Rachel abre los ojos poco a poco. Intenta incorporarse pero no puede. Unas manos la tienen sujeta por la cintura. Alza la cabeza para observar la cara de Marcus, que duerme plácidamente con la cabeza casi desnucada. Rachel esboza una pequeña sonrisa, está muy gracioso así. Observa un gran salón. Lo recuerda, es la casa de Marcus. Repara en que lleva un albornoz puesto.
Con sumo cuidado y, tras acariciar el pecho de Marcus con cariño, deshace el nudo que ha hecho el joven con sus brazos y logra levantarse del sofá. El joven continúa durmiendo. Rachel lo observa durante unos segundos. Es adorable. Es tan bueno con ella...
Sube las escaleras silenciosamente en busca de su ropa. Entra al baño y la ve. Colgada de una tira. La palpa y está seca. Se viste y deja el albornoz colgado de la puerta del baño. Al volver al salón, pasa por la habitación de Marcus. La puerta está entreabierta y la joven no puede resistirlo. Entra.
Recuerda el primer día que entro a casa del joven. Lo que le impresionó su cuarto, y el cuarto de la música. Ve fotos del joven cuando era pequeño. En una de ellas sale con el mono de judo. Rachel se tapa la boca para aguantar una pequeña sonrisa. No pasaría de los siete años. Posa sonriente, con una sonrisa amplia, en la que se le ven sus pequeños dientes. Posa orgulloso con una medalla. Era muy guapo y adorable. Y lo sigue siendo, piensa la joven.
Se acerca a un corcho del que cuelgan las medallas. Las roza con la yema de los dedos. Tiene un montón. Tiene que ser muy bueno.
El teléfono móvil de la joven emite un pitidito. Son mensajes de su madre. Los obvia y observa la hora. Las 10:30. Sí, debería volver a casa, o sus padres volverán a llamar a la policía.
Baja las escaleras hacia el salón, donde Marcus sigue en la misma posición. Rachel escribe algo en un papel y lo deja en la mesa, frente al sofá. A continuación se acerca al joven lentamente.
-Gracias-susurra cerca de su rostro con una pequeña sonrisa. –Me has hecho sentir bien, aunque haya sido por una noche...
Y dicho esto, deja un pequeño beso en la comisura de los labios del joven. Se muere por besarle. Pero tiene miedo. Tiene miedo a enamorarse y a hacerse y hacerle daño.
Acaricia a Krusty, que se despereza en su pequeña cama y se marcha por la puerta.
-----------------------------------------
Helen se levanta de la cama, dejando a Mark dormido. Se pone una camiseta de su novio para taparse un poco y mira por la ventana. Hace un día precioso. Baja a la cocina del joven y prepara unas tortitas para dos. Hace zumo de naranja. Prepara todo y se dispone a llevarle la bandeja a su novio para desayunar en la cama cuando repara en él. Apoyado en la nevera con una sonrisa torcida.
-¿Ibas a llevarme el desayuno a la cama?
-Sí-Helen deja la bandeja en la encimera y se acerca al joven-pero te me has adelantado-le muerde el labio.
-Como sigas haciendo eso, no respondo-contesta el moreno de forma socarrona.
La joven empieza a besar a su novio con ganas. Mark la toma en brazos y la apoya contra la nevera. Sus besos se vuelven violentos, deseosos de más. Mark besa el cuello de su novia mientras esta jadea sonoramente.
El teléfono suena bruscamente pero Mark continúa.
-Mark...-jadea Helen. –Igual es importante...
-Que le den-confiesa el joven mientras vuelve a besarla. El sonido no cesa y, finalmente, el joven deja a su novia con los pies en el suelo y coge el teléfono. -¿Sí? -Helen se sienta en una de las butacas de la cocina mientras observa a su novio, que pasea por la cocina con el teléfono pegado en su oreja. –Sí, quedamos ahí. De acuerdo, hasta luego Mike.
![](https://img.wattpad.com/cover/34260461-288-k782931.jpg)
YOU ARE READING
DIFERENTES (En edición)
FantasiMiles de años atrás, la Tierra estuvo poblada por cinco razas. Raza Pyros. Raza Hydra. Raza Gea. Raza Psycho. Raza Lumos. En el presente, ¿quedará algo de eso?... Rachel es una joven normal, con una vida normal y unos amigos normales. Al menos...