CAPÍTULO 20: TERCERA SESIÓN

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*HEAVEN (PV)*

Corro hacia él y al salir le encuentro sentado en el banco del jardín trasero, con la mirada clavada en el horizonte y un cigarrillo entre los dedos de su mano derecha. Me acerco lentamente y me siento a su lado, notando como mi cuerpo tiembla por el frío.

-¿Qué haces aquí? -pregunta Zayn dando una calada a su cigarrillo.

-Yo... He escuchado como venias hacia aquí y te he seguido -confieso -¿Sabes que fumar es malo, no? No me gusta que fumes -le reprocho.

-Hay muchas cosas de mí que no te gustarían -

-A mí eso me da igual, lo único que te estoy pidiendo es que dejes el cigarrillo -replico. Zayn suspira y lo apaga en un cenicero que hay en la mesa del jardín.

-¿Contenta? -

-He estado mejor -contesto indiferente. Mi cuerpo empieza a temblar más y Zayn lo nota así que me tapa con su chaqueta de cuero y me abraza hacia él -Gracias -agradezco sonriendo levemente. Los dos nos quedamos en silencio mientras miramos el inmenso cielo que nos rodea y esos pequeños puntitos blancos, también llamados estrellas -Todas las personas nos creemos muy importantes por el simple hecho de estar vivos, pero al fin y al cabo tan solo somos un puntito más, un diminuto e insignificante puntito que se mezcla entre los otros muchos formando una gran masa... Se puede decir que una persona sola no es muy importante -pienso en voz alta.

-Eso no es cierto, todas las personas somos importantes, cada una tiene su propia función aquí en la Tierra, cada persona es única, especial y magnifica -

-Si todos tenemos una función... ¿Cuál es la mía? -

-Tu función es hacernos felices, es iluminar la sala con tu sonrisa, es hacernos ser mejores personas, tu función es cuidar de nosotros y enseñarnos a disfrutar de cada día que pasa -

***

Mierda, mierda, mierda y más mierda, otra vez la misma puñetera pesadilla, no puedo soportarlo más, no puedo vivir todos los días viéndome morir una y otra vez, haciendo lo imposible para salir de la pesadilla, pero quedándome encerrada en ella, desesperándome e intentando llorar sin que las lágrimas puedan salir de mis ojos hasta que por fin consigo despertarme y entonces las lágrimas caen como si de un rio se tratara.

Me levanto de mi cama y voy hacia mi baño sin molestarme a secar mis lágrimas... Total ¿para qué? Aunque las limpiaran estas serian sustituidas por otras aún más grandes y ansiosas por invadir espacio en mis mejillas. Me doy una ducha larga y me visto con una camisa negra de lana y unos pitillos azul fuerte. Me seco el pelo con el secador y me dirijo hacia la cocina, con los ánimos y los sentimientos por los suelos. Al entrar veo a Niall sentado en la mesa con una bandeja delante de él llena de croissants de todos los tipos y un vaso de leche.

-Buenos días Heaven -saluda Niall girándose hacia mí con una enorme y preciosa sonrisa dibujada en sus labios.

-Buenos días Nialler -contesto besando dulcemente su mejilla. Me siento a su lado y cojo una napolitana de chocolate y la voy mojando en la leche y comiéndomela. Cuando terminamos de desayunar salimos de casa y cogemos el coche, el cual conduce un chofer, que nos lleva hasta la consulta. Bajamos y caminamos hacia el edificio. Nos metemos en el ascensor y subimos hasta la última planta. Me voy a saltar la parte en la que entramos y presento a Niall a Helen y voy a ir directa al grano.

-¿Hiciste lo que te dije? -pregunta Helen.

-Sí, no me perdí nada de lo que hacían y en cierto modo lo lamento porque escuché una conversación entre Zayn y Harry... Harry está destrozado, dice que no soporta verme así y le produce mucha impotencia no poder hacer nada para evitarlo -confieso.

La sesión de hoy es mucho más profunda y tardamos dos horas. Dos horas en las que nos da tiempo hablar de todos mis sentimientos, donde le explico cómo me veo y como me siento, dos horas en las que me desahogo y me sincero como nunca antes lo había hecho. Dos horas que me hacen entender mejor todos mis sentimientos y que producen una sensación de satisfacción en mi interior, siento como si me hubiera quitado un gran peso de encima. Sé que aún no estoy curada y que me queda mucho trabajo por delante para conseguir recomponer mi corazón roto, pero creo que estoy yendo por el buen camino para conseguir una próxima recuperación.

Ahora mismo estoy sentada en la cama de mi habitación, con la puerta cerrada y todas las fotos y recuerdos colocados cuidadosamente en mi cama. Le he pedido a los chicos que no me molesten ya que necesito tiempo a solas para intentar entender mejor todo lo que siento.

Las yemas de mis dedos sujetan con fuerza una fotografía mía y de mi madre y la dejan suavemente sobre la cama. Las páginas se mueven a un ritmo constante y mi cerebro trabaja duro para darme la oportunidad de recordar y revivir todos los recuerdos plasmados en las profesionales fotografías.

Mirando todas las fotografías se me hace imposible pensar que mi madre está muerta, pensar que mi mejor amiga y pilar, la persona que ha luchado toda su vida para hacerme feliz, ya no está. Que sus dulces brazos ya no me protegerán más, que sus suaves labios no besaran mis mejillas y su tierna voz no entrará más por mis tímpanos. Recordando que ya nunca nada volverá a ser igual, que deberé aprender a vivir sin una parte importante de mi vida, sin la persona que representaba todo mi corazón.

Una imagen se cuela entre todos mis recuerdos, la imagen que hay en mi mesilla en la que aparece mi hermano Harry y mi padre Des. Esto me recuerda lo mucho que ha cambiado mi vida en tan poco tiempo. Como hace apenas unas semanas vivía en un lugar recóndito de los Pirineos en la típica cabañana de montaña, tan calentita y acogedora y ahora vivo en una enorme mansión situada en uno de los barrios más prestigiosos de Londres. Como he pasado de vivir tan solo con mi madre a convivir con cinco chicos. Como he pasado de tener una madre a quedarme sin y que aparezcan en mi vida mi hermano y padre, de los que no sabia nada.

Después de mucho pensar unas palabras aparecen fugazmente por mi cabeza: "Cinco extraños". Cinco extraños... Esas palabras dicen mucho. Yo convivo con cinco personas que apenas conozco. Una de ellas es mi hermano y los otros cuatros sus mejores amigos. Convivo con la banda británica más conocida del momento, One Direction.

Para mí todo esto es muy extraño, me cuesta mucho confiar en la gente y pasar de vivir a mi madre con cinco desconocidos es demasiado fuerte, demasiado intenso. Me ha pillado con las guardias bajas y esa sensación de desorientación ha golpeado mi cerebro con dureza y sin ningún tipo de remordimiento.

Al fin logro entender que mis sentimientos están muy alborotados y desordenados y que ni yo misma entiendo muchas de las cosas que pasan por mi cabeza. Entiendo el dolor que estoy provocando a las personas que están a mi alrededor comportándome así, de una forma tan estúpida, ellos no se merecen que pague mi furia contra ellos... Ellos se merecen lo mejor y yo sé que puedo volver a ser esa Heaven que era antes, esa chica tan inocente y dulce, esa chica que era todo alegría y simpatía, esa chica con la que podrías llevarte bien sin ningún tipo de problemas. Deseo con todas mis fuerzas volver a ser la Heaven de siempre, aunque mi madre ahora ya no esté conmigo para hacerlo más fácil... Yo soy autosuficiente; yo puedo con esto y mucho más.

How Can You Mend A Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora