Lealtad (Crónicas de la mafia #2)

Capítulo 5

LEO

Cenamos unos trozos de pizza antes de entrar en la primera casa de la lista que Romeo me había dado. La última vez que había tomado una cena así fue con Helena, me volvía loco no poder encontrarla, la necesitaba para vivir. Ella era mi mundo perfecto y mi vida. Me la habían arrebatado delante de mis propias narices y eso todavía me enfurecía más.

- Cuándo la encuentre pienso ponerle un localizador subcutáneo, te lo juro - le digo a mi mejor amigo.

Benja sonríe y niega con la cabeza, apoya sus manos en mi hombros y me mira serio.

- Tío, la encontraremos, o quizás ella nos encuentre a nosotros - agradezco sus palabras, pero necesito acción ahora mismo.

- Vamos a patear a esa gente, a ver que nos cuentan - digo mirando el cargador de mi arma.

Le damos una patada a la vez a la puerta del edificio y esta cede al momento, subimos rápidamente las escaleras hasta la segunda planta. Veo el número y letra 2A, alzo el puño y Benja se para detrás de mí. Cuento tres con las manos y tiramos la puerta abajo. Escuchamos el grito de una mujer y Benja la apunta con un arma.

- ¿ Dónde está Diego ? - pregunto gritando.

La mujer señala una puerta llorando. Benja la sienta en una silla y la ata con una brida, estábamos perfectamente preparados. Camino rápidamente hasta la puerta y antes de abrirla comienzan a disparar detrás de ella. Benja se tira al suelo y no le rozan de milagro, se coloca detrás de mí y aprovecho que dejaron de disparar para abrir la puerta.
Un hombre me mira con odio y le doy un puñetazo en toda la cara mientras aparto su arma descargada a un lado.

- ¿ Para quién trabajas ? - pregunto cogiéndolo por los brazos y sentándolo en el inodoro.

- A ti qué te importa - responde mirándome con cara de superioridad, le propino otro puñetazo y joder, qué bien sienta esto.

- Soy Leonardo Corleone - digo mirándole con furia. Veo como sus ojos me miran con terror, por supuesto que sabe quién soy.

- Lo...lo siento, no sabía quien eras - responde tartamudeando.

Voy hacia la cocina ante la mirada interrogante de Benja, y busco en los muebles de debajo hasta que encuentro lejía. Camino hasta el baño de nuevo y veo a mi amigo atando al hombre con bridas como hizo con la mujer.

- ¿ Quién es tu nuevo jefe ahora ? - pregunto enseñándole lo que tengo en mis manos.

El hombre no contesta y eso me enfada más todavía.

- Esperaba que te resistieras - dejo el bote en el suelo y Benja se va del baño dejándonos solos.

- Estaré sentado en el sofá esperando a que te desahogues - dice con una leve sonrisa.

- Quiero saber quién es tu jefe, quienes más le ayudan y que cojones quiere - me acuclillo enfrente de él y sonrío, pero la peor sonrisa que puedo poner.

Como sigue sin contestar decido comenzar a llenar la bañera taponando el desagüe.

El agua corre rápidamente y el mira hacia ella y hacia mí después.

- ¿ Qué vas a hacer ? - pregunta nervioso.

- Si te lo dijera rompería la magia de la sorpresa.

- Si te lo digo me mataran, tengo mujer ¿ sabes ?

- Yo tengo una preciosa y perfecta novia que tú maldito jefe tiene secuestrada. No me saques el protagonismo Diego, estoy más jodido que tú - una risa nerviosa se me escapa y niego con la cabeza.