-¡Vas a llegar tarde a la escuela! -gritó mi madre desde el piso de abajo.
Genial el reloj no ha sonado pensé, así voy empezar bien la semana.
Me levanté de la cama como un zombie, me fuí a duchar y a lavarme los dientes, me desenredé mi cabello castaño y lo trencé a un lado, mis ojos azules reflejaban el sueño que tenía por quedarme hasta tan tarde leyendo. Me encantaba leer, me hacía olvidar lo aburrida y rutinaria que era mi vida, aunque para mi leer no es lo más fácil del mundo ya que tengo dislexia y veo como las letras bailan entre las páginas, pero aún así los libros no los cambiaría por nada del mundo.
Miré con anelo esas sabanas tan calentitas que me llamaban a gritos para que me uniera a ellas, pero resistí la tentación.
Me encamine a abrir mi desastroso armario y saqué de el unos vaqueros azules oscuros, la prenda más comoda para mi, tengo vaqueros de todos los tipos. Cogí de la balda de arriba una camiseta de color turquesa que dejaba al aire un hombro, tuve que subirme ha una silla para poder alcanzarla debido a mi más bien baja estatura y me puse unas botas marrones comodas. Cogí por si acaso una sudadera gris, ya empezaba la primavera, pero aún así no me sobraría.
Me cargué a los hombros la mochila de flores con la tonelada de libros y bajé a toda prisa las escaleras. Salí de casa, no sin antes darle un beso de despedida a mi madre y coger un bollo de chocolate para comer por el camino.
Al salir a la calle me encuentro con la agradable sorpresa de que he perdido el autobus, así que no me queda otra que ir andando.
Vivo sola con mi madre, ya que pocas semanas después de que yo naciese mi padre falleció. Echo en falta una figura paterna, pero lo recuerdo con mucho cariño, aunque no tenga ni su rostro en mi mente. Mi madre no tiene fotos de él por ninguna parte, supongo que se le hace muy doloroso verle.
Corro los poco metros que quedan para llegar al edificio, ya que la horrible y rechoncha directora esta a punto de cerrar la puerta. Paso por los pelos y esta me lanza por encima de sus diminutas gafas la típica mirada de ni una vez más.
-Llega tarde señorita Zoey -dice con su voz que reventaria el oido a cualquiera.
-Lo siento Directora Anna, no volvera a pasar -digo yo echando a correr por el pasillo.
Llego a la clase, entro como una sombra y dirijo un gesto de saludo a mis dos amigas. Toca historia, hoy va a ser un día muy largo, más de lo que yo llegaría a imaginar nunca.
Nada más empezar la clase me llega una notita que pone:
Hoy Cara toca en la sala de actos del instituto, hay que ir a verla.
S.
Respondo a la nota con un oki y la vuelvo a pasar.
A continuación me llega otra que pregunta:
C: ¿Hoy quedamos a comer en la cafetería del insti, hay especial de bocadillo + patatas a tres euros?
S: Por mi bien.
Contesto que por mi bien también.
-Señorita Zoey ¿cuando empezó la segunda guerra mundial?
Me quedé muda como una tapia, no sabía que contestar y el profesor de historia, Harry, se me quedo mirando de un modo realmente extraño, aunque continuó la clase olvidandose de lo que me acababa de preguntar.
-------------------------------------------------
Esperamos que os haya gustado. Ya habeis conocido a Zoey solo quedan dos. Si os ha gustado darle a la estrellita, a ver a cuantas llegamos.
Ya sabemos que hay muchos fanfics sobre esta gran saga, y por uno más no va a pasar nada. Esperamos ser un poco diferentes al resto y bueno eso es todo.
~Se despiden las doncellas literarias~
ESTÁS LEYENDO
Vida de semidiosas
FanficTodo es nuevo para nosotras, ahora mismo no sabemos muy bien lo que esta pasando. Nos acaban de decir que somos semidiosas, se supone que somos hijas de un mortal y un dios, a saber que dios. -Pellizcame porque esto es un sueño -dijo Saray. -Mejor d...