaves hacia la pared furioso.

- Y-Yoongi.

- Cállate, cállate, cállate. ¿Cómo sabes que te he olvidado? ¿Cómo sabes que eres un estorbo?

- T-tú me lo dijiste en tus correos.

- ¡Hea maldita sea! Estaba dolido, estaba furioso, estaba preocupado. Odiaba que no me hubieras contado nada de tu enfermedad, odiaba que mientras yo te estuviera maldiciendo tú estuvieras luchando entre la vida y la muerte, y ahora mismo le doy las gracias a quien sea por tenerte delante de mí.

- No te he olvidado, ni nunca lo haré porque eres el amor de mi vida y siempre lo serás. Te he extrañado todas las horas, minutos y segundos de todos los días que hemos estado separados.

- Hea tu eres mi todo, mi fuerza, mi motor para nunca tirar la toalla, no me abandones ahora preciosa, por favor.

Me acerqué poco a poco hasta ella, y cuando estuve justo a su lado, la obligué a mirarme.

- No digas que eres un estorbo para mí, jamás te atrevas a repetirlo – Hea asintió.

La miré a los ojos y todos los recuerdos que había ido guardando en la caja del dolor, afloraron y se mostraron en mi cerebro como si de una película se tratase.

Yo la amaba más que nada en este mundo, y de eso no tenía duda alguna.

Así pues, metí la mano en el bolsillo y me fui arrodillando delante de ella ante su asombro. Abrí la cajita de terciopelo gris dejando a la vista el anillo que anoche había comprado en la joyería de camino al aeropuerto, era sencillo y único perfecto para Hea.

- Hea, cásate conmigo.

*

¡Semana que viene epílogo! 

Muchas gracias por haber aceptado tan bien esta historia, me alegra que os haya gustado. 

Nos leemos, 

XOXO.




{Mi recuerdo de ti.} ➳ YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora