Capítulo 33

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Cuando los primeros rayos de sol luchan por salir, Michael sale a la calle dispuesto a hacer deporte. Se coloca el móvil en la funda del brazo y conecta los auriculares. Decide caminar hasta salir del barrio y llegar al bosque.

Al cruzar la calle se percata de que hay alguien sentado en uno de los bancos del parque. Mira el reloj: es demasiado pronto para que la gente se levante. Decide caminar para averiguar de quién se trata.

Las pulsaciones se aceleran cuando ve que se trata de Rachel. Se quita los auriculares y se sienta junto a la joven.

— ¿Nunca te han dicho tus padres que es muy peligroso ir de madrugada a los parques? —bromea.

La joven levanta la vista para topar con los ojos del chico. Michael puede observar que los tiene rojos. Ha debido estar llorando, sin duda. Dudoso, acaricia la rodilla de la joven esperando que esta le rechace, pero se sorprende de que esta ni se inmute.

—Puedo pegar tan fuerte como tú, gracioso—responde entre lágrimas y una tímida sonrisa.

Michael se apunta un tanto, al menos la ha hecho sonreír.

— ¿Qué te pasa?

Rachel resopla sonoramente mientras se pasa las manos por la cara.

—Es una larga historia difícil de explicar y que es posible que no te importe...—susurra.

—Si no me cuentas de qué va, no sabré decirte si me interesa o no, ¿no crees? —le sonríe cariñoso.

—Va sobre lo asquerosas que son las relaciones cuando no eres una persona normal—. Responde mientras se recuesta en el banco—. ¿Te parece un tema interesante?

—Me parece un tema de lo más interesante—apostilla—. ¿Tienes problemas con Marcus?

La pelirroja mira al joven como si acabara de darle una bofetada. Carraspea y se pone en pie.

—Será mejor que me vaya a casa.

—Espera—Michael le agarra el brazo—. Te acompaño.

—No hace falta—sonríe forzadamente—. Gracias por haberme hecho compañía, Mike. Adiós.

Como una estatua, el joven se limita a observar cómo Rachel se marcha caminando por el césped. Poco a poco se va haciendo más pequeñita. Hasta que desaparece por la esquina más próxima.

El joven se frota las manos. Está claro que tienen problemas. Y, aunque no le gusta ver a Rachel sufrir, su cabeza comienza a trabajar pensando en una forma de poner fin a esa relación.

Saca su teléfono de la funda y rebusca en su agenda. Sonríe al encontrar un nombre. Pulsa a llamar y se lleva el auricular a la oreja.

— ¿Kelly? Necesito que me ayudes con una cosa...

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Al caer la noche, Mark, Michael y Marcus están en el Jimmy's, uno de los pubs preferidos de los jóvenes de New Jersey. Sentados en la barra, los tres chicos beben mientras se deleitan con la música. Michael observa a Marcus, esta noche va a ser tremenda si todo sale como espera.

—Una amiga me ha dicho que igual viene a este bar. Os la presentaré, es muy simpática. Se llama Kelly. Es un bombón—parlotea aparentando normalidad.

Mark está con el teléfono móvil hablando con Helen. Y Marcus mira su vaso, intentando buscar algo de consuelo. Las continuas discusiones con Rachel le hacen daño. La quiere. La quiere demasiado.

Michael comprueba que ninguno de sus amigos le ha prestado atención. Se sonríe a sí mismo. Tiene que salir a la perfección. Recuerda los pasos de su plan. Después de haberle pedido a Kelly que flirteara con Marcus, este caerá y se liará con ella. Y así, trayendo a las chicas al pub, Rachel lo presenciará todo.

DIFERENTES (En edición)Where stories live. Discover now