*HEAVEN (PV)*
El despertador suena y me levanto bruscamente, dándole un rápido golpe para que el horrible sonido deje de taladrarme los oídos. Tan solo son las cinco de la mañana... Me incorporo rápidamente y hago la cama. Me meto en el baño y me desnudo rápidamente. Me meto en la ducha y dejo que el agua caiga sobre mi cuerpo, refrescándome y despertándome instantáneamente. Me doy una ducha rápida y cuando termino me coloco delante del espejo. Peino mi mojado pelo y me visto, me pongo una camisa blanca de lana, unos pantalones ajustados de color negro y unas vans del mismo color. Cuando estoy lista salgo del baño y vuelvo a entrar en mi habitación. Cojo una maleta pequeña y guardo un poco de ropa, mis libros favoritos y una libreta para escribir. Siempre me ha encantado escribir, se me da muy bien todo lo relacionado con las lenguas y la imaginación, y aprovecho la mínima ocasión para escribir historias y otros relatos. Cuando lo tengo todo preparado, lo suficiente para un par de días ya que no tengo la intención de quedarme mucho tiempo, salgo de la habitación y cierro la casa con llave. Al hacerlo no puedo evitar pensar en mi madre y eso provoca que más lágrimas recorran mis mejillas. Me limpio la cara con las manos y cojo el camino que va des de mi casa al pueblo. Bajo rápidamente y voy dejando atrás el silencio tranquilidad de nuestra casa rural y me voy adentrando en el entorno social y alborotado del pueblo. Mi madre siempre me ha descrito como una persona muy dulce, cariñosa, inteligente, vergonzosa, soñadora, inocente y confiada, a veces demasiado, y creo que ahí se nota lo mucho que me conocía y lo bien que entendía todos mis sentimientos. Para mí ella era más que mi madre, era mi mejor amiga, aquella a la que contaba todo y con la que me entendía a la perfección sin necesidad si quiera de pronunciar ni una sola palabra. Mi madre lo significaba todo para mí y ahora que ya no está no puedo evitar sentir un vacío demasiado grande e inmenso que nunca nadie podrá rellenar.
Cojo un taxi y este me deja en el aeropuerto en una media hora. Bajo del coche y me mezclo entre la gran multitud de gente que va de aquí para allá para reunirse con sus familiares o bien coger a tiempo su vuelo. Facturo mis maletas y tomo asiento en las butacas que se encuentran al lado de mi puerta de embarque.
-Pasajeros y pasajeras del vuelo 214 destino a Londres, Gran Bretaña ya pueden pasar por la puerta de embarque número 2 -anuncia una voz por el altavoz. Cojo mi bolso y paso por la puerta de embarque, entregándole el billete de avión. Camino por la pasarela hasta llegar al avión y voy hacia mi asiento, situado en la parte de turistas. Llego hasta ahí y me siento en el que está al lado de la ventana. Me coloco el cinturón y meto la mano en el bolso. Busco los auriculares y los conecto al ipod. Me acomodo en el asiento y cierro los ojos, dejándome llevar por la canción que está sonando ahora que casualmente también es mi canción favorita "Shine On You Crazy Diamond" de Pink Floyd. Me quedo completamente envuelta en la perfecta melodía y siento como si mi cabeza empezara a divagar, haciendo que por mi cabeza pasen millones de ideas. Saco rápidamente la libreta del bolso. Empiezo a escribir todas mis ideas y deshago todos mis sentimientos en este papel con ayuda de mi pluma azul.
*Dos horas y veinte minutos después*
-Pasajeros y pasajeras átense los cinturones porque vamos a aterrizar -anuncia una azafata. Me ato el cinturón, me desprendo de los auriculares y lo guardo todo en mi bolso. Miro a través del cristal y veo como el avión empieza a descender lentamente. Salimos de entre las nubes y puedo ver el precioso paisaje de la inmensa ciudad de Londres. Puedo distinguir el palacio de Buckingham, el London Eye y la catedral de Westminster. Hacía mucho tiempo que deseaba visitar Londres, pero es extraño que lo haya tenido que hacer para conocer a mi hermano y a mi padre, de los que no había oído hablar hasta ayer y a los que no conozco ni tampoco se nada de ellos.
Aterrizamos y bajo del avión. Al llegar a tierra me dirijo rápidamente hacia donde se recogen las maletas. Cojo mi maleta y me la cuelgo en el hombro. Mi corazón empieza a acelerar y el nerviosismo empieza a apoderarse lentamente de mi cuerpo. Llamo a un taxi y me subo en él.
-¿Dónde va? -pregunta el taxista.
-Al centro de Londres -contesto.
-El centro es muy grande, si no me dice una calle no sé donde llevarla -
-Es esta dirección -digo enseñándole la parte de los documentos en los que pone la dirección actual de mi padre. El hombre asiente y me lleva hasta ahí. En unos minutos llegamos a mi destino y el coche para. Bajo y una enorme mansión ocupa mi campo de visión. Dios... Es la casa más grande que he visto nunca...
Me acerco a la puerta principal que da un enorme jardín y pico al timbre con nerviosismo.
-¿Hola? -contesta una voz madura.
-Hola ¿puede abrirme? -pregunto y la puerta se abre rápidamente. Camino por el pequeño camino delimitado por piedras hasta llegar a la puerta. Esta se abre y aparece un hombre de aspecto simpático y muy amigable -¿Des Styles? -pregunto nerviosa.
-Sí... ¿Tú eres? -
-Yo soy Heaven Lawrence, tu hija -contesto y sus ojos se abren por completo, mirándome estupefacto.
-¿Heaven? -pregunta mirándome sonriente y se abalanza sobre mí, abrazándome con dulzura -¿Qué haces aquí cariño? ¿Cómo has llegado hasta aquí? -
-Mi madre murió ayer y en su carta de despedida me confesaba vuestra existencia, tanto como la tuya como la de mi hermano -explico -Así que tan solo vine aquí para cumplir el último deseo de mi madre y de paso conocer a mi padre y mi hermano... -
-Heaven todo este tiempo he deseado conocerte, pero nuestro acuerdo decía que teníamos que manteneros separados y no quería arriesgarme. Siento muchísimo haberte dejado sola, lo lamento muchísimo y sé que cometimos un error muy grande, pero te prometo que si me das una oportunidad puedo pagarte por todo los errores que cometí -
-No tienes que disculparte papá, ya os he perdonado, tanto a mamá como a ti, no quiero perder el tiempo con enfados inútiles -
-¿Y cómo es que has venido sola? Podrías haber contactado conmigo -
-Mi madre me dejó un billete de avión y creo que esta noticia no es para darla por teléfono, quería conoceros en persona -
-Me ha encantado que lo hayas hecho cariño -dice besando mi frente. Clava mi mirada en mí y me mira de arriba a abajo, observándome detenidamente -Estás preciosa, me recuerdas muchísimo a tu madre -dice dándome una vuelta.
-Gracias... -
-Pero no te quedes aquí, pasa y ponte cómoda -dice permitiéndome entrar y cogiendo mis cosas para dárselas a un chico y este los lleva arriba -Si te parece bien puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras -
-Papá... ¿Dónde está mi hermano? Necesito verle, quiero conocerle... -
-¿Tu hermano? Si quieres puedo llevarte ahora mismo a su casa, pero díselo con tacto, por favor, él no sabe nada de esto y será una noticia que le pillará por sorpresa -me pide Des.
-Claro, intentaré hacerlo lo mejor posible -aseguro.
-Pues entonces vámonos, contra antes mejor -dice cogiendo dulcemente mi mano y llevándome hasta la puerta. Salimos y vamos hasta el que parece ser su coche, un todoterreno negro. Me subo en asiento del copiloto y mi padre se sienta en el del conductor. Arranca el coche y empezamos a acercarnos rápidamente a la casa de mi mellizo, de mi hermano...
En unos minutos llegamos y mi padre para el coche justo delante de una mansión aún más grande que la de mi padre, si ya había flipado con la de mi padre imaginaos como estoy ahora... ¿Es que son multimillonarios o algo así? Porque de otra forma no me explico cómo pueden permitirse tales lujos.
Salimos del coche y mi corazón acelera tanto que es como si se me fuera a salir del pecho. Mi padre vuelve a coger mi mano para transmitirme tranquilad y yo le miro con una sonrisa de agradecimiento. Des saca las llaves de su bolsillo y abre la puerta que da al jardín principal.