Capítulo 20

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HELENA


Agatha me llenó la cara de besos al verme, intenté no llorar al verla pero fue imposible. Sinceramente estaba cansada de llorar, no me gustaba ser tan sensible pero estaba realmente feliz de haber vuelto. Lo parte más dura del día sin duda fue contarle al pequeño Leonardo que su madre no volvería. Mi madre le contó que la habían llevado a un hospital para tratar su enfermedad, él se alegró mucho pero vi tristeza en su mirada, le dije que su mamá nos había mandado cuidarlo y lo primero que preguntó fue, si Leonardo también viviría con él.

Le enseñé la que sería su nueva habitación pero le prometí que cuándo pudiéramos Leonardo y yo iríamos con él a comprar adornos para decorarla a su gusto.

- Creo que acabamos de ser padres - dice Leo abrazándome desde atrás mientras contemplábamos al niño que me había salvado.

- Pues si, y fíjate que el parto no me ha dolido nada - digo sonriendo.

- Su madre estará contenta de que a su hijo no le falte nada nunca más - me dice al oído - su padre murió hace un año, creo que su madre nunca se lo contó.

Suspiro y él me abraza con más fuerza.

- Creo que aceptaré esas vacaciones cuándo las cosas estén más calmadas - digo con sinceridad.

Leo me gira y me sonríe, Dios, debería de ser pecado tener una sonrisa así.

- Me alegro, porque iba a hacerlo de todos modos - me besa hasta que escuchamos una carcajada.

- Os besáis mucho - dice el pequeño Leonardo - Sois muy raros.

Ambos nos reímos y el pasa por nuestro lado corriedo bajando las escaleras.

- ¡Oye! No se corre en casa - grita Leonardo. Al momento me mira y abre los ojos - Eso acaba de sonar muy de padre ¿verdad?

Asiento con una sonrisa y bajo las escaleras con una gran carcajada.

Veo que la puerta principal se abre y veo a Alexia entrar. Ella me mira con asombro y alza la mirada para ver a su primo.

- Alexia - digo acercándome a ella con lágrimas.

Ella extiende sus brazos y ambos lloramos durante largos minutos.

- No sabía...que estabas aquí, joder Leonardo - dice gritando.

Su primo la abraza y la calma acariciando su pelo.

- Lo siento Alexia, ahora tenemos que hablar de muchas cosas - le dice besando su frente.

Leonardo quería a Alexia como a su propia vida, y eso significa, como a mi. Me sequé las lágrimas de las mejillas y les pedí un momento a solas. Necesitaba ver a Teo.

Fui al despacho de mi padre, sabía que Leonardo tenía que hablar con Alexia sobre su padre y estar solos en ese momento.

- Helena - dice mi padre al verme con una sonrisa.

- Quiero verle papá, a Teo. necesito con urgencia saber si estaba al corriente de todo.

El asiente y se levanta de su silla.

- Claro hija, pero antes tenemos que hablar con Fabio.

- ¿Sobre qué? - pregunto.

- Es algo que les concierne a los Corleone.

- ¿Dónde está Fabio?

- En su piso, llegará en pocos minutos.

- Oye papá, sé que tener un niño aquí en casa a veces será un caos pero - y dejo de hablar porque me coge de ambas manos negando con la cabeza.

Lealtad (Crónicas de la mafia #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora