Vida de semidiosas

Capítulo XI

Narra Saray

Noté como alguién me movía y tiraba de mi brazo. Abrí poco a poco los ojos y ví como cuatro personas me observaban.

-Venga rápido -susurró Annabeth -ya son las seis de la mañana quedan unas horas para que amanezca.

-Como nos pillen será peor -dijo en el mismo tono Piper.

Me incorporé en la cama y con un tono normal de voz pregunté:

-¿Qué hacéis aquí?

Todas se lanzaron con las manos por delante hacia mi boca.

-A gastar una broma a los Stolls, es hora de que prueben su propia medicina -bajó la voz Zoey.

-No se porque me metéis siempre en estos líos -dijo Cara a media voz.

-Esto es para que aprendáis, no vamos a estar siempre con vosotras, pero les debíamos una a los Stolls -se rió Annabeth.

-A mi me tiñieron el pelo de verde, parecía que se me estaba pudriendo, lo peor es que no se fue en dos semanas -dijo Piper.

-A mi me llenaron la cama de tarántulas, eran de mentira y al quitarlas con la mano pensando que todas eran así cogí una de verdad -recordó Annabeth con cara de asco.

-Que empiece la fiesta -proclamó Zoey con una sonrisilla malvada.

Rotulador permanente y pasta de dientes en mano empezó la devuelta de bromas.

Zoey llevaba un tinte rosa y no creo que fuera para ella. Abrió el paquete y comenzó a hacer su obra de arte con Travis. Piper hacía lo mismo que Zoey pero con Connor. Annabeth cogió un cubo que traía con flanes y huevos podridos y se lo hecho por encima, con cuidado de que no se despertaran, aunque parecía casí imposible. Cara y yo decoramos sus caras con bigotes, gafas redondas de culo de botella y algún que otro corazón. La pasta de dientes fue lo siguiente, les pusimos pecas y les pintamos los labios. Estaban muy graciosos. Ya era hora de recoger todo y marcharnos pitando pero antes escribimos una nota que decia:

Queridisimos Stolls:

Recordar no subestimar a las chicas y cuidadito con las bromas, para la próxima no seremos tan benévolas.

♡♥♡

Al terminar la colocamos encima de sus camas y salimos por patas hacia el comedor.

-Todo ha salido según lo planeado -anunció Annabeth.

-Ha sido genial, no creo que les queden muchas ganas de gastarnos otra broma -dije.

-Ellos no se cansan nunca, pero bueno se la hemos devuelto -me respondió Piper. -Es lo único que saben hacer esos dos.

De repente sonaron unas trompetas por todo el campamento. Una docena de sátiros venían brincando y picando a todas las puertas de cada cabaña. De un momento ha otro todos los campistas habían formado filas. Yo me dirigí a la fila de los hijos de Hermes, de momento me tocaría seguir allí.

Me senté en el banco y apoyé mis codos sobre la mesa. Estaba cansada, había madrugado bastante, pero por una buena causa pensé con una sonrisa en la cara. Esta mañana me apetecía desayunar un zumo de frutas, un bol de leche con cereales y unas tostadas. Dicho y hecho, mi querida comida apareció por arte de magia. Me levanté y tiré las tostadas al fuego, con suerte mi padre las recibiría y me reconocería. ¿Quién sería mi padre?

Todos los campistas empezaron a reírse de repente y me sacaron de mis pensamientos. Los Stolls habían llegado corriendo a medio vestir, con el pelo rosa, la cara llena de pasta de dientes y con manchas de rotulador. Me uní al estallido de risas pero antes miré a Zoey y ella me envió una sonrisa y me enseñó unos tapones para los oídos. Antes de irnos se los había colocado en los oídos para que no se despertaran con el ruido.

Travis y Connor llegaron a la mesa y se sentaron, intentando alejar todas las risas y las burlas. Me sentí mal por ellos, pero se merecían su propia medicina. Delante de ellos se materializó un estupendo desayuno calentito, se lanzaron a el y no terminaron de comer hasta que se acabó todo.

-Bueno si nos disculpáis tenemos que retirarnos a desmaquillarnos y ponernos más bellos -dijo Travis con una sonrisa en su rostro.

-Si, tenemos que elegir nuestros modelitos de hoy -continuó Connor sacudiendo su pelo rosa.

-Vosotros nunca habéis sido guapos -saltó un hijo de Hermes.

-Callate, tu no tienes ni idea de lo que es la verdadera belleza -gritaron los hermanos a la vez mientras se alejaban.

A los cinco minutos llegó un chico corriendo a la mesa de Zeus, era Percy el nuevo hermano de mi amiga. Venia casi ahogado y le dijo algo a Jason, salieron corriendo y con ellos se fueron Annabeth y Zoey.

Terminé de desayunar, me dirigí a la mesa de Apolo, cogí de la mano a Cara y salimos detrás del grupo de chicos. Al mirar atrás vi a un montón de campistas haciendo lo mismo que nosotras.

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Esto a sido todo por hoy, esperamos que os este gustando.

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~Se despiden las doncellas litetarias.~