Después de haber discutido la idea de hablar con Kristoph, la cual se terminó aceptando, Marcus, Michael, Helen y Chelsea se marchan en el coche del primero.
Una vez han dejado a Michael en su casa, Marcus conduce a casa de Chelsea. Cuando llegan, la morena agarra su mochila y, tras darle un beso a Rachel y otro a Marcus, se baja del coche y camina hacia su casa.
La pareja observa a Chelsea llegar a la puerta de su casa. Una vez entra, Marcus se gira hacia Rachel y le sonríe.
-Eh-acaricia la mejilla de la pelirroja. –No va a pasar nada. No voy a permitir que te pase nada.
-Te mentiría si te dijera que no tengo miedo...-le confiesa la joven mientras derrama una lágrima.
-Voy a estar aquí, contigo. Voy a protegerte de todo lo que intente atacarte.
-El problema es que no quiero que te pase nada...-Rachel baja la cabeza y empieza a llorar. –Cuando te he visto tirado en el suelo... Pensaba que iba a morirme...
Marcus silencia a Rachel y, tras ponerle un pequeño rizo tras la oreja con cuidado, la besa. Rachel, por un segundo, vuelve a sentirse bien, segura y protegida. Sus temblorosas manos acarician el cuello de Marcus mientras éste atrae hacia sí el cuerpo de la joven.
El teléfono de Rachel empieza a sonar y la joven se separa de Marcus algo molesta. Al observar la pantalla se le eriza la piel. Es Chelsea. No sabe por qué, pero presiente que algo malo está pasando.
-¿Quién es?-pregunta Marcus algo perturbado al ver a Rachel paralizada mirando la pantalla del móvil.
-Es Chelsea...-susurra. Alza la cabeza y mira la casa de su mejor amiga. No tarda ni dos segundos en salir del coche de su novio y plantarse en la puerta de casa.
-¡Espera!-grita Marcus mientras le sigue.
-¡Chelsea, abre!-Rachel golpea la puerta asustada.
-Chelsea, cariño mío, no llores-le ruega Dothie mientras lucha por respirar.
-Abuela...-balbucea la joven, que acaricia la mano de su abuela sin saber qué hacer. -¿Qué te ha pasado?-pregunta entre lágrimas.
-Eso no importa ahora, cielo. Tienes que irte de aquí. Tienes que marcharte de esta casa... Estás en peligro... Y tus amigos también...-intenta tomar aire, pero la garganta le arde.
Chelsea no puede parar de llorar. Cuando ha ido a ver a su abuela y ha entrado en su habitación para contarle acerca del concierto, se la ha encontrado tirada en el suelo, dando bocanadas de aire con los ojos entrecerrados. En la ventana, una sombra desaparecía.
-Te vas a poner bien, abuela...-Chelsea acaricia el pelo de Dothie mientras agarra el teléfono. Ha llamado a Rachel pero no se lo ha cogido. Tiene que llamar a una ambulancia.
-No llames a nadie, Chelsea... Ya es tarde para mí...-vuelve a respirar y Chelsea puede oír el ruido que hace la garganta de su abuela. –Tienes que irte y ponerte a salvo tú... Tú sí que estás a tiempo, cielo...
-Abuela...-vuelve a balbucear y aprieta la mano que sujeta la de su abuela. No quiere perderla. Ella ha sido como su padre y su madre a la vez. No puede permitirse el lujo de dejarla ir.
-Abre el cajón de mi mesilla...-la voz de su abuela cada vez se escucha más apagada. Chelsea besa la mano de su abuela y, sin soltarla, se estira y abre el cajón. En él encuentra un colgante en forma de piedra azul. –Eso-retoma su abuela-tienes que llevarlo puesto siempre... ¿Me oyes?-Chelsea afirma violentamente sin dejar de llorar. –Lo conservo desde que naciste con la esperanza de dártelo cuando fueras mayor y fuerte, como lo eres ahora-estira su temblorosa mano y acaricia el rostro de su amada nieta. –Van a venir a por ti y tienes que utilizar tus habilidades, tu Don... Tú y yo sabemos a lo que nos referimos... Póntelo y protégete...
-Abuela...
-Y haz caso a Kristoph... Él quiere ayudaros. Es buena persona...
Dothie vuelve a tomar aire con mucho esfuerzo y mira a su nieta fijamente. Con los labios forma la frase "Te quiero". Cierra los ojos y su cabeza cae a un lado.
-¿Abuela?-pregunta Chelsea temiéndose lo peor. No obtiene respuesta. -¡Abuela! ¡Abuela!
La joven empieza a gritar y llorar desgarradoramente. Sola, en la habitación de su abuela. Ya no está ella para abrazarla y consolarla. Ya no habrá más tardes de taza de chocolate y manta en el sofá junto a ella. Ya no va a volver a escuchar su voz, ni a sentir sus abrazos, ni ver su sonrisa. Se ha quedado sola.
-¡Chelsea! ¡Abre la jodida puerta!-Rachel sigue golpeando la puerta de entrada.
Unas nubes de tormenta cubren el cielo en cuestión de segundos. Un trueno asalta a ambos jóvenes, que se miran sorprendidos.
-Esa ventana está abierta, quizá podamos entrar...-sugiere Marcus.
Como pueden, escalan por las tuberías y llegan a la ventana. Empapados y exhaustos, entran a una habitación, la de Chelsea. Unos gritos y lloros alertan a Rachel, que sale de la habitación corriendo, para llegar a la habitación de la abuela de su amiga.
Y lo que se encuentra hace que se le encoja el corazón. Marcus, que llega un segundo más tarde y que pocas veces se deja impresionar, necesita unos segundos para asimilar lo que está viendo.
Dothie, tumbada en el suelo. Y a su lado, todavía agarrando la mano de su abuela, Chelsea. Derrotada, hundida, gritando y llorando como nunca.
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DIFERENTES (En edición)
FantasyMiles de años atrás, la Tierra estuvo poblada por cinco razas. Raza Pyros. Raza Hydra. Raza Gea. Raza Psycho. Raza Lumos. En el presente, ¿quedará algo de eso?... Rachel es una joven normal, con una vida normal y unos amigos normales. Al menos...