44 ULTIMA PRUEBA!?

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( ELISABETH)

Al abrir la puerta, no pude andar mucho ya que no había tierra bajo mis pies sino un gran precipicio cómo el de antes. Salvo que en este caso, en el fondo del valle no había suelo, si no que estaba amortiguado con una superficie de un metro de altura de almohadas de colores .

Mire hacia atrás, justa a tiempo para ver como el animal se percataba de mi presencia. Antes de que se me acercará, decidí lanzarme. Alfin y alcabo que podía pasar, eran sólo almohadas.

Mientras iba caiendo, algo empezo a cambiar. Cada vez que me acercaba a las almohadas estas parecían que estaban más lejos. Estaba cayendo durante minutos y quería parar. Esto no tenia sentido, para que existir un precipicio sin fondo?

Otra vez me acercaba a las almohadas y como la otra vez algo cambio. Era una locura! Ahora si que me acercaba cada vez más a las almohadas, y cuando más lo hacía, más segura estaba de que no eran almuhadas.

Esas coloridas formas cuadradas y voluminosas se hacian cada vez más grandes. Al estar ya casi apunto de estrellarme vi que esas hermosas almuhadas de colores, no eran nada más que enormes y afiladas rocas cuadradas de colores.

Bruscamente empeze a moverme para intentar caer en el agua, entre las rocas y no estamparme con alguna de esas monstruosidades.

Casi como un milagro, en el último momento cai al agua.
Estaba fría y parecía un lago, salvo por las extrañas rocas.

Entonces lo oí, sabia lo que era pero no estaba segura de que fuera real. Rodeando una de las enormes rocas vi una cascada y enfrente de esta, estaba Carlos.

Que hacía aquí?
Empecé a acercarme a el. Cuando el me vio, atravesó la cascada. Lo segui, esa especie rara de lago con cascada no era muy profundo aunque el agua estaba muy fría . Al llegar a la cascada, introduci mi mano en ella atravesandola por completo.

Era fina la capa de agua y detrás de esta notaba aire. Sin temor la atravece.
Me encontraba delante de una oscura cueva. Que extraño pensé, que haría una cueva detrás de una cascada y porque Carlos estaba aquí?

Poco tiempo después, ya dentro de la cueva, me acorde que Carlos estaba encerado y no podía salir . Además como había hecho para abrir la puerta de entrada si esta se había cerrado y antes no habia podido abrirla?

Esa pregunta me comía la cabeza . Entonces delante de mi apareció Carlos, estaba de espaldas pero era el, estaba segura. Le llame varias veces pero, me ignoraba.

Me habia engañado, si que habia podido entrar . Antes había estado aquí. Aunque no lo pareciera me enseñaba el camino. Seguro que estaba enfadado, por eso no me hablaba. Pero, aun así lo segui.

Al salir de la cueva nos encontramos con una puerta idéntica por la que habia entrado en esta prueba. Y era raro, porque cada puerta era diferente a la anterior.

Nada más acercarme a la puerta, esta se abrió. Estaba apunto de entrar cuando alguien me empujó...

LA ESMERALDA PERDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora