Capítulo 25

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Rachel se desnuda para ponerse el mono ignífugo. Encima se pone una vieja sudadera y unos pantalones vaqueros rotos. Lo hace despacio, metódicamente, como si estuviera pensando las cosas dos veces.

Ayer Kristoph los reunió a todos para informarles de que hoy harían un pequeño entrenamiento por parejas. No se siente preparada. El anciano le ha machacado en cada uno de los entrenamientos. Pero ambos saben que basta un segundo en el que ella pierda la concentración para destruir o hacer daño a alguien.

-¡Rachel!-Aidan entra en su cuarto dando saltitos. –Marcus está abajo esperándote-informa burlón.

-Dile que ahora bajaré-coge un cepillo e intenta poner en orden sus ondas.

Recuerda la cena de ayer. Rachel sonríe al recordar la escena. Su madre no podía apartar sus embelesados ojos del joven. Es atractivo hasta para las madres. Se ha ganado a su madre, a su padre y Aidan le adora.

Agarra una riñonera y se dispone a bajar las escaleras. Ahí está él. Apoyado en la puerta, bromeando con Aidan. Sus dientes blancos resaltan entre el bronceado de su piel. Es tan guapo que duele. ¿Cómo es que ella tiene un novio tan perfecto?

Marcus repara en la joven y sus ojos comienzan a brillar. Sus rizos recogidos en un moño improvisado. Sus dos tirabuzones rojizos, situados a ambos lados de su rostro. Sus ojos verdes tan intensos y vivos. Rachel. Tan intensa como dulce y hermosa.

-Ya podemos irnos-le sonríe la joven.

Marcus revuelve el pelo de Aidan y se marchan.

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Al llegar, los jóvenes descubren el campo de entrenamiento. Todo despejado. Kristoph sale de la cabaña y empieza a hablar.

-Me he tomado la libertad de hacer un sorteo para hacer las parejas. El primer entrenamiento lo harán-mira una pequeña hoja de papel arrugada-Michael y Marcus. El segundo Chelsea y Mark. Y el último, Helen y Rachel. He querido dejar este para el final porque considero que es el más complicado.

-Vamos allá-Michael da un paso al frente.

Rachel aprieta la mano de Marcus un segundo.

-Te cuidado-le susurra.

-Siempre lo tengo-murmura mientras le besa la frente.

Ambos jóvenes se ponen frente a frente en la enorme pista que ha improvisado Kristoph.

-Bien. Tengo una serie de normas. En el momento que se incumpla alguna, daré por terminado el entrenamiento. ¿Queda claro, jóvenes?-Ambos asienten. El anciano continúa. –Primera norma, no utilizar el 100% de vuestra fuerza. Esto es un entrenamiento, no un combate a muerte. Segunda norma, intentad no dar en el blanco. Siempre que lancéis un ataque con vuestro don, que sea contra otra cosa. Ya habrá tiempo de ensayar con blancos. Norma tres, nada de atacar bruscamente en los golpes físicos. Norma cuatro, la más importante, recordad siempre-se detiene y mira a Michael-que estáis entrenando con amigos.

-De acuerdo-responde Marcus. Michael asiente sin dejar de mirar a Kristoph. Marcus se empieza a quitar la ropa para dejar ver su mono adaptable. Aunque se transforme en el animal más grande, al volver a su forma humana la prensa seguirá conservando su forma.

Rachel se estremece. Tiene miedo de que le pase algo a su novio. Chelsea se acerca a su amiga y le acaricia el brazo a modo de apoyo.

-Que empiece pues el entrenamiento-anuncia Kristoph.

Michael aprieta las manos en forma de puños y pequeños destellos salen de ellos. Alza su mano derecha y lanza un pequeño relámpago hacia Marcus. El moreno se ve obligado a esquivarlo rápidamente.

DIFERENTES (En edición)Where stories live. Discover now