Capítulo 16

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La semana transcurre tranquila, al menos para Rachel, que no está nada ilusionada. Su ilusión es tan escasa que esta vez no se ha molestado ni en pedir un regalo a nadie.

Marcus y Chelsea están en la cafetería en la hora de biología. Han hecho novillos y están planificando el cumpleaños de Rachel. Ambos saben que tiene que ser especial. Tan especial como lo es la pelirroja.

El plan, de buenas a primeras, es perfecto. Está todo planeado. Pensado hasta el detalle más pequeño para que nada salga mal.

Rachel, acabada la hora de biología, opta por irse a casa. Esta vez no ha ido en coche al instituto, por lo que decide volver andando a casa. El verano llega y hace buen tiempo.

Cuando sale del recinto del Westlife, alguien la agarra del brazo y tira de ella hacia atrás. La joven ahoga un pequeño grito y acaba topándose con el pecho de alguien. Sus ojos miran curiosos hacia arriba para encontrarse con la sonrisa de Marcus.

-¿A dónde vas?-pregunta dejando ver sus perfectos dientes.

-Intento volver a casa-aleja su cara del pecho del joven para verlo mejor. –Y digo intento, porque hay alguien que me lo está impidiendo-sentencia con una sonrisa burlona.

-¿Quieres que te lleve?-se ofrece el joven.

-Bueno... Teniendo en cuenta que ya me has hecho perder cinco minutos de ir andando hasta casa, vale-sonríe socarrona.

Ambos vuelven a entrar al aparcamiento del instituto y caminan hacia el coche de Marcus. Las ruedas están llenas de barro, al igual que el capó y la luna trasera.

-¿De verdad piensas llevarme en eso?-señala el coche mientras se carcajea.

-¿Qué pasa?-pregunta ofendido el moreno.

-Pues que está bastante cerdo-se tapa la boca para ahogar una carcajada aún más sonora.

-Muy bien listilla. Vamos a lavar el coche-sonríe mientras se cruza de brazos.

-Espera-levanta la mano y se intenta poner seria-¿Vamos?

-Eso he dicho, sí. Una vez hayamos lavado el coche al gusto de la señorita Sanders, te llevaré a casa.

-Negativo-se ríe. –Tu coche, tu responsabilidad.

Marcus avanza rápido y levanta a Rachel del suelo. En volandas. La joven solo puede gritar entre carcajadas. No lo ha visto venir.

-¡Marcus, bájame!-grita mientras se revuelve. Pero es en vano. El joven es más fuerte que ella.

-Oh sí, ahora te bajo-abre la puerta del coche y reposa a Rachel en el asiento del copiloto. Le abrocha el cinturón y le guiña un ojo pícaro.

-Juegas sucio...-se cruza de brazos la pelirroja.

-Y a ti te gusta que lo haga-susurra socarrón a escasos centímetros de sus labios. Rachel siente el aliento del joven. Se muere por besarlo. Se muerde el labio en su lugar mientras el joven ahoga una risa. Sabe que la está haciendo rabiar.

Cierra la puerta y camina al asiento del conductor. Entra y se abrocha el cinturón.

Conducen hasta un lavadero de las afueras. El dueño es amigo de Marcus. Una vez han llegado, Marcus entra a la pequeña casita del lavadero mientras Rachel sale del coche. Hace calor, por lo que se quita la chaqueta y se queda en tirantes. Se apoya en el capó y espera a que Marcus vuelva.

El joven no se hace esperar y sale con dos fichas. Entra en el coche y, tras hacerle un gesto a Rachel para que se aparte, conduce y mete el coche en uno de los habitáculos para lavarlo.

Al salir del coche, mete la primera ficha a la máquina y carga con una especie de manguera. Aprieta un botón y empieza a salir jabón. Rachel se cruza de brazos y observa la escena. La escena, por no decir a Marcus.

Observa cómo se contraen los músculos de los brazos y la espalda cada vez que mueve la manguera. Cómo empieza a mojarse su camiseta a causa de las salpicaduras. Sí. Lo desea. Y no poco.

Una vez repartido el jabón. Marcus mete la segunda ficha y le da a otro botón. De la manguera empieza a salir agua.

-Rach, ven. Te toca aclarar el coche-sonríe burlón. –Trabajo en equipo.

Le tiende la manguera y la joven la coge a regañadientes. Marcus sale del habitáculo para sentarse a observar a la joven, que tiene algún que otro problema para controlar la manguera. La presión del agua es muy fuerte.

A pesar de ello, la joven logra limpiar el coche. Pero Marcus no puede evitar reírse en el momento en que Rachel está repasando el coche. La manguera le tiembla en las manos y parece que se le va a caer. La pelirroja no puede soportar tanta risa y apunta a Marcus con la manguera.

El resultado es obvio. El joven acaba empapado y empieza a correr hacia Rachel, que empieza a llorar de risa.

-¡Rachel, cuidado, sale un coche de su habitáculo!-señala el joven más allá de la pelirroja.

La joven se ve obligada a mirar hacia atrás asustada un segundo. Un segundo que le basta a Marcus para agarrar la manguera y apuntar con ella a la joven, que empieza a gritar y se aparta.

-¡Te odio!-grita mientras empieza a correr. Marcus intenta perseguirla, pero se acaba el agua de la manguera y no puede volver a atacarla.

-Mierda...-suelta un bufido. Rachel, que lo observa tensa, empieza a reírse. Ella está mojada, pero él está empapado.

Al ver que no hay más peligro, la joven camina hacia el moreno, que arruga su camiseta y forma un charco de agua en el suelo.

-No sé quién lleva más agua encima, si el coche o tú-vuelve a carcajearse.

Marcus mira a la joven y la agarra y estrecha contra su cuerpo para mojarle la ropa. Rachel vuelve a revolverse y acaba chocando su espalda contra una de las paredes del habitáculo. Y Marcus frente a ella. A muy corta distancia. Ambos se miran en silencio y el moreno observa la boca de la joven. Las gotas de agua del pelo le gotean por la cara y Rachel empieza a sentir un hormigueo por el estómago. Ahora quiere jugar ella. Se arma de valor y rodea el cuello de Marcus con los brazos. Acercando el rostro del joven al de ella. Él empieza a jadear y acerca su boca a la de la joven, deseoso de besarla. Ella sabe que es la suya, y decide devolvérsela.

-Marcus-interrumpe la acción del joven-el coche ya está limpio ¿me llevas ya a casa?-sonríe burlona.

La cara del joven es totalmente un poema. Quería besarla y le ha cortado el rollo. Está claro que la pelirroja también sabe jugar sucio.

-Está bien-se separa de ella. Vuelve a estrujar su camiseta y, tras dejar otro charco en el suelo, se mete al coche.


DIFERENTES (En edición)Where stories live. Discover now