HELENALeo condujo en silencio hasta el mirador, quedaba cerca de mi casa y eso nos daba poco tiempo para pensar en otro lugar, si ese no era. Mi móvil llevaba vibrando en el bolsillo de mi pantalón diez largos minutos. Sabía que era mi padre, enfadado por haber ido con Leo a por su tío. O quizás fuese mi madre, enfadada por haberme ido con Leo y enfadada con mi padre por no haberme parado. Hasta incluso Teo, también enfadado por la misma razón que mi padre. En resumen, que todos estaban enfadados por mi decisión. Pero tenían que respetarla. Era la hija de un famoso capo, y por primera vez en mi vida...no me arrepentía. Mi padre no se dedicaba a matar personas y familias, como hacían otro tipo de mafias. Y eso, era lo único que me consolaba.
El coche de Benja se paró y Leo le imitó. Vi a nuestros amigos bajar del coche y correr hacia unos árboles. Era hora de entrar en acción.
— ¿Preparado? — pregunto. Era raro volver al lugar donde toda esta locura comenzó. El bosque estaba igual que la última vez, la pequeña casa de piedra, abandonada, estaba llena de casquetes y orificios de entrada y salida. Un completo desastre.
— Sí, coge el arma y no te separes de mí —dice mirándome con sus ojos chocolate preocupados.
— Leone, tengamos la fiesta en paz —pongo los ojos en blanco y salgo rápidamente del coche sin mirar atrás.
Me uno a nuestros amigos y noto como el cuerpo de Leo está pegado contra mi espalda.— Esto parece vacío —susurra Benja — Quizás deberíamos avanzar unos metros y comprobar si hay alguien más.
— Vosotras quedaros aquí para vigilar, si alguien viene atacarle primero.
No me gustaba que ellos fueran sin nosotras, pero me callaría de momento.
Los chicos corrieron por el pequeño bosque, se notaba que ambos lo conocían bien.
— Esto me pone los pelos de punta —dice Ivy mirando hacia todas partes.
— Este no es el lugar, es demasiado fácil.
Escuchamos un pequeño ruido y vemos a los chicos volver con cara larga.
— Aquí no hay nadie — informa Leo.
Volvemos hacia nuestros respectivos coches, completamente desanimados.
— Sabía que era demasiado fácil.
Leo acaricia mi mejilla y me mira con ternura.
— Estamos haciendo todo lo que podemos Helena. Sabes que me estoy conteniendo para no matar yo mismo a mi tío. Mauro está deseando hacerlo, y creo que yo no me interpondré.
Asentí. Mauro quería herir a cualquier persona que hiciese llorar a Alexia. En eso se parecía a Leo.
— Voy a llamar a Fabio. Necesito saber si hay alguna novedad.
Mientras Leo llama por el teléfono del coche yo miro mi móvil y veo que tengo quince llamadas de mi padre y de Teo. Seguramente estén muy cabreados. Mi madre seguramente esté entretenida con el pequeño.
— Leo — contesta Fabio al momento.
— Nada, no había nadie ni nada. ¿Hay alguna novedad?
— Absolutamente nada. Tu padre y Riccardo están haciendo todo lo que pueden. Alexia está en su habitación, intentando resolver el acertijo. Está desolada, pero la veo mucho mejor. Necesito que vayas hasta las oficinas de Michell, y cojas un paquete. Que vaya Helena mejor.
— No hay problema —respondo.
— ¿Qué hay en el paquete? —pregunta Leo.
Fabio carraspea.

ESTÁS LEYENDO
Lealtad (Crónicas de la mafia #2)
ActionLas familias más poderosas de Roma han sido atacadas por una organización que lleva años vigilándoles desde dentro, Helena no puede creerse que Mike como ella le conocía, la usara para quitarle toda su herencia. Con ella desaparecida Leonardo Corleo...