Enrique VIII

963 39 2
                                    

El rey de Inglaterra vendría a Francia dentro de una semana, y todos estaban como locos preparandolo todo para su llegada. Iban a firmar un tratado de alianza con el rey Francisco, como ninguno de los dos quería ponerse en peligro llendo al reino del otro, se reunieron en la frontera de Francia y Gales ya que Galés le pertenecía al rey inglés.
Mi padre llegó antes de tiempo a supervisar que todo estuviera en orden para la llegada del rey.
-Papá - hice una reverencia cuando bajo del carruaje
-Hola Ana- me abrazo- Como esta mi hermosa hija favorita?
-Muy bien- le sonrio- Francia es... Encantadora - digo con sarcasmo
-Veo que has hecho un buen trabajo limpiando nuestro apellido. Te dije que tu eras capas de esto y más mi niña
Caminamos por el palacio, lo lleve a sus habitaciones, todos saludaban a mi padre, él era muy importante en la corte. Cuando llegamos ahí nos esperaba mi tío.
-Bolena - lo saludo mi tío - Pasa, Ana- me dio un beso en la mano
Entramos a la habitación y nos sentamos en la mesa.
-Dime Ana, tu harás la presentación de ballet para la bienvenida del rey, cierto?
-Así es tío - le conteste - como vosotros ordenaron seré la que más deslumbre -Y estoy seguro que así será - sonríe complacido mi padre
-Muy bien- asiente mi tío compartiendo una mirada cómplice con mi padre
-Díganme, Por que tanto misterio?- pregunto curiosa
-Queremos que llames la atención de su majestad, sabes que ha tenido problemas con Catalina, él estará buscando una nueva compañía- explica mi tio con todo el tacto posible tratando de ocultar las crueles palabras de que me convertíria en su amante si lo lograba
-Su amante- digo sin más- Si quieren eso. Por que no se lo piden a Maria? Ella es experta en eso- digo cruelmente
-Si creyera que eres una muchacha común y corriente Ana lo haría, pero para esto te necesito a ti, tu talento hará que tú no te conviertas en una amante más. Serás La amante- dijo mi padre mirándome como si yo fuera una maldita moneda de cambio
-Bien, que honor - digo sarcástica- Aúnque no creo lograr que el rey se interese en mi lo haré solo por que tu me lo pides- me levanto de la mesa ofendida- te informo que Lord Henry Persy hablará contigo para pedir mi mano en matrimonio
-Me enteré que su padre quiere casarlo con Lady Paola- comenta mi tío
Salgo de la habitación muy enojada y voy a atender a la reina Claudia, ella me esta enseñando francés a mi y a otras damas, obvio a Maria no, la aborrece pero yo aprendí a ganarme la confianza de la reina con el tiempo.
El rey llegó una noche de lluvia, aún así los preparativos estaban hechos, habíamos ensayado arduamente el baile para recivir al rey, en el cual también participaría la princesa Margarita Tudor, hermana del rey Enrique.
-Estoy muy emocionada de que por fin voy a volver a ver a mi hermano- me dijo la princesa mientras nos alistabamos para el baile
-Lo extrañas? - Le pregunté
-Mucho - sonríe- se que aveces puede ser malhumorado pero es muy buena persona
-Lo dices por que es tu hermano, supongo que a las personas que quiere las trata mejor- le digo- como es en realidad el rey Enrique VIII?
-A la única persona que en realidad odiaba era a mi hermano Arturo- dice ella- estaba muy molesto por ser el hijo menor y juro que nunca nadie se burlaria de él. Por eso aveces es cruel respecto a las desiciones que toma, pero es joven con muchas ganas de vivír y gobernar su reino como nuestro padre
Sus palabras me dejan más tranquila, al menos él no era altanero y engreído como el rey Francisco, bueno esa era la opinión de su hermana.
Me asome a ver la audiencia antes de salir, había mucha gente importante, alado del rey Francisco estaba sentado. El hombre más apuesto que hay visto en mi vida, me quedé sin aliento al verlo, su cabello era negro y bien peinado con destellos rubios, una piel blanca y tersa, un rostro masculino y bello, sus ojos verdes hermosos centellaban con las luces de las velas, un cuerpo fuerte y masculino, y una mirada calculadora.
Salimos a presentar el baile de disfraces yo era la principal en la obra, e hice todo para sobresalir, el rey no me quito la vista de encima, mirándome con una sonrisa de lado y sus ojos llenos de deseo recorriendo mi cuerpo.
Yo le sonreí cuando terminó el baile y él me devolvió la sonrisa complacido, tenía un antifaz y él se levantó para aplaudir, iba completamente vestido de negro y un collar que le daba importancia.
-Ahora quiten sus antifaces- dijo el rey Francisco
Nos quitamos las máscaras, estaba aún lado de su hermana Margarita y al otro lado estaba María.
El rey le susurro algo a Francisco y el hermoso rostro del rey Enrique se endureció me dedico una mirada llena de desprecio y se volteo. Yo lo mire sorprendida pero desvíe la mirada. Que le pudo haber dicho para que me mirace de esa forma?
-Hermana es un gusto verte de nuevo- sonrió Enrique dándole un beso en la mejilla
-Hermano- sonrió ella
-Que comience el baile!- dijo el rey Francisco
Las damas nos retiramos, cuando me cambie de vestido y me hube areglado salí de nuevo al baile, estaba muy confundida por la mirada del rey, tal vez no lo sorprendí como todos creían.
Alguien me jalo del brazo y me llevo atrás de una escalera
-Quien eres?- me pregunto con una voz aterciopelada
-Ana- le conteste sin aliento- Ana Bolena
-Me sorprende tu enorme belleza tan peculiar- dice mirándome a los ojos- me dejaste cautivado
-Su majestad- le dije e hice una reverencia- es un honor para mi que usted hable así de mi
-Es la verdad, me han hablado mucho de usted Ana Bolena, tan inteligente, tan hermosa, tan carismática, una mujer incomparable, además...- dice y se acerca a mi cuello- Tu sangre huele tan bien
-Disculpe- dije con voz débil me aleje de él con la respiración acelerada
-Que pasa?- pregunta confundido
-Perdoneme pero yo como usted dice, soy una dama y la verdad no me conformaría con ser una más en su vida mi Lord
-Eres astuta Ana- se ríe divertido- nadie antes me ha hablado así, pero sabes algo hermosa, nadie me rechaza, lamentaras haberlo hecho
-Yo no busco ofenderlo su majestad, yo sería la persona más feliz de que me dedicará un poco de su tiempo, pero dígame Usted- lo miro fijamente- de que sirve haberlo tenido una vez si ya nunca podré verlo de nuevo?- deje que mis lágrimas rebalaran por mis mejillas- fue un honor haberlo conocido su majestad, pero mi corazón no puede aceptar solo eso
Lo deje sin palabras obvio era poco probable que me hubiera enamorado del rey con tan solo verlo y esperaba que al menos mis palabras lo hubieran convencido.
La orden que me dio mi padre era sorprender al rey y lo había hecho pero yo no sería una más de sus amantes.
Al día siguiente la corte inglesa se iba, salí a despedir a mi padre y a mi tio los dos estaban complacidos de mi trabajo aunque no sabía realmente por que.
-Esa fue una buena jugada Ana- me dijo mi tío- como siempre me has dejado sorprendido
-Adiós Ana, espero verte pronto- se despidió mi padre- haré que te trasladen a la corte inglesa
Mire el carruaje de mi padre alejarse y entonces vi que María subía a uno. Me acerque y ella sonreía?
-A donde vas?- le pregunté confundida
-Vuelvo a Inglaterra- me contestó con una sonrisa amplia
-Por orden de mi padre?- pregunté
-No, por orden de su majestad
Me sorprendí y me aleje de ahí, me sente en una fuente y mire como todos se iban lentamente
-Adiós Ana Bolena- Me dijo con voz aterciopelada
-Esa es su venganza? Elegir a mi hermana en vez de a mi?-le pregunté mirándolo
-La verdad no es personal, María también me cautivo como tú, pero no te sientas mal, pronto caeras tu y tu soberbia en mi cama- me acarició la mejilla
-No es soberbia- le dije- es amor
-Si fuera amor me aceptarías- me dijo
-Amor a mi misma- le corregí
-Para mi suerte tu hermana no piensa igual, además ella no se ha revolcado con mi primo el rey Francisco
-Yo no...- fue cuando lo entendí todo- usted piensa que soy la amante del rey de Francia?
-No lo pienso, lo eres- dice indiferente
-Bien, si es así, que tenga buen viaje su majestad- le sonrio y le hago una reverencia- mi corazón y yo lo extrañaremos
-Lo mismo digo hermosa Ana- besa mi mano y se va
El rey nos confundió a mi y a mi hermana, me daría tanto gusto cuando se enterara que dormía con María la zorra de Francia. Todo había salido como lo esperaba.

Sangre Y Amor Real (Ana Bolena Y Enrique VIII)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora